Monthly archive

noviembre 2021

Inoxidable: ser presidente de Italia, el último gran sueño de Berlusconi

En los pasillos del Congreso, las maniobras ya han comenzado y no se habla de otra cosa: la inminente elección del nuevo presidente de Italia, máximo cargo institucional del país. Y aunque pueda parecer increíble visto su pasado de escándalos judiciales y fiestas, el exprimer ministro y magnate Silvio Berlusconi, de 85 años, se encuentra en plena campaña para alcanzar este cargo, el más alto de la república.

Se trata del último gran sueño, para muchos imposible, del Cavaliere, figura inoxidable que dominó la política italiana durante dos décadas, que cayó y volvió a levantarse varias veces y que, una vez más, sorprende por volver al ruedo con la ambición más alta de todas.

En febrero próximo termina el mandato de siete años del actual jefe de Estado, Sergio Mattarella, figura antimafia, de gran prestigio. Si bien muchos intentaron convencer a Mattarella, de 80 años, de quedarse unos años más en el Palacio del Quirinal, como sucedió en el pasado con su antecesor, Giorgio Napolitano, el actual mandatario dijo más de una vez públicamente que no quiere.

Mattarella comenzó a ser presionado para seguir en febrero pasado, cuando Mario Draghi pasó a ser primer ministro de un gobierno de unidad cuyo objetivo era sacar a Italia de la dramática crisis provocada por la pandemia, tras el colapso del Ejecutivo de Giuseppe Conte. El nombre de Draghi, economista de renombre y expresidente del Banco Central Europeo, hasta entonces era el que más sonaba para suceder a Mattarella.

Ahora, si bien “Super Mario” sigue siendo uno de los nombres fuertes, casi todos prefieren que se quede en Palacio Chigi, sede del gobierno, hasta marzo de 2023, el fin natural de la legislatura. Draghi es popular por su plan masivo de vacunación, pero sobre todo por su confiabilidad a la hora de gastar el millonario fondo para la recuperación otorgado a Italia por la Unión Europea. Además, ningún legislador quiere ir a elecciones anticipadas.

Otros nombres que han aparecido como posibles aspirantes a la máxima investidura son el de la presidenta de la Corte Constitucional, Marta Cartabia –que se convertiría en la primera mujer en alcanzar este cargo–, o el del expremier Paolo Gentiloni, comisario de Asuntos europeos de la Unión Europea, de centroizquierda.

Modalidad electoral

En Italia, donde rige un sistema parlamentario, el presidente del país, que se convierte en el gran árbitro de la situación cuando se desencadenan las recurrentes crisis políticas –en casi 75 años en Italia hubo 67 gobiernos–, es electo por el Parlamento y delegados regionales. Se trata de una asamblea de 1009 electores.

La Constitución indica que si el jefe de Estado no es electo en las primeras tres votaciones con una mayoría de dos tercios, luego es suficiente una mayoría simple. La votación es secreta y suele tener una mística parecida a la de los cónclaves pontificios. Muchos meses antes comienzan a tejerse negociaciones secretas y maniobras.

En un marco de los más fluido e incierto, Berlusconi, aún al frente de Forza Italia –partido que fue perdiendo peso y sólo cosecha hoy un 8% de las preferencias–, respaldado por sus socios de la coalición de centroderecha, Matteo Salvinilíder de la Liga, y Giorgia Meloni, de Hermanos de Italia, se presenta ahora como la persona adecuada para el máximo cargo, más allá de su controvertido pasado.

Fundador del coloso televisivo Mediaset hasta abril de 2017 dueño del club Milan, el Cavaliere apareció como outsider de la política en 1994 y desde entonces fue cuatro veces jefe de gobierno. Con 3340 días en el poder, consiguió ser el primer ministro más longevo de la Italia republicana.

La última vez se vio obligado a renunciar –en noviembre de 2011– en plena tormenta financiera, presionado por los mercados y por sus socios europeos, en medio de los abucheos de la gente. En octubre de 2012, fue condenado a cuatro años de prisión por fraude fiscal, pena que expió yendo a ayudar a un centro de ancianos.

Casado dos veces y padre de cinco hijos, en marzo de 2015 fue absuelto en el denominado caso “Ruby”, en el que estaba acusado de incitar a una menor a la prostitución y de abuso de poder. En mayo de 2018 un Tribunal de Milán volvió a habilitar a acceder a cargos públicos.

Operado del corazón en junio de 2016 y alejado de las fiestas “bunga-bunga”, después de estar varios años en pareja con Francesca Pascale, ahora está de novio con la diputada Marta Fascina, de 31 años. Tras contagiarse de coronavirus en Cerdeña en el verano del año pasado, hace unos días fue a darse la tercera dosis o refuerzo y tuiteó las imágenes del evento.

Ahora, en plena campaña por el Quirinal, en una reedición de una estrategia utilizada en 2001, cuando envío a todos los italianos un libro sobre su vida, la semana pasada le hizo encontrar en sus casilleros a diputados y senadores un opúsculo sobre su figura, con viejos discursos sobre los valores del liberalismo, el catolicismo y el garantismo. Algo sin precedente.

¿Podrá alcanzar su sueño “Berlusca”, como también le dicen? “A mí me parece imposible”, confió a LA NACION un senador que pidió el anonimato, que admitió que las huestes del Cavaliere están moviéndose frenéticamente para este objetivo. Y destacó que “esta elección tiene un ingrediente que no tenían las anteriores: es peleadísima y no hay ninguna mayoría clara”, por lo que el juego está totalmente abierto y, como ocurrió en el pasado, pueden aparecer tapados.

Elisabetta Piqué (publicado por La Nación el 27/11/2021)

Fuente: Inoxidable: ser presidente de Italia, el último gran sueño de Berlusconi – LA NACION

¿La cocina italiana es en Argentina solo una ilusión criolla?

Los amantes del tango recordarán al “Chiquilín de bachín”, el niño de la inolvidable canción con música de Astor Piazzolla y letra de Horacio Ferrer. En sus tristes madrugadas, el pobre niño se fabrica un barrilete con un pan y un tallarín. ¿Cuánta gente sabe lo que es realmente un tallarín y cómo se convirtió en sinónimo de espagueti aquí, en Buenos Aires?

En la VI Semana de la Cocina Italiana en el Mundo, un evento anual promovido por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, la gastronomía más famosa del mundo será la gran protagonista. Este importante evento tendrá lugar entre el 22 y el 28 de noviembre en todos los rincones del planeta, especialmente en Argentina, el país más italiano fuera de Italia. Entonces, ¿qué mejor oportunidad para abordar el controvertido tema de la “auténtica cocina italiana” en Argentina?

Empecemos por el tallarín

La palabra “tallarín” no indica en Italia, genéricamente, una pasta larga, sino que se refiere a un producto único y específico. En piamontés, es el tajarin y, en italiano, taglierini: una pasta fresca, al huevo, enrollada a mano y laminada. Ya la encontramos en el siglo XV, en especial en la zona piamontesa entre Cúneo y Asti. Amasados con abundante yema, son de color amarillo brillante y de forma fina y larga. Los tallarines se acompañan con el comodino, una salsa elaborada con manteca de cerdo, salvia, romero y menudillos (hígado de ave y conejo, cresta, riñones, corazón) o con trufas y salchicha Bra. Cómo acabó este nombre en los paquetes de pasta larga industrial, extruida y no enrollada, y sin huevo, es un misterio que nos lleva al origen mismo de la cocina italiana en Argentina y a su relación, no siempre directa, con la cocina italiana en Italia.

Por cierto, en la península, solo entre los formatos comerciales tradicionales, hay unos 300 tipos diferentes de fideos, y el número se eleva de manera exorbitante si se incluye la pasta artesanal. ¿Por qué tanta variedad? Porque en la pasta, la forma es el sabor, ya que cada forma interactúa de manera diferente con la salsa que la acompaña.

En Italia no existe un alimento llamado “sorrentinos”, ni siquiera en Sorrento, como haría presuponer su nombre. ¿Es un invento argentino o italiano? Es probable que no se pueda hablar de “inventar” cuando nos referimos a la acción de unir queso, jamón y masa. Pero si nos remontamos al 1300, veremos que en las recetas 52 y 56 del manuscrito Liber de Coquina, se habla de unos ravioles hechos con uentre porcino y caseum, es decir con cerdo y queso.

