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noviembre 2019

Una argentina compró una casa por un euro en Sicilia

Algunas pequeñas localidades europeas buscan combatir en los últimos años la despoblación debida al éxodo de los jóvenes a centros metropolitanos ofreciendo algunas casas y edificios antiguos a precios simbólicos, con el único compromiso de que sean restaurados. Sicilia, la isla al sur de Italia, es uno de los lugares donde se ha vuelto más común esta estrategia.

Una argentina, Cecilia Solari, fue noticia en la prensa italiana por haberse convertido en estos días en una de las nuevas habitantes de Mussomeli, pequeña comunidad de 10.000 habitantes en la comuna de Caltanissetta, en el corazón geográfico de Sicilia. En este pueblo, la municipalidad ha puesto en venta las casas desocupadas al valor de un euro con la intención de que el pueblo no siga perdiendo habitantes. Ya cedió más de 120 construcciones, sobretodo a extranjeros.

Solari, artesana argentina de 46 años, se dedicó a viajar por el mundo después de la muerte de su marido, en 2016. “Hace un año terminé en Sicilia -le contó al diario La Repubblica-. Estaba visitando los pueblos más bellos de Italia y llegué aquí, donde volví a encontrar el calor que me faltaba”.

Solari consiguió comprar una casa de 250 metros cuadrados, en tres plantas, a través del proyecto, aunque tuvo que gastar más de un euro porque la propiedad ya estaba en condiciones de ser habitada.

“Estoy buscando un poco la verdadera vida, recuperar los valores, lo que falta en la ciudad. En el piso de abajo voy a poner el taller, donde voy a dedicarme a hacer mis joyas artesanales” reveló Solari, que ya se insertó en la vida comunitaria de Mussomeli.

En la foto: Cecilia Solari es la artesana argentina que pudo acceder a una vivienda de 250 metros cuadrados al valor de un euro.

Publicado en La Nación el 24/11/2019

recuperado de: www.lanacion.com.ar/el-mundo/el-sueno-casa-1-argentina-compro-vivienda-nid2309348

El asesinato de Vittorio Meano, el arquitecto del Congreso y del Colón

El 1º de junio de 1904, el ingeniero italiano Vittorio Meano salió temprano de su lujosa casa situada en Rodríguez Peña al 30 y se dirigió hacia la avenida Callao para supervisar la construcción del Congreso de la Nación, que él mismo dirigía desde 1895. Tenía 44 años y un éxito profesional que le hacía sentir que había tocado el cielo con las manos. También, por cierto, enfrentaba cuestionamientos por el manejo de los fondos de la obra magna.

Solía regresar a su casa al mediodía, pero aquella mañana, a las 10, dos horas después de haber salido, volvió a buscar algunos documentos que había olvidado.

Al cruzar la puerta principal, esperaba ver a su esposa, Luisa Franchini, con quien había viajado a la Argentina desde Turín en 1884. Sin embargo, lo que realmente vio fue la estela audaz que dejaba Carlos Passera, uno de sus empleados, al salir corriendo del interior de una de las habitaciones principales. Meano -un piamontés que utilizaba un bastón y caminaba con cierta dificultad- lo persiguió, cegado de furia.

Sobre el último peldaño de unas escaleras logró alcanzarlo. Pero Passera, asustado, desenfundó un revólver. Disparó dos veces. El primer proyectil dio en el marco de una puerta; el segundo perforó el pecho y el pulmón izquierdo del ingeniero, que caminó unos pocos metros antes de morir, mientras la sangre brotaba de su boca.

Passera engañó al primer policía que llegó hasta el lugar -un joven santiagueño que llevaba días en servicio- y logró huir a través de una fábrica lindera, de la calle Rivadavia. Rápidamente, el jefe de la comisaría 7ª, Enrique Quintana, emitió una orden de captura: “Se busca a Carlos M. Passera. Italiano, de 25 años. Blanco, delgado, alto, cabello castaño, bigote. Viste traje azul marino, sobretodo negro y sombrero blando de alas anchas”.

En el centro porteño flotaba una pregunta: ¿quién era ese osado inmigrante capaz de asesinar al ingeniero que había diseñado el Congreso de la Nación y que, junto con Francesco Tamburini y Jules Dormal, creó el Teatro Colón?
Se supo que Passera trabajaba como empleado de limpieza en la casa de Meano. Pero el ingeniero lo había despedido dos meses antes del homicidio y también le había prohibido que regresara a la casa de la calle Rodríguez Peña. Por eso se enfureció al verlo, segundos antes de su muerte.

Passera había sido despedido antes por otras familias que también lo habían contratado. Pocas horas después del crimen LA NACION publicó un perfil del asesino, que había llegado al país sin oficio y solo cuatro años antes: “Joven, buen mozo y galanteador. Vestía con total corrección y llevaba vida de príncipe, sin que sus conocidos dieran cuenta exacta sobre los medios de los que se valía para realizar tal milagro”.

