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julio 2020 - page 2

Polémica en la pospandemia: “En Italia el virus sigue entre nosotros, pero bajó su carga viral y los asintomáticos ya no contagian”

Para el médico argentino Gabriel Farante haber vivido la pandemia justo en el epicentro que disparó el coronavirus hacia el resto de Europa – la región de la Lombardía, en el norte italiano – fue peor que una guerra.

En la guerra clásica, la estrategia militar para lograr los objetivos frente al enemigo se trazan analizando las acciones en el campo de batalla; en cambio, esta guerra epidemiológica fue contra un enemigo desconocido, incluso para la propia tropa: los médicos. Italia a lo largo de la pandemia perdió a 160 médicos jubilados. Ellos generosamente -a fines de febrero 2020 cuando escaló el pico de contagios y muertes en la región de la Lombardía – no dudaron en ponerse el delantal y ofrecieron su ayuda. Lo hicieron sin protección, y sin saber muy bien cómo había que enfrentar a ese virus que se mostraba letal e invisible.

Ya en la pospandemia, las cifras del coronavirus en Italia aún estremecen. Todo pasó demasiado rápido: en menos de cuatro meses de pandemia, se sumaron 35 mil personas fallecidas y 240 mil infectados en todo el territorio italiano.

Farante es médico cirujano, especializado en cáncer de mama y nacido en la ciudad de Rosario. Se recibió de médico en la Universidad de Córdoba, y planificó un viaje de profesionalización a Milán por 6 meses, que se extendió hasta hoy por 30 años permitiéndole desarrollar una sólida carrera en el Instituto Europeo de Oncología de Milán.

Lo dicho explica por qué el sistema de salud italiano colapsó ante la exponencialidad de los contagios y el comportamiento del virus en Italia, y su peor consecuencia: el número alto de muertos en varios pueblos pequeños, allí donde todos se conocen. Todo pasó frente a la paradoja que señaló el propio Farante varias veces a lo largo de la entrevista: Lombardía es considerada la región con la mejor medicina y los mejores médicos de Italia. “Qué suerte que la pandemia de COVID-19 comenzó aquí, si no hubiera sido peor”, dijo Farante.

El virus desinflado

El médico argentino Farante, desde Milán, adscribe con sus explicaciones y fundamentos científicos sobre el coronavirus SARS -CoV-2 en la misma línea teórica de dos colegas de la zona de la Lombardía, a quienes él respeta mucho: el virólogo Massimo Clementi, del Hospital San Raffaele de Milán y el médico nefrólogo Giuseppe Remuzzi, director del Departamento de Inmunología y Trasplante Clínico de los Hospitales Reunidos de Bérgamo, en Italia. La tesis de que el virus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad COVID 19 ha envejecido y es cien veces menos virulento ahora que en sus comienzosTanto Clementi como Remuzzi comenzaron -hace unos meses atrás – a describir la pandemia desde un ángulo crítico, de acuerdo a las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

-Doctor Farante, ¿usted también – como sus pares Remuzzi y Clementi – cree en la tesis -en el caso italiano- que el virus se ha “desinflado”, que ha perdido la virulencia de los primeros tiempos ?

– Gabriel Farante: Sí, e incluso no creo que sea una tesis. Éstas observaciones se basan en hechos fácticos, son una realidad. Fue además investigado científicamente por el grupo de Clementi y por el de Remuzzi, en el Instituto Mario Negri de Bérgamo. El virólogo Clementi emprendió un estudio similar al que hizo Corea (en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Corea del Sur).

El grupo del doctor Clementi tomó 100 casos de marzo 2020, controló la carga viral y comparó con 100 casos de fines de mayo 2020, controló la carga viral. Y vieron que la carga viral de los de mayo -recientes- tenía al menos 100 veces menos potencia que los de marzo. Por lo tanto, nadie dijo que no existe más el virus, tampoco nadie demostró que hubo una mutación del virus, la única realidad es que la carga viral de los pacientes hoy es menor.

Por eso, a diferencia del inicio que había positivos asintomáticos que contagiaban. Esos eran los más peligrosos, porque era gente que ya estaba infectada, no lo sabía y contagiaban a otros. Hoy, hay muchos COVID-19 positivos que son asintomáticos y que no contagian.

-Los estudios de Clementi y los del CDC de Corea plantearon también un cambio en la clínica de los pacientes positivos, que impactó directamente en la baja de la ocupación de las camas de terapias intensiva, permitiendo que el sistema de salud se recupere...

-Exactamente. En Italia, la pandemia comenzó el 21 de febrero y -90 días después- el 4 de junio se abrió definitivamente. En el interín, el drama: tuvimos lamentablemente 35 mil muertos y 240 mil infectados. Ahora, en este momento es una situación completamente cambiada. Convivimos el virus, el virus no desapareció, pero está bajo control. Tenemos aproximadamente 20 muertes por día y las terapias intensivas se vacían.