Hablemos de quesos

Difícil no mencionar el caso particular del parmesano, uno de los quesos más populares en las mesas argentinas. El nombre recuerda al del parmigiano reggiano, pero no hay que olvidar que se trata de productos muy diferentes. El parmigiano reggiano es un producto específico, un queso DOP (Denominación de Origen Protegida); esto significa que debe producirse según un estricto pliego de condiciones estrechamente vinculado a su zona de origen. Todas las etapas de la producción deben tener lugar en las provincias de Parma, Reggio Emilia, Módena y Mantova. Las vacas que producen la leche para el parmigiano reggiano se alimentan, en gran medida, con forrajes y heno de la zona, caracterizados por la presencia de organismos microbianos especiales que se transfieren a la leche. Además, no se utilizan en la fabricación conservantes ni aditivos. Para una rueda de 40 kg se usan 600 litros de leche para quesos. Sin embargo, la lista de ingredientes del parmigiano reggiano es muy corta: leche cruda, cuajo y sal. Las ruedas tienen que madurar como mínimo doce meses. A los veinticuatro meses, o incluso más, se transforma en producto gourmet.

¿Sabemos acaso distinguir entre un parmigiano reggiano y un parmesano criollo? Reconocer un auténtico parmigiano reggiano es fácil: en cada rueda se ven bien claras las marcas de origen, que se colocan en el queso apenas se hace. Otra señal es el color: el del auténtico varía del dorado pajizo al pajizo pálido. Otro indicio es el precio: un kilogramo de queso original italiano no sale menos de 20 euros. Si no reúne estas características, es que estamos comprando una imitación, creyendo que se trata de un producto italiano.

El parmigiano reggiano es solo uno entre la gran variedad de quesos que ofrece Italia: 50 quesos DOP y casi 500 tipos de quesos IGP (Indicaciones Geográficas Protegidas) y PAT (Productos Agroalimentarios Tradicionales); por no hablar de las variedades regionales no registradas, que ofrecen una amplia gama de sabores y texturas difíciles de reproducir en el extranjero. La variedad se combina con una búsqueda rigurosa de la calidad.

¿Y qué pasa con la muzzarella? Ahí debemos tener cuidado de que cuando digamos “muzzarella”, además de faltarnos la “o” de la “mozzarella” italiana, no nos falte también la forma, el proceso, la suavidad y la fragancia.

No es lo mismo en Italia que en Argentina

La cocina italiana privilegia los ingredientes, presentes antes de la elaboración y la ejecución de la receta. Para que el resultado sea auténticamente italiano y de calidad, se necesitan ingredientes específicos que en Argentina casi nunca resultan accesibles por el tema de la importación. Un ejemplo son los piñones necesarios para hacer un buen pesto. En la receta genovesa, no pueden faltar, pero en el mercado argentino ya no se encuentran. De esa dificultad nace el pesto “rebuscado”: sin piñones, con almendras o nueces. Una versión criolla.

Hablemos ahora de la mística que rodea la comida del Belpaese. Quienes tienen ancestros italianos tal vez recordarán algún plato que les cocinaba “la nona”, como suelen pronunciar y escribir los argentinos. Pero “nona” en italiano es un numeral ordinal, indica que algo ocupa el noveno lugar; por eso, está lejos del significado de abuela, “nonna” en italiano. Otro error lingüístico, con origen culinario, surge de que la nonna seguramente cocinaba sesos rebozados, sesos fritos con mantequilla de hierbas. Sin dudas, a un tano recién llegado al Río de la Plata hay que explicarle que el “seso” es el cerebro de cordero o vaca y que no significa “sexo”, como suena en italiano.

En Argentina la comida italiana sigue vinculada al recuerdo de la abuela rellenita, que madrugaba para cocinar el ragú (tuco) o amasaba la pasta, hablaba en voz alta y preparaba comida frita y calórica. Pero este paradigma necesita ser revertido y mejorado. En Italia, prevalece en la actualidad la búsqueda de una dieta mediterránea saludable, eco sustentable, innovadora. Por otro lado, existe una posición firme contra el fenómeno del “italian sounding”, aquellos productos que “suenan” italianos, pero son producidos en el extranjero. Derribar estos mitos es uno de los propósitos de la VI Semana de la Cocina Italiana en el Mundo.

“La variedad es precisamente el dato clave que caracteriza a la oferta de productos en Italia”, dice Anna Lanzani, delegada en Buenos Aires de la Accademia Italiana della Cucina, que se dedica a difundir la cultura gastronómica, los orígenes y la variedad de la cocina italiana y sus ingredientes. ¿Un ejemplo concreto? En los supermercados barriales de Italia se pueden encontrar, al menos, cuatro variedades de zanahorias y una docena de lechugas diferentes, con sabores bien definidos. Sin embargo, esto también implica que la cadena de valor debe ser protegida y que todos los actores de ese proceso deben contar con una remuneración adecuada. “Lo que queremos impulsar es la curiosidad por los sabores diferentes y la alta calidad en todas las fases del proceso”, afirma Anna Lanzani.

En fin, ¿la cocina italiana en Argentina gana perdiendo o pierde ganando? Como italiana, propongo un sabroso empate.

Nunzia Locatelli (publicado por Infobae.com el 21/11/2021)

Fuente: ¿La cocina italiana es en Argentina solo una ilusión criolla? – Infobae

El renovado encanto de los mercados porteños – de Pietro Sorba

Mercados. Joyas incrustadas en la memoria colectiva. Herencias antiguas y fascinantes. Cruces de encuentros ciudadanos, bulliciosos y alegres, donde se materializan los deseos de compradores y vendedores. Inmensos almacenes urbanos multifacéticos. Reflejos directos de las historias de pueblos y lugares. Compañeros de vida queridos por todas las ciudades y culturas del mundo.

Algunos de ellos tuvieron una vida larga, próspera y cosmopolita, y llegaron hasta nuestros días con un brillo que nunca perdió su intensidad. Se los puede encontrar en todos los continentes.

Buenos Aires no está exenta de este particular encanto. Varios mercados populares evolucionaron hasta convertirse en polos gastronómicos y meca de la compra de productos gourmet o poco tradicionales. Otros se abren ya pensados como una opción a la europea.

La epopeya es global y milenaria. El mercado Souk al-Shoria de Bagdad, Irak (siglo VIII); el Shaxi de Dali, China (siglo VIII); el Bazaar de Estambul, Turquía (siglo XV) y el Quincy Market de Boston, en los Estados Unidos (siglo XIX), entre otros, son pruebas concretas: espacios donde las comidas frescas y elaboradas conviven con otros productos de las culturas locales.

Sus homólogos contemporáneos –grandes, pequeños, modernos o tradicionales– siguen poblando los lugares estratégicos de las ciudades. Es una característica que nace a partir de una necesidad concreta de los antiguos señores feudales: observar de cerca para que ningún comerciante eludiera las gabelas que les debían.

La ciudad fue y sigue siendo su aliada más fiel. Es un matrimonio indisoluble que se retroalimenta. Los vecinos necesitan de los productos del campo, de mercaderías de países lejanos y de utensilios, y quienes los producen buscan clientes dispuestos a pagar por los frutos de su trabajo. Es un mecanismo en equilibrio perfecto donde cada una de las partes necesita de la otra, por razones obvias.

La fórmula de los mercados de Belgrano, San Nicolás y San Telmo es la misma que se utiliza en otros mercados del mundo como la Boquería (Barcelona) o el Borough Market (Londres).

Buenos Aires, buenos mercados.

El historiador porteño Leonel Hernán Contreras es autor de un trabajo minucioso sobre la historia de los mercados de la capital del país: Mercados de Abasto de Buenos Aires. Allí revela datos muy interesantes.

El primer mercado de abasto (Mercado del Centro) se inauguró hace casi dos siglos, en 1823. Fue construido utilizando un modelo que todavía sigue vigente: el de los puestos distribuidos alrededor de un pulmón central. Un arquetipo al que se sumó, algunas décadas más tarde, el concepto de mercado cubierto.

Estaba ubicado en el cuadrilátero conformado por las calles Moreno, Chacabuco, Perú y Alsina, y fue sacrificado en 1912 para ceder el paso al imparable crecimiento urbano.

La ciudad se expande, su población aumenta y el comercio florece. En 1823, Buenos Aires tenía 55.000 habitantes. En 1912, 1.500.000. Y en 1960, casi 3.000.000 atendidos por 209 mercados. Una enormidad. La mayoría de ellos desapareció, pero algunos sobrevivieron hasta la época actual.

El Mercado de San Cristóbal (1884) es el más antiguo en actividad. Sus escoltas son el Mercado de Belgrano o Juramento (1888), el Mercado del Progreso de Caballito (1889) y el Mercado de San Telmo (1897).

El del Progreso, aunque no tiene tanta oferta en gastronomía, es exuberante en oferta de mercadería fresca. Sus pescaderías y verdulerías abundan en productos. Y el San Cristóbal, aunque ecléctico, tipo Cambalache, emociona por su antigüedad.