Diarios de la época publicaron que en una habitación que arrendaba, Passera tenía mucha ropa de corte elegante -imposible de adquirir para un inmigrante veinteañero- y costosas pastas dentales que en los arrabales eran un objeto de lujo en aquella época.

El criminal permaneció prófugo unas pocas horas; buscó un abogado y se entregó ante el juez de instrucción Constanzó, que ya había tomado el control de la investigación. Al ser interrogado, dijo que el arma homicida no le pertenecía y que solo se había defendido.

Pero esa versión cayó rápidamente cuando los peritajes desmintieron la existencia de un forcejeo o una pelea entre Meano y Passera. Además, un testigo afirmó que él mismo le había vendido al homicida el arma del crimen.
Otra prueba que derrumbó su mentira fue que los técnicos de las fuerzas de seguridad encontraron en todos los bolsillos de los pantalones de Passera “sustancias grasas” compatibles con las que se utilizaban para el mantenimiento de las armas de fuego.

Por otro lado, allegados a la víctima declararon que a Meano no le gustaban las armas. De hecho, en una ocasión recibió un revólver como obsequio y el mismo día se deshizo de esa pieza, dijeron.

Cartas reveladoras

El expediente creció rápidamente y en pocos días acumuló más de 300 páginas. Entre esas carpetas, cobró importante relevancia para los investigadores una serie de cartas -incautadas en los allanamientos- que el homicida y la viuda del ingeniero habían intercambiado tiempo antes del crimen. La crónica publicada por LA NACION tras el homicidio detalla: “Como en uno de los cajones del escritorio se encontraron cartas y retratos reveladores, se inició una investigación que las autoridades policiales reservan hasta en sus menores detalles”.

Si bien en un principio hubo un completo hermetismo en torno a estos documentos, cuando la noticia ya desaparecía de las tapas de los periódicos se supo que Passera y Franchini mantenían una relación secreta e íntima. “Durante la requisa se secuestraron cartas amorosas comprometedoras para la viuda de la víctima”, publicó la revista Caras y Caretas.

La viuda confirmaría durante los interrogatorios que solían verse en la casa de la calle Rodríguez Peña cuando Meano trabajaba, aunque subrayó que solo eran encuentros en los que Passera se presentaba para pedirle dinero, ropa o trabajo. Pero esta excusa también cayó rápidamente y una semana después de la muerte del ingeniero Luisa Franchini fue acusada de encubrimiento.

Como ella se negaba a declarar en sede judicial y mediante escritos presentados por su abogado intentó eludir a las autoridades, finalmente el juez fue hasta su casa para tomarle declaración. El 8 de junio de 1904 la interrogó desde el mediodía hasta entrada la noche, y la detuvo durante dos días. Finalmente le concedió la posibilidad regresar a su hogar, pero quedó vinculada al proceso porque el juez consideró que, conociendo la existencia de elementos probatorios capaces de arrojar luz sobre las pulsiones homicidas de Passera, ella había decidido no facilitarlos a los investigadores.

Tres meses después, en un hecho azaroso que no guardaba relación con el homicidio del ingeniero, la viuda fue baleada por otro empleado de limpieza de su casa. Iracundo porque también él había sido despedido, sorprendió a la mujer en el dormitorio principal y gatilló tres veces con intención de matarla, pero solo salió un proyectil, que dio en uno de los brazos de la víctima. Luego, el empleado se suicidó sobre la misma cama de dos plazas en la que solía dormir Meano antes de ser asesinado.

En cuanto al caso principal, Passera fue condenado a 17 años de prisión. La viuda terminó exculpada, aunque debió volver a Italia.

Huérfano e inmigrante

“Si es cierto que la arquitectura es un gran libro en el que desde hace muchos siglos los pueblos vienen registrando con letras indelebles sus ideales, y las religiones sus símbolos, llegará un día en que -recorriendo las hojas del eterno libro- las generaciones futuras encontrarán la antigua temperancia representada por majestuosas páginas de granito y la moderna inquietud representada por mezquinas páginas de argamasa”, escribió el ingeniero Meano en 1895.

Ese mismo año, entre 17 concursantes que presentaron un total de 29 proyectos, él fue escogido para encabezar la construcción del Congreso de la Nación.

Al momento de ser asesinado, mientras desarrollaba esa obra, tenía 44 años. Nació en 1860 en Italia y sus padres habían muerto cuando él era solo un niño. Fue educado por un hermano suyo, Cesare, que también era ingeniero y lo impulsó a estudiar en una escuela técnica de Turín, donde Meano se especializó en geometría y quedó fascinado por la arquitectura de esa ciudad.

Según consta en un documento del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas (IAA) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quienes lo conocieron en aquella época destacan de él “una gran predisposición para el dibujo que lo conduce frecuentemente al retrato y a la miniatura”. Desde muy pequeño a Vittorio Meano le llamaban la atención los monumentos y tenía un vínculo muy estrecho con la literatura.

