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mayo 2019

La jugadora argentina que salió campeona en Italia y se animó a posar desnuda con sus compañeras

De haberse publicado la convencional foto del equipo abrazado al trofeo dentro del vestuario, la noticia no hubiese causado tanta repercusión. Que en la Liga italiana de vóley se haya consagrado un nuevo campeón habría sido un título en las webs de aquel país, sí, y poco más. Pero hubo piel, hubo provocación y los cuerpos de las jugadoras trajeron sin escalas la noticia: ‘Conegliano es el nuevo campeón, venció a Novara 3-2’.

Elina Rodríguez gritó campeón a un mes de sumarse al conjunto italiano. Llegó para la instancia decisiva desde Brasil, donde completó la temporada, y tras quedar descalificada en los cuartos de final viajó para Europa. La joven de 21 años está transitando su primera experiencia en el exterior. Extraña, pero se adapta. Está sola, pero se rodea de sus compañeras y conocidos para sentirse como en casa.

“Cuando quedamos solas en el vestuario, nos metimos todas abajo de las duchas con los uniformes a seguir con los festejos mientras esperábamos a la MVP Monica De Gennaro. Cuando llegó seguimos festejando y después de bañarnos surgió sacarnos la foto así, todas juntas”, le explica Rodríguez a LA NACION, apenas unas horas después de la consagración. “En ese momento no entendía por qué no sacábamos así la foto, ni de quién fue la idea. Todos empezaron a decir ‘foto, foto, así sin nada atrás de la copa’ y bueno, salió la foto.”

Después se enteró de que no es la primera vez que realizan este tipo de festejos. “Joanna Wolosz, la armadora, es el segundo año que sube ella sola la foto con la copa tapándola. Yo subí la foto de todas y después la borré. Acá es normal este tipo de festejos, siempre tienen estas ideas, es el segundo año al menos que ellas lo hacen, pero este decidieron hacerla pública”, describió la jugadora, que se desempeña como punta receptora.

Del otro lado de la red estuvo una de las figuras de la selección nacional: Yamila Nizetich. Ella está transitando su tercer temporada en la Liga italiana y fue una de las pioneras en tomar la decisión de emigrar para jugar en ligas más competitivas. “Es una referente. Llegó a Italia hace dos años, hace un año que está en Novara, y su trabajo a veces queda un tanto opacado, pero todo lo que hace es más que destacable”, señala Rodríguez de su compañera de selección.

En muy poco tiempo a Rodríguez le tocó vivir muchas emociones, cambio de ligas, de estilos y de países. Oriunda de Carlos Pellegrini, un pueblo de Santa Fe, decidió mudarse a Buenos Aires para perseguir su sueño de ser jugadora de vóley. En la capital representó a San Lorenzo, donde ganó la Copa Chulo Olmo, la primera Superliga Femenina, fue campeona en San Jerónimo y campeona Metropolitana. Pero este año protagonizó el pase más representativo de los últimos años al ser fichada por Hinode Barueri de la Superliga de Brasil, antes de llegar a la Serie A1 y gritar campeón.

-¿Cómo fue tu llegada a Italia?
-Estaba jugando en Brasil, donde quedamos afuera en los cuartos de final, y me llamó Carolina Costagrande, quien me está representando, con esta propuesta y no le pude decir que no. Confío mucho en ella y no lo dudé. Tenía las expectativas muy altas, sabía que venía a uno de los mejores equipos de Italia, pero me encontré con algo totalmente superior. El equipo, las personas, el nivel fue algo tremendo, superaron mis expectativas. Es un placer entrenar acá, mis compañeras siempre me hicieron sentir cómoda.

-¿Qué diferencias encontrás entre la Superliga de Brasil y la Serie A1 de Italia?
-La liga brasileña es mucho más física, acá en cambio es mucho más estética, hay más táctica. Acá hacen cosas con la pelota que te dejan con la boca abierta. No es que en Brasil no lo hagan, pero acá lo hacen todo el tiempo, de manera más natural. Es la NBA del vóley, las jugadoras son reconocidas en la calle, les tocan bocina, las saludan. En Brasil me costó un poco menos adaptarme que a la forma italiana, porque acá juegan muy rápido y no estaba acostumbrada a tanta velocidad. Pero me estoy adaptando, todo el tiempo aprendiendo, y por suerte me tocó jugar algunos minutos así que aportando desde el lado que me toque.

-¿Cómo ves el nivel del vóley en la Argentina? ¿Se está lejos del nivel europeo?
-Es muy bajo, se intenta mejorar, todos los años hay cambios y se nota que hay evolución pero estamos lejos de las potencias. En el país no podemos vivir del vóley y realmente si nosotras queremos que a la selección le vaya bien, ganar títulos, es una necesidad que la jugadora argentina se vaya a jugar afuera. No habló solo por el dinero que se puede ganar, sino pensando en la selección por la experiencia, el roce que tenemos que vivir para poder potenciar al equipo. Creo que ir a ganar roce en el exterior nos hace a todas mejores jugadoras. En estos ocho meses que llevo jugando afuera mejoré muchísimo, como jugadora y también gané experiencia como persona. Viajar te abre la mente, conocés culturas, personas, vivencias. Necesitamos de este roce.

-¿En la actualidad las jugadoras de las Panteras dónde juegan?
-Hoy en día la mayoría de las titulares están jugando en el exterior, por suerte. Antes por miedo o porque no estaba tan bien visto las jugadoras se quedaban en la Liga. Hoy cuando citan a una chica a la selección te das cuenta al instante si juega afuera o no.