Del estudio que emprendió el virólogo Clementi surge el cambio en la clínica de los pacientes, y ya no se trata solo del número de casos. Hoy, llegan pacientes con síntomas muy leves, no hay pacientes graves, ninguno más va a la terapia intensiva o UCI (Unidades de Cuidados Intensivos), y apenas pocos van al hospital. Esta caída en las admisiones a la UCI llevó a los médicos de Clementi a preguntarse si hubo algún cambio virológico. Y el propio virólogo de la San Raffaele aclaró que no se deben a mutaciones del virus, sino a otra característica: la virulencia.

-Doctor Farante, ¿puede establecer a esta altura de la pandemia qué aciertos y qué desaciertos hubo en la gestión de la pandemia del caso italiano?

-Claro que hubo errores, muchísimos: tuvimos 240 mil contagiados y 35 mil muertos. Al inicio era un aluvión que se venía encima y no había forma de controlarlo. ¡Y menos mal que el epicentro fue aquí en Lombardía! donde tenemos la mejor medicina de Italia, donde está la mayor cantidad de centros médicos importantes y de calidad; y de todas las especialidades, cardiología, oncología, hospitales generales e infecciosos. Hubo médicos que morían porque no se ponían los barbijos. Todas estas cosas sucedieron, y poco a poco se comenzó a tomar distancia.

-Hubo un hecho disruptivo que impulsaron los expertos italianos y que permitió un avance importante en el conocimiento sobre cómo tratar el coronavirus; en una línea opuesta a lo que planteaba la OMS ¿Cuál fue?

Hay que decir claramente que Italia aportó un descubrimiento muy importante a la investigación sobre el nuevo coronavirus; y fue cuando hizo las autopsias a mitad de marzo, en contra de la sugerencia de la Organización Mundial de la Salud. Es decir, el país desobedeció, digamos, e hizo las autopsias igual. Y descubrió la coagulación intravascular diseminada (CID) ; descubrió que todos hablaban de las neumonías, y de las pulmonías, y resultó que había un paso anterior que era esta CID que tapaba los pulmones. Por eso el 90% de los que entraban en terapia intensiva, morían.

Después se empezó a usar la dexametasona en bajas dosis porque desinflamaba ese proceso inflamatorio. También se empezó a usar el suero de convaleciente de los que ya habían sido contagiados y curados. Hoy tenemos 190 mil curados, eso significa que tenemos un bagaje por si hay hipotéticamente un nuevo reverdecimiento del virus, estamos más preparados.

Los tests, el centro de la escena

– Sobre las cuarentenas hay divergencia sobre en qué momento hay que salir y en el cómohacerlo. Pero hay consenso sobre los múltiples impactos que provocan: psicosociales, sanitarios y sobre todo económicos ¿Cuál es para usted la mejor estrategia frente a estas sociedades cansadas?

Hay que volver a la normalidad, porque el encierro trae problemas económicos, pero sobre todo trae muchos problemas emocionales: mentales, psicológicos ¿y eso quien lo controla después? En Italia se cerraron el 30% de los negocios y hay millones de trabajadores sin trabajo.

Por ejemplo, la semana pasada tuvimos dos focos, uno en Mondragón, cerca de Nápoli, y otro en Bologna, en una empresa de transporte. Se cerró la empresa, controlaron, hicieron los tests, no abrieron, y así se controló el foco para que no se disemine. Bologna no cerró, y Napoli tampoco. Si en una ciudad como Milán se dispara un nuevo foco, en un barrio, como puede pasar en una ciudad grande y muy poblada como Buenos Aires, se cierra el foco, pero no la ciudad. No podemos cerrar más porque la economía italiana a pesar de que es distinta que la argentina tiene dificultades.

Argentina imitó muy bien a Italia en el cierre. Ahora creo que tiene que imitarla en todas las otras cosas que le ha dado resultado como por ejemplo los tests. Es mejor prevenir que después curar o saturarse porque hay muchos casos. Sigo las investigaciones científicas de la Argentina, son muy interesantes, porque tiene un excelente nivel la medicina argentina. Los médicos se destacan singularmente en todo el mundo y en cualquier especialidad.

-En Italia, doctor Farante, se llegaron a hacer 60 mil tests por día y se sostuvo esa cifra a lo largo del tiempo. ¿Usted considera que esa fue la estrategia clave para “acorralar” al virus?