Meano decidió viajar a la Argentina en 1884, alentado desde el año anterior por el arquitecto Tamburini, que ya trabajaba aquí para el gobierno; ambos entablarían una fuerte amistad que los llevó a diseñar conjuntamente -entre 1889 y 1891- el Teatro Colón, junto con otros especialistas de la época como Gino Aliosi, Domingo Selva y Bruno Avenati.

Él mismo describió en un diario personal el trabajo en el Teatro Colón con el tono narrativo de la época: “El género de arquitectura que hemos adoptado, que no llamaremos estilo -por ser demasiado manierato-, quisiera tener los caracteres generales del Renacimiento Italiano, alternados con la buena distribución y solidez de detalles propias de la arquitectura alemana, y la gracia, variedad y bizarría de ornamentación propias de la arquitectura francesa”.

Al mismo tiempo Vittorio Meano construyó y diseñó, también, la casa de la calle Rodríguez Peña y casi Rivadavia donde fue asesinado, vivienda que el documento del IAA describe como un sitio con “orden, sencillez y gracia”.

Como el ingeniero turinés murió el 1º de junio de 1904, no llegó a saber que su proyecto “Agraciada” iba a ser elegido poco después por un tribunal que, entre 27 diseños, se decidió por el suyo para el nuevo Congreso de Uruguay. Sin embargo, el crimen alteró esos planes y, finalmente, la construcción del edificio parlamentario siguió un rumbo distinto.

Belisario Sangiorgio (publicado en La Nación el 21/11/2019)

“La ciudadanía italiana no se regala”, advierte Ricardo Merlo

El subsecretario de Exteriores italiano y presidente del Movimiento Asociativo de Italianos en el Exterior (MAIE), Ricardo Merlo, afirmó en un comunicado que “la ciudadanía italiana, no se regala, hay que conquistarla, merecerla”.

Merlo respondió así a Nicola Zingaretti, secretario del Partido Democrático (PD), que forma parte de la alianza de gobierno junto con el Movimiento Cinco Estrellas (M5S).

Durante el fin de semana, Zingaretti reclamó que el gobierno italiano impulse aprobar el “ius soli” (derecho de suelo) para otorgar la nacionalidad italiana a los hijos de extranjeros que nazcan en Italia.

También plantea introducir el “ius culturae” (derecho de cultura), por el cual se conceden derechos a los inmigrantes extranjeros llegados antes de los 12 años y con cinco años de escolaridad completada en Italia.

“Nicola Zingaretti, secretario del PD, relanza la ciudadanía fácil para los inmigrantes en Italia. Como MAIE, lo reiteramos una vez más, somos fuertemente contrarios al ius soli. La ciudadanía italiana no se regala, hay que conquistarla, merecerla”, dijo Merlo.

“Consideremos, además, que el ius soli representa en realidad el caballo de Troya de la izquierda, y del PD en particular, para eliminar de una vez por todas al ius sanguinis, es decir la ciudadanía a los descendientes de nuestros emigrados, de la discusión política. Y no podemos permitirlo”, agregó.

“Todo esto mientras cientos de miles de italianos en el exterior esperan que se les reconozcan la ciudadanía italiana ius sanguinis. No son extranjeros, tienen sangre italiana que corre por sus venas y solo esperan que Italia se los reconozca”, subrayó.

“En lugar de pensar en los inmigrantes, el PD haría bien en no olvidar a los italianos en el mundo, con sus descendientes, ¿o acaso cree que son solo limones que exprimir cuando se trata de hacer caja en ocasión de todo presupuesto económico?”, agregó Merlo.

“Nosotros del Movimiento Asociativo Italianos en el Exterior decimos primero a nuestros compatriotas en el exterior: son italianos también ellos, pero para algunos evidentemente son ciudadanos de serie B”.

“Sin duda no para nosotros -concluyó- que seguiremos luchando sin peros para defender sus derechos y sus intereses en el parlamento y el gobierno italiano”. (ANSA)

Colón: lo declaran Monumento Histórico Nacional y ya no podrá ser mudado

El monumento a Cristóbal Colón, ubicado ahora junto al Río de la Plata frente al Aeroparque, no podrá ser nuevamente trasladado. El Gobierno elevó su estatus patrimonial al declararlo Monumento Histórico Nacional junto a otras más de 100 esculturas emblemáticas emplazadas en el lugares públicos de todo el país. Antes de desarmar, pintar de otro color o mudar al marino genovés, las autoridades deberán consultar a la Comisión Nacional de Monumentos, organismo encargado de velar por sus correctos conservación y cuidado.

“A Cristóbal Colón no será necesario cambiarlo nuevamente de sitio, está correctamente restaurado y protegido. La polémica alrededor de él ya concluyó”, dijo Teresa de Anchorena, presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, respecto al destino del conjunto escultórico de Arnaldo Zocchi, sometido a un prolongado derrotero por la ciudad tras ser desmontado del pedestal que ocupaba detrás de la Casa Rosada.