Otros ya no existen más pero quedan, marcados a fuego, en el imaginario colectivo de muchos porteños.

Los más importantes de esta liguilla son el Mercado del Abasto (cerrado en 1985 cuando sus actividades se trasladaron al actual Mercado Central de Tapiales ), el Mercado Spinetto (dejó de funcionar en 1986 para transformarse en mall) y el Mercado de Concentración Mayorista de Pescado, en Barracas, que cerró sus puertas en 1983.

Están también los que cambiaron parcialmente su vocación primordial. El Mercado Concentración Dorrego se transformó en el Mercado de Las Pulgas y el antiguo Mercado Garibaldi de La Boca (abierto en 1878) hoy es un paseo de compras. Todos pertenecen a una misma cadena, la que une el pasado con el presente y el futuro.

Recuperación y puesta en valor. Héctor Gatto, titular de la Subsecretaría de Políticas Gastronómicas del Gobierno de la Ciudad y responsable de BA Capital Gastronómica, considera a los mercados como una pieza importante del esquema socio-económico porteño.

“En 2015, se tomó la decisión estratégica de trabajar en la recuperación y puesta en valor de los mercados para que integren armónicamente y potencien el entramado económico y gastronómico de Buenos Aires”, dice.

Y agrega: “El objetivo fue recuperar estructuras decaídas y fomentar otras nuevas. Es muy importante que el ciudadano retome contacto con los productores y uno de los lugares privilegiados para que esto suceda son los mercados”.

Por su lado, Julio Tahier, responsable de la Dirección General de Desarrollo Gastronómico de la Ciudad, explica que su área está a cargo de tres mercados: Belgrano, San Nicolás y Bonpland.

“En 2017 encaramos una refacción muy profunda del mercado de Belgrano. Desde la estructura hasta el concepto. Un lugar histórico, con comerciantes de tercera generación, que había caído en una espiral de decadencia. De los 45 puestos disponibles funcionaban solamente 25.”

Hoy, ofrece productos de alta calidad (carnes, verduras, frutas, fiambres, quesos), y también un patio cervecero al aire libre, otro de comidas interno, parrillas y propuestas como Cucina Paradiso, del chef Donato De Santis.

El mercado de Bonpland, dice Tahier, “es un mercado solidario de economías regionales y cooperativas; nos pareció lógico mantener el esquema existente y se mejoró la estructura”. Allí se pueden encontrar, por ejemplo, frutas, verduras y yerba agroecológica, además de artesanías textiles y productos de empresas recuperadas.

En febrero se inaugurará el Mercat Caballito: 1.200 metros cuadrados dedicados a los alimentos orgánicos certificados.

La evolución

El primer mercado gastronómico (la fusión entre puestos de venta de productos frescos con otros que ofrecen comidas elaboradas para consumo directo en el lugar) de la ciudad fue el de San Telmo.

Ángela Fernández, de la familia que lo gerencia, comenta: “Estamos muy satisfechos con la fórmula que perfeccionamos año tras año, integrando los puestos tradicionales de venta de comida fresca y de antigüedades/artesanías con otros nuevos que proponen gastronomía contemporánea de calidad. Es un trabajo en evolución permanente a disposición de los porteños, turistas argentinos y extranjeros”.

Fernández asegura que “los puestos tradicionales de venta de alimentos frescos se integraron muy bien con la nuevas propuestas”. Y menciona que, entre ellas, se encuentran choripanes modernos y creativos, empanadas artesanales, café de especialidad y comidas étnicas. Un total de 30 opciones.

La fórmula de los mercados de Belgrano, San Nicolás y San Telmo es la misma que se utiliza en otros mercados del mundo como la Boquería (Barcelona), el Borough Market (Londres) o el Fico Eataly World (Bologna).

En el de San Nicolás se pueden disfrutar de buenos precios en productos frescos. Es uno de sus puntos a favor. En su patio de comidas se degustan hamburguesas y carnes a la parrilla. Curiosidades: el Ice Roll (un helado en rollo) y pizza al estilo de Nueva York.

Marcelo Pirogovsky (con su socio Gustavo Szwec) en marzo de este año inauguró, en Villa Crespo, un nuevo mercado gastronómico de la ciudad: Mercat.

El empresario afirma con pasión que “Buenos Aires no tenía un lugar de estas características. Reciclamos un edificio industrial. Fue como armar un rompecabezas cuyas piezas fueron los recuerdos de los mercados que visité en mi vida, las recetas probadas en ocasión de mis viajes y mi gran pasión por la comida”.

Pirogovsky y su socio observaron con atención las tendencias internacionales e hicieron una síntesis. En seis meses de actividad, 50.000 personas visitan mensualmente los 2.700 metros cuadrados del lugar. Recorren las dos plantas.

Allí tienen a disposición decenas de opciones. Desde carnes orgánicas, pastas frescas, panes de masa madre, quesos, charcutería, especias o frutas y vegetales libres de agrotóxicos hasta empanadas tucumanas, hamburguesas de carne de pastura, sándwich de pastrami, tacos, sfogliatella italiana, vinos de calidad y coctelería de autor.

El proyecto no termina con Villa Crespo. Para el primer trimestre de 2022 están previstas dos nuevas aperturas.

“En febrero abriremos Mercat Caballito: 1.200 metros cuadrados dedicados a los alimentos orgánicos certificados. Nuestro objetivo es transformar el espacio en la mayor propuesta orgánica de la ciudad. Marzo será el mes de Mercat Alto Palermo. Un espacio de 2.000 metros cuadrados que reemplazará el patio de comidas. Un concepto disruptivo. La idea es que la comida no sea el simple complemento accesorio de una salida de compras. Aquí se transformará en protagonista”, dice Pirogovsky.

Y suma: “Apuntamos a que el público concurra al shopping center para comer y, si finalmente le queda tiempo, que disfrute de los otros negocios del complejo. La oferta será temática, por producto. Cada ingrediente (palta, harina, pescado, mariscos, carne y otros más) tendrá una propuesta gastronómica que lo representará hasta donde alcance la creatividad y la imaginación”.

El toque étnico

En la Ciudad existen ámbitos que se escapan de la lógica del mercado tradicional. Son aglomeraciones de puestos y negocios que ofrecen alimentos, ingredientes y especialidades latinas y asiáticas. Su crecimiento en los últimos veinte años fue notable. Se trata del Barrio Chino y del Mercado Andino de Liniers.

Dos lugares imprescindibles para privados y restaurantes (en su mayoría étnicos, peruanosjaponeses, chinos, taiwaneses y coreanos) que necesiten comprar los ingredientes necesarios para la elaboración de sus platos.

El chef Gustavo Montestruque llegó de Lima en 2019 para hacerse cargo de la cocina del conocido restaurante de comida peruana La Mar.

Cuenta: “Cuando llegué a Buenos Aires, el departamento de compra me explicó que los ajíes (amarillo, panca y mirasol) necesarios para muchos de nuestros platos se compraban en la feria andina de Liniers. También compraban maíz cancha, quínoa, chuño y leche evaporada. Sin estos ingredientes sería casi imposible reproducir una parte importante del alma peruana de nuestros platos. Encontrarlos fue, para mí, un gran alivio”.

Una de las grandes protagonistas de la oferta del Barrio Chino de Belgrano es la comida. Poco a poco, al lado de los clásicos negocios de objetos y artesanías nació y creció un laberinto goloso de locales de venta de comida al paso, restaurantes y pequeños supermercados que venden todo tipo de pescados y mariscos, frutas y verduras convencionales y exóticas, cortes alternativos de cerdo, hongos, algas, arroces y cereales, salsas, especias y condimentos.

Un conglomerado gastronómico impactante, alimentado por miles de productos, que ya es imprescindible para los restaurantes de la Ciudad.

GPS de los mercados porteños

Mercado de Belgrano: Juramento 2527.

Mercado de San Nicolás: Avenida Córdoba 1750.

Mercado de Bonpland: Bonpland 1660.

Mercado de los Carruajes: Avenida Leandro N. Alem 850.

Mercado de San Telmo: Bolívar 970.

Mercado Soho: Armenia 1744.

Mercat Villa Crespo: Thames 747.

Mercado Andino de Liniers: José León Suárez 200.

Pietro Sorba (publicado por Clarín el 18/11/2021)

Fuente: El renovado encanto de los mercados porteños (clarin.com)

Elecciones Comites 2021: entrevista a Paola Calcerano, integrante de la lista Italia Viva

Licenciada en psicología, residió en Milán lo cual enriqueció y fortaleció su vínculo con Italia. Allí desarrolló un gran interés por las artes visuales, realizó curadurías y trabajó en galerías de arte. Actualmente, además de su profesión como psicoanalista, escrcibe en revistas especializadas y trabaja con artistas argentinos e internacionales.