El tema de los tests resultó fundamental. Con respecto al número, es cierto, se hicieron 60 mil tests por día y algunas jornadas se llegó a 70 mil tests; pero lo más importante es que la estrategia epidemiológica se sostuvo por más de 2 meses. Eso hace a la eficacia de una estrategia, es una inversión que tendrá frutos. Ayer, con 200 infectados por día y alrededor de 22 muertos, todavía se hicieron 55 mil test.

En este momento no hay ningún tratamiento eficaz, ciento por ciento, pero hay una combinación de estrategias antiinflamatorias como la dexametasona, la heparina y algunos antivirales. En general, el mejor tratamiento en la medicina es la prevención. El hecho de mantener la distancia social o permanecer aislados, o evitar los contactos en zonas de infección.

– Cómo funciona en términos concretos la pospandemia en Milán, su ciudad. La gente sigue respetando las normas epidemiológicas, como el DS. ¿O existe una especie de descontrol -como a veces parecen mostrar las fotos del verano italiano- después de tanta angustia y muerte?

-Todos los años en Italia mueren 180 mil personas por tumores y 220 mil por enfermedades cardiovasculares; esto quiere decir que la vida sigue. Tenemos que enfrentar esto, fue un impacto, fue algo nuevo, pero ya lo controlamos.

Porque sino después tendremos más problemas, la problemática económica trae enfermedades también, de todo tipo: desde psicológicas hasta cardiovasculares. Entonces hay que cuidar la parte económica, hacer un equilibrio entre la salud y la economía. Una mala economía provoca enfermedad, y por lo tanto desequilibra la salud general de la población.

Daniela Blanco (publicado por Infobae.com el 05/07/2020)

Fuente https://www.infobae.com/salud/2020/07/05/polemica-en-la-pospandemia-en-italia-el-virus-sigue-entre-nosotros-pero-bajo-su-carga-viral-y-los-asintomaticos-ya-no-contagian/

Gina Lollobrigida cumple 93 años sumergida en una triste batalla familiar

Hubo una época en que Italia parecía estar dividida en dos bandos en cuestiones de gustos fílmicos: quienes seguían con fervor a Sophia Loren y los que preferían más bien a Gina Lollobrigida, “La Lollo”, como la llama la prensa de su país.

Si bien hubo otras estrellas en aquellos años dorados del cine italiano como Claudia Cardinale, Silvana Mangano y Monica Vitti, la rivalidad entre “la Loren” y “la Lollo” por su belleza y talento fue legendaria.

“Yo no buscaba el enfrentamiento. Yo era la número 1”, explicó Gina en 2017, cuando cumplió 90 años. “Lo conseguí gracias a mí misma, sin el apoyo de ningún productor”, añadió en relación con el matrimonio de Loren y el productor Carlo Ponti.

Sin embargo, en una entrevista de 2016 para Vanity Fair, Gina declaró que aquel famoso enfrentamiento “se lo inventaron ella y sus agentes de prensa, y ella no ha dejado de repetir el tema durante 50 años. A mí me resultó aburridísimo”.

Disputa real o no, lo cierto es que hoy la lucha ya no es con Sophia Loren en las pantallas, la batalla que Gina Lollobrigida libra es al interior de su propia familia.

A los 93 años la actriz, fotógrafa y escultora nacida en Subiaco, a las afueras de Roma, el 4 de julio de 1927, está enfrentada con su propio hijo.

Todo comenzó con su romance con el español Javier Rigau y Rafols, un hombre 34 años menor que ella y es que como la actriz declaró, siempre ha tenido “debilidad por los jóvenes”.

El romance pronto levantó suspicacias en el único hijo de Gina, Andrea Milko Skofic, nacido en 1957 durante su matrimonio con el médico esloveno Milko Skofic.

La pareja primero contó que se conocieron en 1984 en una fiesta en Mónaco, después resultó que en realidad se conocieron en 2004 y fue Rigau a quien le pareció interesante decir que su relación tenía dos décadas (aunque hay fotos de ambos del año 200) para mostrar un romance sólido, y es que en el año 2006 anunciaron su compromiso matrimonial.

Pero Gina canceló el asunto dos meses después debido a la presión mediática y a que entre ella y Javier sólo había “pasión, no amor”.

Él no se quedó de brazos cruzados y el 29 de noviembre de 2010 celebró la boda en una iglesia de Barcelona con algunos testigos, una suplente de la actriz y unos documentos que Gina le firmó.

La actriz se enteró por casualidad de su boda y estalló contra el español, quien defendía su accionar basado en la idea de que Gina no quería un circo mediático y por eso se casó por poderes con él.

Lollobrigida emprendió acciones legales en 2013 tanto en Italia como España por considerar que su boda fue un fraude, pero Rigau le advirtió que podría demandarla por manchar su nombre.