Sin embargo, Mario Chiesa, del Comité Colón en su Lugar, agrupación que le solicitó al Papa Francisco impedir la mudanza durante el gobierno de la expresidenta Cristina Kirchner, explicó: “La obra fue una donación de la comunidad italiana para que esté siempre donde ellos quisieron ubicarla, en la Plaza Colón. Esperemos que gracias a la declaratoria vuelva ahí”. Según Chiesa, junto al río la obra sufre las inclemencias del tiempo y se puede echar a perder. Consultada sobre esta ambición, De Anchorena al respecto reiteró: “Hay que ser realistas, no es posible moverlo”.

Según la funcionaria, “hay pocos países que tienen un patrimonio tan valioso como el nuestro y, desde ahora, tenemos la superintendencia sobre estos bienes para cuidarlos de la mejor forma”. Fue mediante el decreto 769/2019, publicado en el Boletín Oficial, que se oficializó la declaración de los más de 100 nuevos monumentos históricos.

La escultura de Cristóbal Colón fue donada por los italianos durante el Centenario; su destino era permanecer detrás de la Casa de Gobierno, pero a partir de 2013 comenzó a atravesar una serie de vicisitudes que generaron duras polémicas entre funcionarios, ONG y vecinos de Buenos Aires. Para emplazar en su lugar una estatua de Juana Azurduy donada por Bolivia, primero se intentó llevarlo a Mar del Plata; las 100 piezas que lo componen fueron desmontadas y permanecieron por un tiempo esparcidas sobre el piso de la plaza. En 2015, fue finalmente trasladado en partes a la Costanera Norte. Allí lo reconstruyeron y tuvo una inauguración que pasó inadvertida a fines del 2017. En junio de este año, quedó integrado al nuevo paseo frente al aeroparque Jorge Newbery.

Basta de Demoler, la ONG que junto a la comunidad italiana cuestionó los cambios y las intervenciones sufridas por la escultura, se mostró conforme con la nueva categoría que adquirió. “Nos alegra la declaratoria. Reivindica nuestra lucha de tantos años para proteger una obra de arte cuyas piezas estuvieron tiradas en el piso, desarmadas, rotas y vandalizadas”, dijo María Carmen Usandivaras, presidenta de la ONG, quien también objetó la actual ubicación del marino, mirando hacia el Río de la Plata. “Para verlo bien hay que tomarse un barco. Puesto en esa dirección es casi una forma de decirle que se vaya. De todos modos, entendemos que un nuevo cambio lo perjudicaría. Mejor que lo dejen como está”, aclaró.

Otros casos

Colón no fue la única obra de arte desplazada. En los últimos cuatro años, más de diez monumentos cambiaron de lugar dentro del espacio público porteño; entre ellos, Juana Azurduy (que luego de reemplazar al navegante genovés detrás de la Casa Rosada fue llevada hasta el entorno del Centro Cultural Kirchner), Juan Bautista Alberdi, Juan José Castelli, el homenaje IV Centenario La Catalana y el Soldado Patricio. A los traslados se suma la desaparición de obras instaladas en parques, ya sea porque fueron sustraídas repentinamente -como La Niña Feliz de la Plaza Reina de Holanda- o porque, después de ser agredidas o sufrir patologías por el paso del tiempo, fueron llevadas al predio de Monumentos y Obras de Arte, en Palermo, donde las reparan (ver aparte).

La Comisión de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos aclaró al respecto que, si bien el organismo no es el encargado de custodiarlas, puede sugerir a las distintas autoridades cómo deben hacer para resguardar esos bienes.
Según los considerandos del decreto 769/2019, las obras declaradas Monumento Histórico Nacional son “un nexo entre el pasado y el presente, tienen además una finalidad pedagógica, son nobles y siempre conllevan la idea de lo perdurable y eterno, ya que se proyectan hacia el futuro”.

En la Capital, dentro de ese conjunto se destacan joyas clásicas de artistas franceses reconocidos mundialmente como Auguste Rodin y Antoine Bourdelle. Del primero se incluyó El Pensador, una obra emblemática ubicada en un nuevo pedestal frente al Congreso de la Nación que fue varias veces vandalizada y luego restaurada; también, el busto del prócer Domingo Sarmiento. Del segundo, se reconoció el Heracles Arquero, el Centauro Herido y el monumento ecuestre a Carlos María de Alvear que corona la Plaza Julio de Caro, en Recoleta, considerada una de las mejores piezas artísticas con las que cuenta Buenos Aires. Hace dos años amaneció pintada de negro, lo que generó críticas de vecinos y expertos en arte por considerar que el héroe perdió su identidad.

Dentro de las valiosas esculturas de principios del siglo XX ubicadas en el espacio público porteño, se consignó también el Obelisco, la estructura icónica de Buenos Aires de 67,5 metros de altura. La obra del argentino Alberto Prebisch fue varias veces intervenida a lo largo de sus más de 80 años: se lo disfrazó de arbolito de Navidad, se lo cubrió con un enorme profiláctico durante una campaña para prevenir el sida y, desde el año pasado, luce un jardín vertical sobre la insignia BA, telón de fondo para los turistas que se toman ahí fotografías. Este tipo de modificaciones de ahora en más deberán ser autorizadas por la mencionada comisión.