¿Cuál es su origen? ¿Hace mucho tiempo que participa de la vida de la colectividad italiana? 

Mis orígenes son Sicilianos, tanto por vía materna como paterna, casualmente mi familia se dedica a la producción y comercialización del limón tan presente en el sur de Italia. Decidí vincularme a la comunidad italiana de Buenos Aires, hace ocho años a mi regreso de residir en Milán. Siempre me interesó conservar vivo el contacto con la cultura y la lengua italiana y fue así como empecé a circular por diferentes instituciones locales legitimadas. Por hacer mención a una, formé parte del Think Tank LIA (Laboratorio di Idee Italia-Argentina) con el que realizábamos actividades sociales, culturales, de networking e investigación con el apoyo de la Embajada de Italia.

¿Por qué decidió postularse en estas elecciones para el Comites? 

Decidí participar en estas elecciones Comites, visto que Italia pone a nuestra disposición múltiples instituciones para participar. “Mettersi in gioco“, es el mejor modo de dar la propia contribución de ideas a fin de fomentar la participación y mejorar dichas instituciones, asimismo generar nuevos espacios de diálogo. En suma, hacer de los Comites instituciones abiertas y no herméticas o desconocidas. ¿Por qué eligió la lista ITALIA VIVA?

Elegí Italia Viva porque propone a Italia desde una perspectiva de futuro. Esto significa, que es válido tener claro nuestras raíces, nuestros antepasados y de dónde venimos porque es un argumento que reguarda a nuestra identidad. Ahora bien, yo viví en Italia y observé que hay innumerables posibilidades, especialmente para los jóvenes (aunque las hay para ciudadanos de todas las edades). Me interesa hablar de oportunidades, quiero hablar de estudios, quiero hablar de prácticas, y no solo en Italia: ser ciudadanos italianos es ser ciudadanos europeos. Italia es parte de algo más grande, de Europa, que a su vez nos da muchísimas oportunidades y posibilidades de construir un proyecto de vida digno y viable. En esta línea, resulta empobrecedor adoptar una postura reduccionista y pensar que adquirir un pasaporte o un turno en el Consulado para tal fin sea nuestro punto de llegada. Al contrario, tener un pasaporte italiano es nuestro punto de partida.

¿Cuál es el motivo por el que se presentan tantas listas y candidatos en estas elecciones? 

En relación a las diversas opciones de listas y candidatos, sucede que hasta hace pocos meses existían diversos requisitos difíciles de cumplir para poder presentarse con una lista; por dar un ejemplo se exigían 200 firmas certificadas. Gracias a una senadora italiana, Laura Garavini (de Italia Viva) ahora es más simple participar de los Comites. Garavini consiguió que el gobierno italiano aceptara abrir la participación para las elecciones de los Comites. Desde luego, esto quizás los otros partidos no lo mencionan. Pero también, es por esta razón que participo en Italia Viva.

Tuve el honor de conocer a la senadora Garavini, a través de videoconferencias, y que me propusiera en el pico de la pandemia por Covid-19, asistir psicológicamente Ad Honorem a pacientes a través de la plataforma online DaVinci Salute en el marco de su proyecto “Vicini Vinciamo” que llevó a cabo.¿Cuáles son los problemas más evidentes del funcionamiento del Comites? 

Considero que el principal problema del mal funcionamiento de los Comites, es el desconocimiento. Es inconcebible que en las elecciones pasadas haya votado solo el 3% de los “aventi diritto”. Subrayo, que este no es un problema de los italianos residentes en Argentina sino en varias partes del mundo. Por tanto, necesitamos hacer de los Comites instituciones vivas, puntos de referencia, espacios de encuentro que propongan iniciativas interesantes, diferentes, que llamen a un público diverso. Queremos Comites conocidos, útiles. Y luego, la calidad de las iniciativas.

¿Cómo piensa resolverlos? 

Pienso que un Comites conocido es un Comites que propone encuentros, debates, clases abiertas e inclusive momentos de esparcimiento para compartir un spritz en un contexto de networking. Nuestras propuestas incluyen identificar soluciones concretas para las dificultades consulares, pero a la vez promover iniciativas en el campo de la educación, convocando estudiantes italianos y no italianos para difundir oportunidades de estudios como las becas Erasmus y Erasmus+.

Por otra parte, la cultura es parte del ADN italiano. En este sentido, proponemos ciclos de cine italiano, clubs de lectura de autores italianos, clases y debates sobre diferentes momentos de la riquísima historia italiana. E inclusive el comercio: ¿sabés cuántas empresas italianas hay en Argentina?, muchísimas. Queremos escuchar a sus dirigentes, saber cuáles son sus desafíos, y queremos también escuchar a los empresarios que exportan a Italia. Esas son algunas de las maneras con las que nos proponemos tener un Comites diverso, abierto, en donde el diálogo sea posible, con eventos que convoquen a personas de áreas diferentes. En una palabra, un Comites vivo.

Una última idea que me gustaría expresar; yo diría que Italia Viva es un partido que cree en la igualdad de género, que de tres lugares en el ejecutivo dos son mujeres, incluyendo a la Ministra Elena Bonetti, que llevó adelante el Family Act, primera medida integral de apoyo a las familias. Una medida concreta para darle libertad a las mujeres, que no deben elegir entre ser madres o ser trabajadoras, y para combatir la baja demográfica en un país que envejece.

Edda Cinarelli

El sindicalismo argentino, último refugio del peronismo tradicional

El sindicalismo argentino ha hecho su apuesta para las próximas elecciones legislativas. Las grandes centrales obreras han salido en apoyo de la coalición de Gobierno en medio de augurios de derrota para la formación peronista. Estas organizaciones, de las más poderosas en América Latina, han movilizado sus bases por temor al regreso de la derecha al poder. O lo que definen como “el Gobierno de ricos para ricos”. A cambio de su respaldo buscan ser parte de la discusión del modelo de desarrollo que viene. Pero la eterna crisis económica del país y los escenarios laborales de la pospandemia han empujado a miles de trabajadores a la informalidad. Con millones de personas lejos del sistema tradicional, las organizaciones sindicales ven ahora su representación e influencia en juego.

En un momento en el que las corrientes peronistas toman nombres propios y se forman alrededor de figuras, como el kirchnerismo o el “albertismo”, las históricas centrales obreras argentinas se han vuelto el último refugio del peronismo más tradicional. Una especie de reservorio para aquella idea de que el obrero debía estar en el centro de una sociedad estructurada a partir del trabajo. Las tres centrales más grandes, que agrupan al grueso de los sindicatos, votarán el domingo por la coalición de Gobierno, encabezada por Alberto Fernández. Algunos de sus líderes se han expresado con un tibio apoyo. Otros han sido contundentes. Héctor Daer, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), asegura que para el trabajador votar a la oposición es votar “en contra de sus intereses”.

El sindicalista recibe a este periódico en su oficina un día después de haber sido reelecto como parte del triunvirato que dirige la central obrera más grande del país. Su lectura de los resultados de las primarias legislativas, en las que el Gobierno argentino sufrió una aplastante derrota, apunta a que las urnas han castigado al presidente por la pandemia. Su gestión fue duramente criticada. “Hay gente que se vio muy afectada por el encierro, las medidas preventivas generaron crisis en sectores que venían a los tumbos y se vieron derrumbados”, dice. Aquellos que más padecieron las consecuencias de una cuarentena obligatoria que duró meses acompañaron al peronismo en 2019, según él, pero ahora han decidido no hacerlo porque están enojados. Pero “todos fuimos a una cuarentena pensando que esto duraba 15 días”, defiende.

La CGT y los movimientos sociales, que agrupan actualmente a gran parte de los trabajadores informales y desocupados, se reunieron esta semana con Fernández y anunciaron una manifestación en su apoyo para después de las elecciones. Un gesto que se tomó como un espaldarazo a un mandatario que enfrenta el domingo una especie de plebiscito sobre sus primeros dos años de mandato. Es el segundo guiño en apenas unas semanas. Tras las primarias de septiembre, el Ejecutivo desató una crisis interna por desacuerdos entre el presidente y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. En un momento en que cada uno medía su fuerza dentro de la coalición y contaba sus soldados, la central obrera salió en apoyo de Fernández.