-Vuelven los entrenamientos con la selección, y se acercan los Juegos Panamericanos de Lima, ¿cuál es el objetivo para la temporada?
-Todavía no tuve la oportunidad de hablar con el nuevo técnico, Hernán Ferraro, acerca de los objetivos para este año. Estoy citada y cuando vuelva me sumo al equipo. Pero creo que el objetivo principal y lo que todas queremos está implícito. Es claro que tenemos que clasificarnos a los Juegos Olímpicos de Tokio, y para eso tenemos que tener un gran papel en Lima.

Olivia Díaz Ugalde (publicado en La Nación el 11.05.2019)

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Los nombres más insólitos entre los porteños

Kenzo, Chanell, Rubia, Magia y Xeneize fueron algunos de los nombres más insólitos anotados en 2018 en la Ciudad de Buenos Aires. Los datos se desprenden de la Dirección General del Registro del Estado Civil y Capacidad de las personas, dependiente del Ministerio de Gobierno porteño.

Se trata de nombres que fueron utilizados solamente para un niño o niña en todo el año pasado. Entre las nenas, además de los ya mencionados se destacaron Aroma, Alfonsa, Habana, Timotea, Tokio, Coria, Dios, Jovita, Campus, Carmín, Praliné, Simeona, Amazonas, Alegría, Sana, Londres y Digna. En tanto, los más extravagantes entre los varones fueron Arcángel, Milito, Dejesús, Ireneo, Edison, Chano y Delmundo.

Por el contrario, según el organismo, los más elegidos del 2018 fueron Isabella y Benjamín, con 340 y 400 inscriptos, respectivamente. Algunas tendencias, según las estadísticas del Registro Civil, se repitieron. En 2017 el ranking masculino fue encabezado por Benjamín, Mateo y Joaquín; mientras que Isabella, Sofía y Emma lideraron el femenino.

 

Salvini rechaza celebrar el día de la Liberación de Italia

La jugada, bochornosa desde el punto de vista del respeto a la historia democrática de Italia, ha establecido una nueva frontera. Incluso para Matteo Salvini, tan acostumbrado a la conquista de viejos espacios políticos para mirar al futuro. El líder de la Liga y su entorno no dan un paso sin calcular el impacto que tendrá en los sondeos y en la opinión pública. Por eso chirrió estratégicamente que despreciase un día de comunión italiano, la jornada que celebra la liberación del país por parte de los aliados en 1945 del régimen fascista de Mussolini y de la ocupación nazi. Una jornada que el Gobierno festeja en distintos puntos de Italia y que el presidente de la República, Sergio Mattarella, antes de su ofrenda en El Altar de la Patria de Plaza Venecia, calificó como “el segundo Resurgimiento”.

El ministro del Interior, en pleno bache de popularidad por el caso de corrupción que asedia a uno de sus hombres de confianza (el viceministro de Transportes, Armando Siri), decidió el jueves marcharse a Corleone para apoyar a las fuerzas del orden que combaten a la Mafia, porque el 25 de abril es, según afirmó, solo un “derbi entre fascistas y comunistas”. Un menosprecio a una conmemoración unitaria del día que condujo a la creación de la República Italiana. Una fiesta que ya había sido cuestionada anteriormente por Silvio Berlusconi y que hoy solo despierta recelos en las formaciones de ultraderecha en las que Salvini se ha apoyado circunstancialmente. El jueves ninguno de los ministros de la Liga que forman el Ejecutivo populista de Italia participó en ceremonia oficial alguna.

La jugada esta vez puede mezclar mal en la probeta de los sondeos que manejan sus asesores de comunicación. Habían pasado solo 24 horas desde que los ultras de la Lazio desplegaron una pancarta en la que se pedía honrar la memoria de Benito Mussolini en la plaza Loreto de Milán, donde fue colgado bocabajo el dictador junto a su amante, Clara Petacci, hace también 74 años. Salvini no abrió la boca, como suele hacer cuando hay polémicas con el Duce, a quien suele parafrasear. Esta vez, sin embargo, le ha criticado todo el mundo. Desde el presidente de la República, a su modo habitualmente sutil, advirtiendo de que “no se puede rescribir la historia”, hasta el primer ministro, Giuseppe Conte, líder del Ejecutivo del que forma parte la Liga y con quien empieza a haber una tensión con aroma a ruptura: “Se equivoca quien no celebra el 25 de abril, los valores de quien ha muerto por la libertad”.

La relevancia del 25 de abril no estaba hasta hoy en la mesa del debate político democrático de Italia. Y el líder de la Liga, en realidad, entiende perfectamente el significado que tiene. El ministro del Interior era perfectamente consciente de no podía ausentarse completamente sin ofrecer una alternativa moral, alguna coartada de servicio al Estado como el pretexto de la lucha contra la Mafia que esgrimió para marcharse a Corleone. Prueba de ello es que había sido invitado el mismo jueves a Praga a un encuentro con sus socios de la ultraderecha europeos —Marine Le Pen y Geert Wilders—y que excusó su presencia mandando un vídeo.

El otro vicepresidente, Di Maio, ha visto una nueva oportunidad para debilitar a su socio en la guerra interna que mantienen pensando en las elecciones europeas. El líder del Movimiento 5 Estrellas ya había criticado días atrás que se restase valor a la fiesta de la Liberación. El jueves, mientras visitaba la sinagoga de Roma para las celebraciones de la comunidad judía del 25 de abril, volvió a atacarle: “Divide el que no quiere festejarlo, nosotros no queremos ser divisivos, el 25 de abril debe ser una jornada de unidad”.

Daniel Verdú (publicado en El País el 25.04.2019)

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