En tanto, del interior del país -recordó Alberto Petrina, uno de los expertos del organismo- se destacan ciudades como Resistencia, Chaco, considerada la capital de las esculturas por la gran cantidad que tiene. “En el resto de las provincias se pueden mencionar monumentos emblemáticos, como los que rinden homenaje al Ejército de los Andes en Mendoza, a Arenales en Salta, y a Urquiza en Paraná, entre otros”, agregó.

El trabajo de investigación destinado a conformar un listado de obras escultóricas patrimoniales fue realizado durante más de tres años por Marcelo Perusso, Sergio López Martínez y el equipo técnico de la Comisión Nacional de Monumentos, con el asesoramiento de especialistas como María del Carmen Magaz y Teresa Espantoso Rodríguez. Incluye también monumentos muy populares como los lobos marinos de Mar del Plata o la Torre Monumental de Retiro.

Virginia Mejía (publicado en La Nación el 17/11/2019)

En Rosario sacarán todos los símbolos religiosos de escuelas y hospitales públicos

Rosario dejará de tener símbolos religiosos en escuelas y hospitales públicos. Así lo resolvió su Concejo Deliberante al aprobar un proyecto que, como era de esperar, levantó mucha polémica. La normativa busca “garantizar el efectivo cumplimiento de los principios de libertad religiosa y de conciencia” y “certificar el carácter laico” del municipio. La iniciativa, a tono con un reclamo cada vez más generalizado de separar el Estado de la Iglesia, contó con el respaldo de la mayoría de los ediles. La votación, no obstante, fue bastante reñida: 13 votos a favor y 10 en contra.

El Gobierno de Santa Fe será el encargado de remover estas imágenes, ya sean crucifijos, vírgenes, cuadros o cualquier otro símbolo religioso instalado “en escuelas y hospitales públicos o pertenecientes al Estado provincial con jurisdicción en la ciudad de Rosario”.

La autora del proyecto, la concejala Celeste Lepratti (Frente Social y Popular), hermana de “Pocho”, el militante social asesinado por la represión policial de diciembre de 2001, defendió en el recinto la necesidad de “garantizar el efectivo cumplimiento de los principios de libertad religiosa y conciencia, reforzando el carácter laico de la ciudad”.

“El Estado debe garantizar la libertad y el derecho a profesar cualquier culto, pero desde la laicidad, contemplando y conteniendo las elecciones de cada uno. No puede poner una por sobre la otra”, argumentó.

La edil se mostró esperanzada con la posibilidad de que la “iniciativa se propague” por otras ciudades de la provincia. “Es muy saludable porque habla del respeto y la igualdad. Es importante entender que se puede o no profesar cualquier culto, pero tiene que haber libertad y no imposición. Es fundamental para convivir en la diversidad”, señaló.

El proyecto se aprobó con los votos del socialismo, el peronismo, el radicalismo y las fuerzas de izquierda. Los bloques de Cambiemos, Compromiso por Rosario y Partido Demócrata Progresista se opusieron.

La ONG Rosario “Pro Vida” salió al cruce de la medida ni bien los concejales terminaron de levantar sus manos. “No se puede ir al extremo siempre. Una cosa es separar la Iglesia del Estado y otra apuntar a un Estado ateo”, planteó su presidente, Gustavo Volpe en diálogo con LT8. Y agregó: “Nos parece tirado de los pelos. Una cosa es plantear la separación desde lo económico, otra cosa es quitar una imagen de un hospital a la que mucha gente se aferra en los momentos más difíciles de su vida”.

La ordenanza, inédita en toda la provincia, cuenta con un antecedente que no llegó a buen puerto. En 2010 y 2011, la legisladora Alicia Gutiérrez presentó en la Cámara de Diputados un bosquejo de ley similar. Sin embargo, en ninguna de las ocasiones fue tratado y terminó perdiendo estado parlamentario.

André Actis (publicado en Clarín el 09/11/2019)

La agencia consular italiana más austral

La agencia consular honoraria italiana en Ushuaia, en la provincia argentina de Tierra del Fuego, reabrió sus puertas y es la ubicada más al sur del planeta.

Al acto inaugural realizado este jueves, informa un comunicado, asistieron el cónsul general de Bahía Blanca, Antonio Petrarulo, el nuevo agente consular honorario, Moreno Salvatore, las autoridades locales y miembros de la comunidad italiana de Ushuaia.

La noticia de la apertura de la agencia, después de más de dos años de suspensión de actividades, fue anunciada en enero pasado por el embajador italiano en Argentina, Giuseppe Manzo, con motivo de su visita a la ciudad más austral del mundo.