Con el antecedente de la crisis interna, la incertidumbre de lo que pueda pasar después de las elecciones —dentro y fuera del Ejecutivo— está latente. “Los matices que tiene el Gobierno existen, los objetivos son comunes, pero el tránsito a esos objetivos a veces genera tensiones. Y a la CGT no le gustó que se generaran. El Frente de Todos (la coalición gobernante) tiene que estar unido”, dice Daer. “No podemos ir a la ruptura del Gobierno porque eso sería el suicidio político. No es un tema de simpatía, sino un tema estratégico”, agrega.

Los sindicatos enfrentan los desafíos que trae la economía del día después de las elecciones en un escenario propio de declive. El sindicalismo argentino es desde hace décadas de los más fuertes de la región. Mientras los afiliados a los gremios en el país rondan el 40%, esa cifra no supera el 20% en Brasil o Chile, ni alcanza el 10% en México o Colombia, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Pero esa fortaleza se ha visto afectada ante el aumento de la informalidad, que ha llevado a la mitad de los trabajadores a caer fuera del paraguas sindical.

La pandemia destrozó millones de puestos de trabajo en todo el mundo que regresan ahora en formas más precarias. Más del 82% de los trabajos recuperados en el segundo trimestre de este año en Argentina son informales, según el último informe de la OIT. A ese panorama se suma que millones de argentinos, que no tienen un trabajo fijo, acudieron a políticas asistencialistas impulsadas por los diferentes Gobiernos. Actualmente siete millones de personas reciben una ayuda social del Estado para subsistir, según Daniel Menéndez, exsubsecretario de Políticas de Integración y Formación del Ministerio de Desarrollo Social. Un número tan alto que se ha convertido en un desafío para cualquier administración.

“La tasa de sindicalización en Argentina sigue siendo alta comparada con otros países y el movimiento sindical sigue siendo un factor de presión importante”, asegura Hugo Yasky, secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina, otra de las grandes agrupaciones sindicales. “Pero se ha agregado a esto un nuevo protagonismo que es el los movimientos sociales que representan a los trabajadores de la economía informal y a los desocupados, que tienen un alto poder de movilización y aparecen como un sujeto colectivo relativamente nuevo”, comenta Yasky, también candidato a diputado por el oficialismo.

Todos coinciden en que lo que necesita Argentina es generar empleos, pero ningún Gobierno ha encontrado la forma de traducir esos programas asistencialistas en puestos de trabajo formales. Para enfrentar las negociaciones que vengan sobre desempleo e informalidad, sindicatos y organizaciones sociales debaten hace meses unirse bajo una sola estructura. “Con los movimientos sociales tenemos una alianza que vamos a profundizar en favor de un trazado común: cambiar los planes por trabajo”, dice Daer.

La politóloga Patricia Gómez cree que no es posible pensar la actualidad con el mismo sindicalismo de siempre. “Las economías 4.0 están deslocalizadas, son preconizadas. Cuando el lugar de trabajo está en los hogares, es muy difícil sostener estos sindicatos, porque no está la relación del trabajador o trabajadora en la línea fordista de producción. Y la pandemia puso blanco sobre negro”. Gómez asegura que la representación de las tradicionales centrales obreras “está en descomposición” por su falta de aggiornamento a las necesidades de la sociedad actual. Siguen teniendo una colosal representación masculina y los rostros de sus representantes son los mismos de hace décadas. “Es un club de hombres viriles que no tienen ningún tipo de cuestionamiento hacia sus prácticas. Se quedaron en los setenta”.

Georgina Zerega (publicado por El País el 13/11/2021)

Fuente: Elecciones en Argentina: El sindicalismo argentino, último refugio del peronismo tradicional | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)

La crisis económica agiganta los problemas electorales en Argentina

El peronismo se asoma a una dura derrota electoral en las legislativas del domingo. No se trata solo de seguir lo que muestran los sondeos, siempre discutibles. Los candidatos del Gobierno al Congreso ya tuvieron un anticipo de lo que pueden esperar. Las elecciones primarias abiertas y obligatorias celebradas en septiembre supusieron un varapalo sin precedentes, con caídas en 18 de los 24 distritos del país. La pandemia ha tenido mucho que ver con ese resultado, como ha sucedido en otros países donde los gestores pagaron en las urnas el mal humor social que dejó el encierro y la parálisis económica. En Argentina, esa parálisis ha sido especialmente importante y potenció el impacto de los errores de gestión no forzados.

La economía del país sudamericano se derrumbó un 10% durante 2020, solo comparable en la región a la caída de Perú. La cifra estuvo cerca del 10,9% de 2002, cuando Argentina atravesó la mayor catástrofe económica de su historia. Este fin de año se espera una subida del 9%, producto del rebote estadístico que siguió al fin de la cuarentena. Pero la cola de problemas es enorme: la pobreza ha escalado hasta el 40%, el peso no deja de perder valor y la inflación en octubre acumulaba 41,8% desde enero y 52,1% interanual, casi tan alta como la de que dejó Mauricio Macri en 2019 (53,55%). La crisis de la covid-19 encontró a Argentina en un pésimo momento, después de dos años de caída del PIB y en cesación de pagos con sus acreedores privados y el FMI, al que ahora adeuda 44.000 millones de dólares que busca refinanciar.

Los argentinos están acostumbrados a las crisis económicas. La inflación anual del último siglo ha sido del 105% promedio, con una hiperinflación en 1989 y otra en 1991. El PIB nacional per cápita es apenas 10% más alto que en 1974. Argentina es hoy es el principal deudor del FMI y no tiene acceso al crédito, lo que ha obligado al Gobierno a imprimir dinero para financiar el déficit fiscal, incrementado por los recursos destinados a luchar contra la covid. No es el mejor escenario para ganar una elección.

La crisis le costó la reelección a Macri y castiga ahora al peronismo en esta prueba de medio término. Las expectativas no son las mejores. “En las elecciones de hace dos años se elegía presidente y la gente sabía que se venía un cambio, pero esta elección no es tan definitiva”, dice el economista y consultor Daniel Rubinstein, representante del Banco Central durante la gestión del ministro Roberto Lavagna. Por tratarse de una elección legislativa, donde se pone en juego el control oficialista del Congreso, una derrota de los candidatos del peronismo no genera expectativas de cambio sino dudas sobre la gobernabilidad. A Fernández le quedan aún dos años de gestión.

Los problemas inmediatos a resolver son mayúsculos. El dólar no oficial se vendió el viernes por arriba de los 200 (hace solo seis meses estaba en 150), el doble de la cotización oficial. Cuando la diferencia entre ambas cotizaciones es tan amplia crece el temor entre los argentinos de una inminente devaluación. Rubinstein dice que no espera una depreciación descontrolada del peso, cualquiera sea el resultado electoral, al menos hasta que no haya un acuerdo con el FMI que calme las aguas. “Devaluar cuando la inflación es del 50% necesita de mucha credibilidad y puede que incluso el FMI considere que no es una buena idea”, dice Rubinstein. “Nuestro escenario es de 60% que no se devalúa y 40% que sí se devalúa. Creemos que habrá una etapa avalada por el FMI sin maxidevaluación, pero es una cuestión que aún no está saldada”, agrega.

En cualquier caso, Argentina se enfrenta a los fantasmas de siempre, producto de problemas estructurales que la sumen en una situación de crisis perpetua. Néstor Castañeda, profesor asociado de la University College London, dice que la lógica electoral impide al país elaborar estrategias a largo plazo y eso lastra la inversión y la credibilidad del Gobierno de turno. “No hay un programa económico claro y no lo ha habido por años porque después de cada elección hay un movimiento pendular de un lado hacia el otro. Es imposible encontrar un consenso alrededor de qué es lo que se necesita hacer para mantener la estabilidad macroeconómica. Cada Gobierno hace lo opuesto del anterior o se dedica los primeros años de gestión en acabar con lo que ha heredado”, explica Castañeda. El resultado de este ida y vuelta sin fin es que cualquier gestión pierde rápidamente poder de fuego ante los problemas estructurales. “La falta de un programa”, remata Castañeda”, “no es de un lado ni del otro, todos cuando llegan al poder hacen lo mismo”. Este domingo los argentinos expondrán en las urnas, una vez más, su cansancio.

Federico Rivas Molina (publicado por El País el 13/11/2021)

Fuente: Elecciones Argentina: La crisis económica agiganta los problemas electorales del peronismo en Argentina | Economía | EL PAÍS (elpais.com) 

¿Qué queda de reinar sin gobernar?

