La implosión del Calcio italiano
La seleción italiana de fútbol está fuera del Campeonato Mundial del proximo aňo en Rusia y es la primera eliminación después de sesenta aňos cuando Italia fue excluida justamente del mundial de Suecia ’58 por Irlanda del Norte en otra pagina triste y opaca del fútbol italiano.
El desatre partenece al sistema futbolistico de Italia, pobre de talentos reales (Italia aún lamenta el adios al fútbol de Totti, Del Piero, las ultimas estrellas de la seleción que ganó el Campeonato Mundial en Alemania en 2006), obligada a una defensa muy vieja con Buffon, Chiellini y Barzagli y una Federación que es debil en nivel internacional y tiene una logica muy provinciana sobre los jóvenes, los hinchas, la gestión de las relaciones entre seleción y clubes.
Italia sufre una Liga de nivel bajo donde Juventus es el unico equipo que da a la seleción nacional jugadores titulares mientras que los otros equipos utilizan jugadores extranjeros por el 70% de sus formaciones y el ultimo equipo que ganó una competición internacional fue el Inter con un solo jugador italiano en campo y en lejano aňo 2011, mientras que Alemania, Espaňa, Inglaterra están invirtiendo en un fútbol nuevo, jovén y atractivo.
Pero además de estas deficiencias evidentes del sistema del fútbol italiano, también se produce una división del capeonato de fútbol en dos velocidades que ve en un segundo plano a los equipos menores de las ciudades medianas y pequeñas y por otro lado tiene a los equipos más poderosos de las grandes metrópolis, Milano, Roma y Torino. Esto equipos, más ricos y frecuentemente asociados a grandes grupos económicos, generan un círculo con otras reglas de juego y juicios arbitrales marcadamente parciales a su favor.
El reciente colapso del sistema futbolístico de Calciopoli ocurrido en el año 2006, lejos de revertir este fenómeno corrupción basado en la compra y venta de resultados, consolidó su estructura llevándola a la acatombe actual. En diez años las voces sigueron calladas y ninguna autocrítica propuso cambios o renovaciones, no es casual que el desastre actual ya fuera anticipado en los dos mundiales anteriores con la eliminación en primera ronda. La victoria de Berlín del 9 de Julio de 2006 que le dio el tetracampeonato mundial al seleccionado italiano ante Francia evitó la quiebra de los grandes clubes de la península afectados por Calciopoli. Estos pudieron reciclarse vendiendo a sus estrellas campeonas, pero el sistema del siguió intacto hasta hoy, muy lejos de una refundación que priorizara al deporte por arriba de los intereses económicos a corto plazo de los grandes equipos.
Se espera que la derrota ante Suecia y la exclusión del mundial de Rusia 2018 sea la ocasión de una refundación del sistema futbolístico italiano que no llegó con Calciopoli en el 2006. La renuncia del entrenador Luigi Ventura y del presidente de la federación italiana de fútbol Carlo Tavecchio por si sóla no es presagio del cambio deseado. Italia posee los medios y el capital para un cambio sustentable en el largo plazo sobre el modelo alemán, pero esto significaría diseñar un proyecto futuro con reglas sólidas que resten espacio a los intereses que dominan la escena actual.
El desastre futbolistico también será un colapso economico, con la fuga de los promotores y de las empresas, la ausencia de las cadenas televisivas que cubren el acontecimiento y que tienen un peso muy relevante en el escenario financero y sobre todo la puesta a cero de la credibilidad deportiva italiana que tiene que volver al principio excluyendo presidentes potentes pero ignorantes, entrenadores sin proyectos modernos y una generación ganadora pero pasada.