Hay alrededor de 1.600 italianos que viven en Tierra del Fuego y muchos de ellos son descendientes de inmigrantes que llegaron con la famosa Expedición Borsari que, entre 1948 y 1949, trajo a más de 1.100 italianos a Ushuaia. En ese momento, la ciudad tenía solo 2.000 habitantes, por lo que la llegada de los primeros italianos cambió radicalmente sus características.

La iniciativa de Borsari siguió por unos meses los acuerdos firmados entre el gobierno italiano y el argentino que proporcionaban facilidades para la emigración de cooperativas u otros grupos de trabajo.

La reactivación de la agencia permitirá que los italianos que residen en la provincia “fueguina” se beneficien directamente de los servicios consulares, lo que evitará la necesidad de ir a Bahía Blanca, ubicada 1.800 kilómetros al norte de Ushuaia y a 650km. al sur de Buenos Aires. Además de los residentes, los muchos viajeros italianos que visitan Tierra del Fuego cada año también se beneficiarán de ella.

La ceremonia de reapertura fue acompañada por un concierto de arpa del artista italiano Raoul Moretti, realizado gracias a la intervención del Instituto Cultural Italiano de Buenos Aires. (ANSA)

Museo de Cerámica Toscana, arte mayor para admirar en Glew

La promocionada Ruta de la Cerámica Toscana guarda una de sus escalas a miles de kilómetros del norte de Italia. Bien lejos de las colinas de Chianti, donde se encadenan los pueblos alfareros como Impruneta y Montelupo Fiorentino, una localidad del sur del Gran Buenos Aires se ganó un lugar en ese recorrido por la más arraigada tradición preservada desde hace siglos en aquella región salpicada de viñedos y valles prósperos. Con las magistrales piezas atesoradas en el Museo Manigrasso como mejor carta de presentación, Glew añade un nombre con reminiscencias británicas a ese muestrario de arte mayor que remite indefectiblemente a la costa del mar Tirreno.

La tradición toscana recreada en Glew aporta brillo y colores vivos al patrimonio cultural del partido de Almirante Brown, de la mano virtuosa de Cósimo Manigrasso. Cuando desembarcó en Buenos Aires en 1948, contratado para trabajar durante dos años en una fábrica de platos utilitarios de cerámica, este talentoso inmigrante italiano nacido en Grottaglie portaba pergaminos como alumno destacado y luego profesor de la Escuela Militar de Arte Vicente Caló. A esa altura ya era considerado un consumado artesano de ánforas en cerámica y pintor de los más deslumbrantes paisajes de su tierra.

Obsesivo y apegado a una rigurosa disciplina, Manigrasso dedicó su vida hasta el último suspiro a nutrirse de arcilla para moldear piezas y decorarlas con escenas y personajes de las mitologías griega, romana y egipcia. En 1952, recién arribado a Glew, el artista intuyó que el inabarcable paisaje rural que nublaba su vista sería la mejor fuente de inspiración para volver a despuntar su pasión por la creación artística. Rápido de reflejos, reconvirtió en su austero atelier la caballeriza de la casaquinta y puso manos a la obra.

Buena parte de la intensa rutina creativa que se impuso Manigrasso hasta su muerte en 2004 se refleja en los más de 1.000 cuadros pintados al óleo y vasijas exhibidos en el museo. Su nieta política, Analía Suárez, se encarga de guiar el recorrido por las cuatro salas y relatar la apasionante vida que transitó su ilustre abuelo. “En la sala Ana María Mandolini se pueden apreciar las herramientas que utilizaba Manigrasso, su cámara de fotos, ánforas, cuadros, el escritorio, un reloj de bolsillo y el delantal, que -así como él sostenía- ‘no se lava porque allí queda el alma del artista’”, explica la anfitriona del museo.

Así como cada pieza moldeada en cerámica y pintada a mano alzada con la técnica del esgrafiado, al pie de una imagen que ilustra un puente de Venecia con trazos delicados, brilla el legendario torno patero (también conocido por los especialistas en la materia como rueda egipcia) que Manigrasso empujaba con los pies para dar forma manualmente a cada pieza que gestaba.

Una veintena de alumnos del Instituto N° 53 de Glew camina dispersa por el parque de la casa-museo. Avanzan decididos a ingresar aunque denotan cierta incerteza por lo que les espera del otro lado de la puerta principal.

Al frente de la caravana, la docente Mariana Do Nascimento despeja las dudas, mientras echa luz sobre el inestimable valor que encierra el legado de Manigrasso: “Muchos vecinos de Glew no conocen este patrimonio único de cerámica toscana. Pese a que resido en Lomas de Zamora tuve la suerte de recorrer el circuito cívico de esta localidad y me encantó. Asi fue que, entre varios centros culturales, bibliotecas populares y sedes de ONGs, descubrí este museo. A través de la materia Campo de la Práctica Docente nuestro principal objetivo es fomentar el potencial educador de las instituciones más allá de las escuelas”.