Este domingo 14 de noviembre hay elecciones legislativas de medio término en la Argentina. Por la iracundia retórica de los discursos y spots de campaña parecería que estamos ante un cambio de gobierno, de régimen político o de modelo socioeconómico. No es el caso. Lo que sabremos el lunes por la mañana es si la coalición gobernante, el Frente de Todos, liderada por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner mantiene o no la mayoría en el Senado y la Cámara baja, donde el sueño de tener quórum propio, es decir, la posibilidad de tratar temas en el recinto sin el acuerdo de otros bloques parlamentarios, se transformó en una quimera. Si se repiten los resultados de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de septiembre último, la gobernabilidad del oficialismo se verá afectada. En sus dos años de mandato, los Fernández y sus aliados no se mostraron capaces de gobernar una sociedad polarizada políticamente y con cada vez más necesidades sociales insatisfechas. Se olvidaron o no pudieron seguir los consejos de dos grandes pensadores y políticos del siglo XIX, Alexander Hamilton y François Guizot: a quienes gobiernan, los electores los juzgan por sus obras, y la tarea principal de los gobiernos modernos es gobernar sociedades cada vez más tumultuosas y exigentes. Entonces, lo único que podría ayudar al oficialismo a obtener mejores guarismos electorales el próximo domingo es más y mayor gestión. Y, aunque el activismo gubernamental aumentó después de las PASO, suena a poco, y llegó tarde.

Si en las elecciones del domingo próximo gana la coalición opositora, Juntos por el Cambio, con porcentajes similares o superiores a los que obtuvo en las PASO de septiembre, el mayor cambio para el oficialismo será que la falta de activismo gubernamental no se explicará casi exclusivamente por errores propios, como hasta ahora, sino también por trabas ajenas. No va a haber una actitud colaborativa de la oposición partidaria, porque su objetivo es que al presidente Fernández le vaya, por lo menos, tan mal como a Macri. Pero quienes tienen aspiraciones de llegar a la presidencia como Horacio Rodríguez Larreta o Facundo Manes, porque Patricia Bullrich juega mediáticamente el personaje de antikirchnerista total, no les resulta deseable una crisis de gobernabilidad que implique la renuncia del presidente. ¿Por qué? A diferencia de los parlamentarismos, en los presidencialismos la caída de los gobiernos afecta a la democracia como régimen político, y esto no conviene a nadie, salvo a las fuerzas antisistema. No todos pueden ser, como Juan Domingo Perón, pirómanos y bomberos a la vez. Y ni siquiera a él le salieron siempre bien estas jugadas, como lo demuestra la tragedia argentina de los años setenta.

Habrá que esperar un par de elecciones más para saber si el crecimiento electoral de José Luis Espert y Javier Milei es un fenómeno pasajero o la puerta de entrada de una “nueva” de derecha, que convierte en enemigos del pueblo al feminismo, la diversidad sexual, la inmigración y la intervención del Estado en beneficio de los sectores más desfavorecidos. En el último tramo de la campaña apareció el “cordobesismo”. Se trata de la identidad política de una de las provincias más importantes del país, que se define por su alteridad con el kirchnerismo y sus representaciones de lo nacional y lo popular. Su impacto en la política argentina será cada vez más importante.

Cuenta la leyenda que en 1815, cuando se discutía la posibilidad de transformar el primer imperio en una monarquía constitucional, un Bonaparte, que ya había sido derrotado, y que sólo había vuelto al poder por cien días, les preguntó a sus consejeros: “¿Qué queda de reinar sin gobernar?”. Aunque sabía que era el camino hacia la estabilidad política, Napoleón no podía ni quería ser solamente un jefe de Estado: su ego le exigía seguir siendo un líder plebiscitario. En otro contexto histórico y en otra coyuntura política, Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri se enfrentan a un dilema similar. Ella no quiere ser presidenta, ya lo fue más de una vez, pero no puede abandonar el centro de la escena política, no solo porque le cuesta delegar o le gusta ser el objeto de todas las miradas, sino también porque no encuentra en quién legar su carisma. Macri no puede volver a ser presidente, porque aunque quisiera, su momento pasó. Sin embargo, tiene aún el suficiente poder para molestar a quienes quieren disputar una candidatura presidencial en la coalición política que él mismo fundó. A Juntos por el Cambio le pasa algo similar que al peronismo en 2019 con Cristina Fernández. Sin Macri, no se puede ganar, pero con Macri, no alcanza. Según la biografía de Olga Wornat, Cristina se auto-percibía como una reina, y con esa devoción la tratan quienes la aman, porque les devolvió la fe en la política y en sí mismos. Mauricio, delfín conflictuado de un padre despótico, nunca quiso ser un poder moderador, sino el dueño de la pelota. Tal vez, si Cristina Fernández y Mauricio Macri recordaran lo que le pasó a Napoleón después de Waterloo, se darían cuenta de que se puede reinar sin gobernar y que la democracia argentina les agradecería que la dejen ser gobernada por otros y otras, que no sean ni ella ni él.

Gabriela Rodríguez Rial (publicado por El País el 12/11/2021)

Fuente: Elecciones Argentina: ¿Qué queda de reinar sin gobernar? | Opinión | EL PAÍS (elpais.com)

La pelea legal en Italia por los coffe-breaks en el trabajo que se resolvió 12 años después

En una jornada laboral como cualquier otra del año 2009, una empleada pública italiana dejó su oficina junto a un par de compañeros de trabajo para hacer la típica pausa de media mañana y tomarse un café. En su camino de regreso, se tropezó y se rompió la muñeca. Después tuvo que pasar 40 días de recuperación en su casa.

Esa fatídica pausa para el café desató una batalla legal de más de una década en torno a una pregunta: ¿la caída contaba como un accidente en el lugar de trabajo? Al fin y al cabo, qué es un día de trabajo sin su café de media mañana, y sobre todo en Italia, que tanto valora la cultura del café.

La empresa aseguradora insistía en que la mujer se había roto un hueso durante una pausa de trabajo, o sea en su propio tiempo, y por lo tanto se negaban a cubrir la compensación por accidente laboral.

En martes, finalmente, la Corte Suprema de Italia zanjó la cuestión y dictaminó que las lesiones ocurridas durante la pausa para el café no podían ser considerada accidentes laborales, y que los empleadores no tienen obligación legal de compensar a los trabajadores por cualquier accidente que ocurra en ese momento de receso.

Esa salida “fue un riesgo que tomó de buena gana el empleado” y no “una necesidad psicológica relacionada con su actividad laboral”, argumentó el tribunal en los considerandos de su fallo.

Los jueces también hicieron responsable a la mujer, de nombre Rosanna, de los costos procesales, que ascienden a 6000 dólares.

La abogada de la demandante, María Gabriella Del Rosso, dijo que su representada estaba “decepcionada y amargada por una decisión que se demoró 10 años, una demora absurda”, según informó el diario The Telegraph.

“Necesidad”

“Mi clienta no salió de su oficina para irse de compras: tuvo que satisfacer una necesidad psicológica”, argumentó la abogada.

El día del accidente, el jefe de Rosanna le había dado permiso para salir de la oficina en busca de su dosis de cafeína, y el edificio no contaba con máquinas de café ni zona de cocina.

Pero cuando presentó su reclamo, la compañía de seguros Inail se negó a considerar que su lesión estaba relacionada con su trabajo. Rosanna los demandó, y en 2013 obtuvo una sentencia favorable de un tribunal de primera instancia. Los jueces dictaminaron que Inail debía pagarle una compensación y una asignación por discapacidad.

La aseguradora apeló el fallo y en 2015 la corte de apelaciones también tomó partido por el caso de Rosanna y confirmó el fallo de primera instancia, que aceptaba que la lesión constituía un accidente laboral. Pero Inail no se dio por vencida y volvió a apelar, esta vez, ante el máximo tribunal de Italia.

Doce años después, los trabajadores italianos tienen un dictamen inapelable: pueden salir a tomar un café en horas de trabajo, pero el riesgo corre por su cuenta.

Fuente: La pelea legal en Italia por los coffe-breaks en el trabajo que se resolvió 12 años después – LA NACION

Elecciones Comites 2021 – entrevista a Leandro Pitton Straface, candidato por la lista MIRE

Leandro Cristian Pitton Straface es Ingeniero Civil egresado de la UTN, especialista en Ingeniería Portuaria de la UBA y docente universitario. “Mis fortalezas son el arraigo por mis raíces italianas – dice – la participación activa en la vida asociativa y federativa italiana en Argentina, el conocimiento de los trámites consulares y las ganas de representar de la mejor manera a los italianos en el exterior”.

¿Cuál es su origen? ¿Hace mucho tiempo que participa de la vida de la colectividad italiana?

Mi origen es puramente italiano, siendo nieto de cuatro inmigrantes italianos. Mi abuela paterna era siciliana y abuelo paterno, friulano. Mis abuelos maternos, y también padrinos, calabreses. Participo activamente de la comunidad italiana desde antes de nacer. Mi mamá, hija de calabreses, me dio a luz en el Hospital Italiano de Buenos Aires.