En medio de todo ese escándalo el hijo de Gina pidió a las autoridades de Roma, en marzo de 2014, que se nombrara a un administrador para que tomara las decisiones empresariales de su madre, pues consideraba que ella por su edad ya no estaba capacitada.

Según Skofic, en aquel momento llevaba dos años sin ver a su madre.

Un juez determinó que la actriz de Pan, amor y fantasía estaba totalmente capacitada para tomar sus decisiones, pero no se trató del final de la historia.

La disputa legal de la mujer que fue cortejada por Howard Hughes y que compartió pantalla en Hollywood con figuras del calibre de Tony Curtis, Anthony Quinn, Errol Flynne, Frank Sinatra, Tyrone Power y Yul Brynner, ha tenido nuevos capítulos.

En aquella entrevista que Vanity Fair le hizo a Gina en 2016 parecía que Rigau era cosa del pasado, pero en escena estaba ya un nuevo joven (su debilidad), llamado Andrea Piazzolla, “un tipo guapo de cabello negro y ondulado”, según la revista.

El joven la ayudó a montar una exposición de sus esculturas en Qatar y con el paso del tiempo fue adquiriendo un mayor protagonismo en la vida de la diva italiana, alguna vez llamada “la mujer más bella del mundo”.

Gina lo definía como un hombre inteligente, honesto, “la mejor persona que he conocido en mi vida hasta ahora”, pero reconocía que esa misma cercanía provocaba el temor de su hijo. “Le da miedo que le deje el dinero a Andrea”.

En efecto, Skofic volvió a emprender acciones legales que esta vez sí tuvieron efecto.

En noviembre de 2019 las autoridades italianas ordenaron que un administrador gestionara la fortuna de Gina, pues la familia acusó a Piazzolla de “expoliarla”.

Un nuevo episodio se dio apenas el pasado mayo, cuando la jueza del Tribunal de Roma, Eleonora Lombardi, autorizó al administrador a requisar cualquier objeto de valor de la casa de la actriz, premios, cuadros y joyas incluidos, y a resguardarlos para evitar que se dilapidaran.

“Han decidido que muera de un modo innoble como se hace con los delincuentes. En un país civil no es tolerable que se den abusos tan graves e injustos”, respondió la actriz en un comunicado donde lamentaba tener que vivir en “precariedad”, “evidente disgusto” y privada de “los recuerdos que la han acompañado durante toda su vida” en su mansión de la Appia Antica de Roma.

Pese a la protesta de la diva, la familia tomó esa medida luego de que algunos de sus objetos salieran a subasta.

Además emprendieron, con Rigau incluido, una demanda penal contra Piazzolla, en la mira por un historial de operaciones bancarias y compras realizadas con el patrimonio de la actriz entre 2013 y 2018.

De acuerdo con un informe de la Fiscalía de Roma, Piazzolla se nombró administrador de una sociedad que gestiona los bienes de Gina y tan solo en 2015 vendió tres inmuebles.

Será el próximo 9 de julio cuando el Tribunal de Roma decidirá si se abrirá o no un juicio contra Piazzolla, quien lleva ocho años administrando la fortuna que Lollobrigida recaudó en más de seis décadas de carrera y con títulos tan importantes como Fanfan la Tulipe, Pan, amor y celos, La Romana y Salomón y la reina de Sabá.

Pero la actriz insiste en que no hay ningún problema con Piazzolla. “Mi vida es mía, trabajo desde que tengo 18 años y siempre he cuidado de mí misma”, aseguró al Corriere della Sera el año pasado.

Y es que con más de 90 años, Gina se mantiene activa. “Para mí trabajar significa vivir, mantenerme viva, es un placer. Sin trabajo me sentiría perdida”, declaró a la Rai en 2019, con motivo de su viaje a Estados Unidos para grabar un documental de su vida The Last Diva.

“Quería escribir toda mi biografía, pero en lugar de eso ahora se las cuento”.

Y es que en la vida de Lollobrigida hay anécdotas innumerables. Es de las pocas divas vivientes del cine, testigo de la época de esplendor de la filmografía en Europa y en Hollywood, una actriz que llegó a la escena por casualidad, después de que fuera descubierta por un cazatalentos a las afueras de la Academia de Bellas Artes de Roma, donde estudiaba dibujo y escultura y dejó claro que el dinero no era importante para ella. “Yo, sobre todo, quería ser artista. Aspiraba a desarrollar una carrera de alto nivel”, dijo a Vanity Fair.

Hoy no es su carrera o su trabajo como artista de lo que se habla, es el dinero el que tiene a “la Lollo” en una disputa mediática.

Fuente https://www.infobae.com/america/entretenimiento/2020/07/04/gina-lollobrigida-cumple-93-anos-sumergida-en-una-triste-batalla-familiar/

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