A su vez, el relato de Analía hace foco en los rasgos salientes de la personalidad del artista. “Manigrasso era extremadamente perfeccionista, obstinado, seguro de sus cualidades y tenía mucha personalidad. Para él no había fiestas de cumpleaños ni salidas al cine. Prefería encerrarse a trabajar desde temprano. Volvía del fondo de la casa para almorzar y regresaba al taller hasta que anochecía. Hacía traer la mejor arcilla del país desde Puerto San Julián (Santa Cruz) para molerla y colarla en baldes. Y sus pigmentos naturales para pintar eran de Misiones”, rescata la conductora de la visita.

Apenas un puñado de minutos pasaron desde el inicio del recorrido y ya cada uno de los estudiantes está listo para animarse a realizar sus creaciones en cerámica con la técnica “pellizco”. Analía les sugiere arremangarse como primer paso necesario antes de repartirles bochas de arcilla y un hilo para cortar la masa en bolitas que quepan en una mano. Sin apuro y desbordados por el entusiasmo, los aspirantes a alfareros ponen manos a la obra y moldean según su propia veta creativa.

Cristian Sirouyan (publicado en Clarín el 12/11/2019)

El gran ganador de las elecciones ha sido el mito de la nación católica

¿Quién ganó las elecciones argentinas? El primer ganador, dicen todos, es la democracia. Cierto: pacíficas, regulares, abren el camino a una transición ejemplar. Se dirá que eso es lo normal. Sí, pero dados la historia y el entorno, parece un milagro. Cuidado, sin embargo: la democracia es un juguete delicado, basado en equilibrios frágiles; el voto garantiza el gobierno de la mayoría; la Constitución protege los derechos de las minorías. ¡Ay de romper esos equilibrios!

No tendríamos que recordar nada de todo esto si los peronistas no provinieran de una escuela completamente diferente. Surgidos de una cepa ajena y hostil a la democracia liberal, tienden a interpretar la victoria electoral como un mandato divino, como el éxodo de la esclavitud a la tierra prometida. Por eso, a menudo se olvidaron de que el Estado no es su hogar, el dinero público no es su patrimonio, el Poder Judicial no es su espada redentora, los medios de comunicación no son las herramientas de su catequesis. Si esta vez no repiten ese guion, entonces sí que habrá ganado la democracia. De lo contrario, será lo mismo de siempre. El nuevo presidente electo se ha definido a sí mismo como “un liberal de izquierda”. Esto es gracioso dicho por un peronista, familia política nacida para combatir el liberalismo, pero tomémosle la palabra: dicen que los caminos del Señor son infinitos. Ciertamente, ningún liberal admitiría jamás los abusos del pasado.

El segundo ganador de estas elecciones es el peronismo. Pero todos se preguntan: ¿cuál de los dos Fernández gobernará? O sea: ¿qué peronismo ha ganado? No es ningún bizantinismo. El peronismo de Alberto, simplifiquemos, es el peronismo de Perón; coherencia y tolerancia no son su punto fuerte, pero no desdeña la política y sus compromisos; detesta el capitalismo, pero sabe que tiene que lidiar con él; desprecia la globalización, pero es consciente de que la autarquía es contraproducente: es un peronismo cínico, pero pragmático. El peronismo de Cristina es el peronismo de Eva: milenario, maniqueo, redentor; es una comunidad de fieles ansiosos por lanzar cruzadas; ven la política como un campo de batalla, la cultura como arma de conversión, la política exterior como arma de evangelización; es un peronismo ideológico: al creer supremos sus fines, considera lícitos todos los medios.

Lo más probable es que ambos quieran gobernar, cada uno a su manera; que comenzarán repartiéndose espacios y poderes y terminarán disputándose la presa más codiciada: la fe, la propiedad de la doctrina, la herencia del “verdadero” peronismo. Algunos sacudirán la cabeza: ¡habrá que elegir entre la sartén o el fuego! Yo no sabría cómo consolarlos.

El tercer ganador es el Papa: solo él podía unificar el peronismo, la clave del éxito. El frenético activismo eclesiástico en la campaña electoral lo dice todo: la Iglesia ha liderado la “reconquista”. Se han visto escenas de otros tiempos, indignas de un Estado laico. ¿Acaso Macri y los macristas eran “moros”? Ni hablar. Es que así predica la “teología del pueblo”: los “verdaderos” argentinos son los “pobres”, custodios de la religiosidad popular, del alma pura de la nación corrompida por las clases medias secularizadas, las “clases coloniales”. Y la casa y la Iglesia de los “pobres” es el peronismo, en los saecula saeculorum. Amén. Así que el Papa ganó: pronto rendirá homenaje a los argentinos concediéndoles la visita que hasta ahora les había negado; volverá como triunfador: la patria está redimida. Pero ahora viene la parte más delicada: era fácil unir a los fieles contra el diablo liberal y capitalista; será más difícil mantenerlos unidos en la prosaica tarea de gobernar, cuando se impondrán decisiones dolorosas y un baño de realismo.