Desde niño, compartía las fiestas típicas italianas, en casa de mis abuelos maternos, ya que era el punto de encuentro de los paisanos. Las cuales animaba mi abuelo materno, cantando y tocando la guitarra, con quien tuve la suerte de acompañar con el piano, sus hermosas canciones italianas.

También, desde mis 5 años, fui socio del Club Italiano de Buenos Aires, teniendo el honor de representar a la tricolore como federado de vóley, deporte representativo de Italia.

En mi familia paterna y materna, desde niño me inculcaron los valores del estudio y del trabajo. Tal cual fue el esfuerzo de todos los inmigrantes que vinieron a la Argentina a hacerla más grande aún.

Hace tiempo que formo parte de las asociaciones originarias de las regiones y pueblos de mis abuelos en Buenos Aires, colaborando de manera voluntaria, como miembro del Consejo Directivo y de un grupo folclorístico italiano, en la difusión de la cultura y el idioma italiano, como así también fomentando la participación de los jóvenes en la vida asociativa, con el orgullo de honrar mis raíces.

¿Por qué decidió participar en estas elecciones para el Comites?

Decidí participar en estas elecciones para el Com.It.Es. de Buenos Aires, porque es fundamental involucrarse para que se produzcan cambios positivos desde adentro, aprovechando que tengo la fuerza de la juventud y el entusiasmo de que se pueden mejorar los lazos de los italianos afuera de Italia en Argentina.

Me gustaría lograr una mejor representación de los italianos en Buenos Aires, una mayor unión entre las actividades asociativas y federativas italianas y acercar a aquellos italianos que no participan de la comunidad italiana. Fomentar las capacitaciones para la juventud y mayores ítalo-argentinos, establecer vínculos entre Italia y Argentina y colaborar para optimizar los trámites consulares.

¿Por qué eligió la lista MIRE?

Elegí la lista “Movimenti Italiani Residente all’Estero” (MIRE), porque es la única lista independiente, sin compromisos partidistas. Es un grupo compuesto por integrantes con amplia experiencia, liderazgo, compromiso y con la fuerza de jóvenes muy involucrados en la vida ítalo-argentina. Y, al ser una lista que no presenta ningún interés político partidista desde Italia, es un movimiento que nace en nuestro territorio y, de esta manera, me siento más identificado. Representa realmente a los italianos que estamos en el exterior, conoce sus problemáticas y cómo resolverlas.

¿Cuál es el motivo por el que se presentan tantas listas y candidatos en estas elecciones?

En mi opinión, el motivo por el cual se presentan el doble de listas que las elecciones pasadas del año 2015, es porque, debido a la apertura de la nueva normalidad producto de la pandemia del COVID-19, más ítalo-argentinos estamos volcando nuestros esfuerzos para recomponer las actividades que se vieron afectadas y queriendo que mejoren. Sumado a la importancia diplomática entre Argentina e Italia y, más precisamente, en Buenos Aires, al ser la jurisdicción consular con más italianos afuera de Italia en el continente americano.

Celebro que haya cada vez más participación de gente que quiera involucrarse en la representación de los que vivimos afuera de Italia, estando comprometidos, ya que con la mayor diversidad y acompañamiento, se pueden generar mejoras a las problemáticas de los italianos en el exterior.

¿Cuáles son los problemas más evidentes del funcionamiento del Comites?

Estimo que los problemas más evidentes del funcionamiento del Com.It.Es. es no trabajar en equipo entre todos los actores. Por lo tanto, sería vital escuchar a los conciudadanos, dándoles lugar a todos los consejeros para comprometerse a resolver los problemas y lograr resultados satisfactorios, mejorando el funcionamiento de la representación.

Considero fundamental, escuchar las opiniones de los ciudadanos italianos en Buenos Aires. Es importante que se sientan acompañados, y comprometernos a resolver sus necesidades, logrando resultados que logren mejorar el funcionamiento, con un mejor acompañamiento en el consulado.

Me gustaría mencionar, como joven ítalo-argentino, que no somos italianos para tener un pasaporte de la Comunidad Europea, debemos hacer valer nuestros derechos ya que somos italianos, pero vivimos en el exterior. Y, entre nuestros deberes y obligaciones como ciudadanos italianos está la importancia de elegir a nuestros representantes en las próximas elecciones.

¿Cómo piensa resolverlos?

Pienso resolverlo trabajando en equipo, sumando fuerzas desde adentro y afuera del Com.It.Es., con las comisiones de trabajo y todos los que quieran aportar para el bien de la comunidad ítalo-argentina.

Se realizan muchísimos trabajos en las instituciones italianas de forma desinteresada. La idea sería unir las fuerzas en pos de una mejor calidad de vida representativa. Resolverlo con compromiso, diálogo y persistencia, siendo un convencido que con trabajo, buenas intenciones y con la verdad, se resuelven las situaciones más difíciles.

Edda Cinarelli

¿Quién estuvo allí primero?: tras el rastro de la huella indígena en las Islas Malvinas

En la larga y compleja disputa que mantienen Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas siempre ha habido un hueco en la historia: ¿Quién estuvo allí primero? Cuando los navegantes europeos llegaron a este archipiélago del Atlántico sur hace más de 300 años, encontraron islas pobladas con animales marinos, pero sin presencia indígena. En esa tierra fría eran reyes, sobre todo, los pingüinos. Una nueva investigación publicada en la revista Science en octubre, sin embargo, desvela evidencias paleontológicas que apuntan a una dirección distinta. Muchos siglos antes de que llegaran británicos o argentinos, de acuerdo al artículo, por esas islas posiblemente pasaron otros habitantes: los indígenas Yagán.

“Reportamos varias líneas de evidencia que indican que los humanos estuvieron en las Islas Falkland siglos antes que los europeos”, dice el artículo hecho por un grupo de científicos y liderado desde la Universidad de Maine en Estados Unidos. “Los hallazgos de nuestro estudio coinciden con la cultura del pueblo Yagán de la Tierra del Fuego”.

La reacción política en Argentina fue inmediata. “Este importante hallazgo es una muestra más del vínculo indisoluble entre las Islas Malvinas y la Isla Grande de Tierra del Fuego”, dijo Andrés Dachary, secretario del Gobierno argentino para las Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales. “Este vínculo no es sólo jurídico y geográfico, sino que estos resultados demostrarían, una vez más, los históricos lazos de pertenencia natural a la República Argentina”.

Los dos Gobiernos en disputa se enfrentan regularmente en el comité de descolonización de Naciones Unidas, donde Argentina acusa al Gobierno británico de mantener las islas como una de sus muchas colonias. Pero los herederos de los británicos en las Malvinas han exigido su derecho a la autodeterminación diciendo, entre otras cosas, que ningún otro pueblo ha estado tantas generaciones allí. La revista Science, sin embargo, parece haber encontrado evidencia de que eso no ha sido así.

Tras las pistas de un misterioso zorro

El análisis en Science, curiosamente, arranca con Charles Darwin. Cuando visitó las Islas Malvinas en 1833, Darwin documentó un solo mamífero terrestre, un zorro, conocido hoy como Dusicyon australis. La pregunta desde entonces ha sido: ¿Cómo llegó ese animal allí? ¿Lo llevó alguien desde la Patagonia? No sería ilógico, porque este zorro es familiar de otro patagónico, conocido como Dusicyon avus. ¿Entonces por qué no se encontraron ruinas arqueológicas en las islas u otras pruebas de la presencia de ese pueblo migrante? ¿Encontró el animal otra vía para hacer un viaje transoceánico? El encantador zorro que Darwin registró parecía domesticado –no le tenía miedo a los humanos– y fue cazado por europeos hasta extinguirse en 1876. De él solo quedan algunos huesos.

Sospechando que el zorro fue importado por seres humanos, el grupo de la Universidad de Maine buscó respuestas en la tierra. Enfocaron sus excavaciones en dos puntos donde había sospechas de un pasado indígena: un lugar donde Darwin había identificado unas viejas canoas; otro donde un habitante encontró en 1979 una punta de flecha hecha en piedra.

Los científicos excavaron viejos depósitos de carbón fosilizado, restos de fuegos que, de ser humanos, pueden señalar los siglos en los que estuvieron encendidos. “Cuando los humanos llegan a un sistema, como estas islas, la frecuencia e intensidad de fuegos típicamente aumenta considerablemente”, explica Catherine Hamley, paleontóloga que lideró la investigación. “Eso puede ser por distintas razones: las personas buscan el fuego para calentarse, para despejar terrenos, para cazar o muchas otras razones”.

Una gran parte del carbón fosilizado que encontraron les permitió identificar más o menos en qué años pudo haber habido fogatas parecidas a las que años después hicieron los europeos. “Y lo que encontramos, sobre todo en la zona que se llama New Island, es un aumento considerable de la frecuencia hace 550 años”, explica Hamley. Es decir, alrededor de 1472, antes de que se establecieran allí los europeos en el siglo XVIII (incluso antes de la llegada de Colón a América en 1492).

Los investigadores también encontraron apilados viejos huesos de leones marinos y pingüinos. “Encontramos pilas con docenas de huesos de leones marinos, y más de 100 esqueletos de pingüinos”, dice la investigadora. “Estaban lejos de la playa, así que no se hubieran podido acumular allí naturalmente, y normalmente los pingüinos son devorados por los leones marinos, así que es poco probable que estuvieran juntos abrazados en una zona de la isla”, explica. Análisis químicos dicen que estas pilas de huesos podrían haberse acumulado allí entre los años 1275 y 1420, también mucho antes de los europeos. “Lo que sugerían estas pilas es que son el resultado de una actividad humana. Por estar lejos de la playa podrían haber sido cazados”, dice Hamley.

De los pocos restos del famoso zorro encontraron que vivieron en la isla al menos hace 1.000 años. Un diente indicó incluso hasta 3.000 años. Pero sobre todo, al mirar la dieta del zorro, vieron que comía animales que le hubiese costado cazar sin ayuda: pingüinos, leones marinos o focas. “Su nivel de nitrógeno nos indica esto”, explica la investigadora. “No creemos que hubieran podido cazar solos leones marinos, y aunque estos datos son preliminares, no podemos descartar que hayan sido personas las que les hayan dado estos animales”.

¿Pero qué humanos hubieran podido prender fuego allí, comer pingüinos y alimentar a unos zorros? Basándose en fuentes secundarias arqueológicas, los investigadores llegaron a los Yagán. “De los varios grupos que estuvieron en la Tierra del Fuego durante el Holoceno, la evidencia en New Island es consistente con la cultura Yagán, quienes eran marinos que subsistían de una dieta compuesta por leones marinos, pingüinos y mariscos”, dice el estudio. “Antes de la colonización europea, los yaganes eran un pueblo que se movía mucho sin tener asentamientos permanentes, y las familias viajaban juntas por canoas incluso hasta las islas Diego Ramírez, ubicadas a 105 kilómetros al suroeste del Cabo de Hornos en el Pasaje de Drake. El fuego era parte integral de la cultura Yagán, y de allí el nombre de Tierra del Fuego”.

Aunque no hay evidencia de que domesticaron a este zorro en particular, los Yagán llevaban en sus canoas “a varios caninos” que no formaban parte de su dieta sino que domesticaban. Los investigadores dicen que, si los Yagán efectivamente llegaron a las Malvinas, seguramente no tuvieron una presencia sostenida allí sino que fueron visitas temporales o accidentales. Eso explicaría porqué no dejaron una extensa presencia cultural (como ruinas), pero al menos sí la “huella antropogénica” que leen en el carbón o los huesos. El estudio termina diciendo que es necesaria más investigación en “colaboración con comunidades indígenas, cuyas historias orales y conocimiento tradicional ecológico representan saberes milenarios sobre la prehistoria de la Tierra del Fuego y el Sur del Atlántico”.

El impacto en la tierra del fuego

Más allá de la pelea entre Argentina y el Reino Unido, el estudio fue un impulso para visibilizar a un pueblo indígena que ha sido discriminado (e incluso masacrado) tanto por gobiernos chilenos, argentinos y británicos. El estudio recordó a varios la historia de un conocido miembro del pueblo Yagán, O’rundel’lico, también conocido como Jemmy Button: un hombre indígena Yagán que fue canjeado como mercancía, a cambio de un par de botones, por el inglés Fitz Roy. Además de él, cientos de personas del pueblo Yagán fueron secuestrados y llevados a las Malvinas para ser esclavizados por misionarios británicos durante el siglo XIX.

“Me sorprendió [el estudio de Science], y me da alegría saber un poco más de mi pueblo, que es un pueblo canoero”, dice Lidia González a El PAÍS, miembro del pueblo Yagán y representante de este en la actual Convención Constitucional de Chile. “Obviamente la comunidad Yagán está interesada en saber más de nuestro pueblo. Nosotros vivimos en el extremo sur de Chile, hemos sido muy invisibilizados por el país, se sabe muy poco de nuestra cultura. Y fuimos reducidos de ser un pueblo que habitaba toda la Patagonia a hoy, que solo somos unos cuantos”. Aunque no hay un censo exacto, se estima que actualmente en los dos países hay al menos unas 500 personas que pertenecen al pueblo Yagán.

“No elegimos ser pocos, nos tocó muy duro a nosotros la historia”, añade González. Su madre, cuenta, es la última persona viva en Chile cuya lengua materna sigue siendo el Yagán. “Trabajamos haciendo cursos [por cuidar la lengua], pero acá no hay apoyo de nadie, ni del Gobierno, ni del Estado”, añade.

Aunque llevan siglos en el sur del continente, solo hasta este año Argentina reconoció su personalidad jurídica como pueblo originario, según explicó a El PAÍS Vanina Ojeda, miembro del pueblo selk’nam en la Patagonia argentina y secretaria provincial de Pueblos Originarios. “Nos sorprendió el estudio, pero no tanto”, dice Ojeda sobre lo publicado en Science. “No creemos imposible que la presencia del pueblo Yagán como resistente haya habitado el pueblo malvinense, así como el pueblo kawashkar”.

Pero algunos investigadores en la Patagonia son más escépticos frente al artículo de Science y llaman a la calma, como Atilio Francisco Zangrando, arqueólogo y paleontólogo del Centro Austral de Investigaciones Científicas en Argentina. “Es verdad que en muchas partes del mundo se toma el carbón como forma indirecta de presencia humana, pero no en contextos tan aislados [como las Malvinas]”, dice Zangrando. “No podemos probar presencia humana solo con carbón, con depósitos. Normalmente esos niveles de carbón que se encuentran están ligados a un sitio arqueológico”.

En cambio, en las Malvinas no hay “ningún registro cultural asociado a la presencia humana”, como artefactos de caza o otros tipos de ruinas, aparte de la punta de flecha en piedra que pudo llegar allí cuando los británicos llevaron a los Yagán a las Malvinas en el siglo XIX. “Grupos yaganes fueron trasladados allí por misiones anglicanas, y cuando iban mantuvieron algunas tradiciones como fabricar puntas de armas con piedra”, dice Zangrando.

La falta de más restos de artefactos para cazar pingüinos y leones marinos, además, le genera dudas. “Yo trabajo en conjuntos arqueológicos de acá, en Tierra del Fuego, y es muy común encontrar huellas o marcas en los huesos de lobos marinos”, dice sobre marcas que dejarían las herramientas de caza. “En los depósitos que hemos excavado donde estuvieron los yaganes acá, es muy común encontrar esas marcas. Entonces llama atención que en tantos miles de huesos no aparece ninguna marca clara, y no aparecen instrumentos de piedra asociados a esos huesos”.

Pero si los yaganes no estuvieron allí, ¿quién llevó al zorro domesticado hasta las islas? Zangrando –que también dice que el pueblo navegante de los yaganes difícilmente hubiera podido viajar en sus canoas tan lejos como a las Malvinas– dice que hay otra hipótesis: quizás el zorro llegó solo.

“Se ha manejado el argumento de que, cuando el nivel del mar fue muy inferior al actual, hasta 120 metros por debajo del actual, en un periodo que se llamó Último Máximo Glacial hace 20.000 años, la Patagonia tenía el doble de superficie”, explica Zangrando. “Eso hacía que la distancia entre la costa entre la Patagonia y las Malvinas fuese más chica. La hipótesis que se planteó es que esta especie [el zorro] pudo viajar en plataforma de hielo, algo que ocurrió en el hemisferio norte. No estuvieron conectadas las Malvinas y la Patagonia por tierra firme, pero pudieron estar conectadas por hielo”.

Pero el camino de hielo también se mantiene como una hipótesis no probada aún. Zangrando, al igual que González en Chile, Ojeda en Argentina y Hamley en Maine, saben que solo queda una solución para saber cómo llegó el misterioso zorro o confirmar si los yaganes llegaron antes que argentinos o británicos a las Malvinas: investigar más. Pero sobre todo, esta vez, investigar juntos.

Camila Osorio (publicado por El País el 06/11/2021)

Fuente: ¿Quién estuvo allí primero?: tras el rastro de la huella indígena en las Islas Malvinas | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)

Ir Arriba