El cuarto ganador, ¿como no verlo?, es Nicolás Maduro. Crece la cantidad de países que hasta ayer querían su cabeza y ahora están listos para perdonarle todo. Desalentador e inmoral, pero cierto: el eje panlatino que el chavismo había conducido al abismo resurge de las cenizas. ¿Tolerará los crímenes del gobierno bolivariano y el fraude electoral boliviano? ¿Guardará silencio sobre las atrocidades sandinistas y aplaudirá al paraíso cubano? Muy probable. Después de todo, es normal que sus riendas estén en las manos de un peronista argentino y un (ex) priista mexicano: está en el pedigrí del nacionalismo de ambos países.

¿Qué pasará ahora? Algunos piensan o se ilusionan con que Fernández hará lo mismo que Menem: abrirse al mundo y al mercado para estimular el crecimiento y la modernización. Sueñan. En los años 90 acababa de colapsar el comunismo, el viento liberal soplaba con fuerza, el peronismo de Eva boqueaba; más que una opción, unirse al consenso de Washington era una obligación. Hoy, es todo lo contrario: la democracia está en crisis, el populismo crece, la globalización retrocede, el peronismo de Eva husmea la venganza. Y además hay un papa argentino. Saquen las conclusiones.

Por lo tanto, hay buenas razones para creer que el gran ganador de las elecciones ha sido el mito de la nación católica, la idea de que antes y por encima de las leyes y la Constitución hay un “pueblo mítico” imbuido de ética cristiana al que las leyes y la Constitución deben responder para ser legítimas. ¿Por qué sorprenderse? ¡Gana siempre! Y cuando no gana, es tan fuerte como para inducir a los adversarios a respetarlo. Así que el nuevo gobierno tendrá que desentrañar la terrible maraña adaptándose a los preceptos de ese mito, que exalta a “los pobres”, lucha contra “el capital”, odia “el mercado”. ¡Enhorabuena! Tan pronto como Alberto Fernández, más por necesidad que por convicción, tome medidas que el evangelio no contempla pero la realidad impone, un obispo lo retará desde el púlpito y los “pobres” lo harán desde la plaza. Hace setenta años que el mito funciona de esa manera.

O no, o algo está cambiando en el subsuelo de la sociedad argentina. Porque en realidad el derrotado también salió en cierta medida ganador. El que menos uno esperaba: Mauricio Macri. O si no él como persona, la Argentina más laica y cosmopolita. ¿Quién hubiera dicho, después de las PASO, que habría opuesto una resistencia tan fuerte? Se dirá: el mapa electoral de hoy es, grosso modo, el de 1946; la Argentina secular de las ciudades sucumbió a la Argentina peronista del conurbano y de las provincias inmersas en una eterna cristiandad hispana. Es cierto. Pero es llamativo que el peronismo unido no alcance la mayoría absoluta: su “pueblo” no es ya tan “mítico”, no expresa ninguna “hegemonía”, no tiene el poder omnímodo que tuvo. Esto le viene bien a la democracia argentina.

Loris Zanatta (publicado en La Nación el 06/11/2019)

Los súper autos de Pagani brillan en la estación más famosa de Nueva York

Desde el martes y hasta el viernes 8 de noviembre, 6 ejemplares de Pagani Automobili estarán exhibidos en la estación por donde pasan 750 mil personas cada día.

Los autos creados por el argentino Horacio Pagani, adornarán esta semana la famosa estación Grand Central Terminal de la ciudad de Nueva York. La colección de estos “hiperdeportivos”, de los más exóticos y avanzados del mundo, estará abierta al público entre las 10 y las 19 horas, bajo el nombre de “Pagani. La historia de un sueño ”.

“Grand Central Terminal, un centro de transporte reconocido mundialmente con un diseño y una belleza atemporales, es un lugar emblemático donde llegaron muchos inmigrantes y comenzaron su sueño americano. Como hay paralelos significativos entre sus viajes y los míos, me siento honrado de contar mi historia aquí ”, dijo Horacio Pagani.

El ítaloargentino hizo esta relación con su propia historia, la del sueño que tuvo cuando era un niño pequeño en Argentina: crear los superautos más espectaculares que se hayan construido.

En la Grand Central se exhibe el primer chasis lanzado por Pagani Automobili: Zonda 001, que a principios de este año fue reconstruido meticulosamente utilizando materiales originales como parte del Programa Rinascimento de Pagani. Además, los otros 4 autos de la Colección Pagani Zonda que han estado recorriendo el mundo para la celebración también están adornando el Vanderbilt Hall de Grand Central.

Completando la exposición está el Huayra Roadster BC, la última creación de Pagani, que se presentó oficialmente durante la Semana del Automóvil de Monterrey este año. Este modelo es la culminación de muchos años liderando el campo en materiales compuestos livianos para crear un Roadster que en realidad pesa menos que su contraparte cupé.

Con autos individuales valorados en hasta 18 millones de dólares, esta exhibición ofrece a los entusiastas de los automóviles una rara oportunidad de ver estas obras de arte únicas.

Clarín, 05/11/2019

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