Aquella idea que surgió hace diez meses del empresario y emblemático dirigente español Benito Blanco junto a su mujer Mariana Vicat, de agasajar a las familias mixtas de españoles, italianos y argentinos se hizo realidad, en un día muy especial, ya que mientras las colectividades de España y de Italia –encabezadas por sus embajadores- daban muestras de unidad, en España se vivía un día muy triste por los incidentes que ocurrían en Cataluña, en su intento por conseguir la independencia con represión policial incluida.
Ya desde temprano el ambiente que se vivía en el Centro Galicia, que en un gran gesto cedió sus instalaciones para la realización del mismo, era de alegría, familias españolas, italianas y argentinas se entrelazaban y rememoraban los más experimentados, aquellas épocas en la que tuvieron que dejar por diversas circunstancias su país natal para viajar a “hacer la América”, y las oportunidades que les dio nuestro país para progresar tanto en lo laboral como en lo personal.
Ya en la parte protocolar, quien dio la bienvenida fue el “dueño de casa” José María Vila Alen –que además de ser el Presidente del Centro Galicia es el presidente de la Federación de Sociedades Españolas-, José María Vila Alén, quien puso a su familia como ejemplo de integración y comentó que muchos italianos son socios del Centro Galicia y muchos españoles lo son de instituciones italianas, en un claro ejemplo de integración. En esa misma agradeció a la Argentina por haber permitido esa “convergencia de identidades”, ofreciendo “su espíritu a la diversidad”. A su vez remarcó que ambas colectividades tienen “mucho para ofrecer en la construcción de Argentina”, sin “dejar de recordar a nuestra patria”.
Sus emotivas palabras las cerró con una frase de Benedetti: “en el adiós estaba la bienvenida”.
Luego fue el turno de una emocionada Teresa Castaldo, que está disfrutando sus últimos meses en el país, ya que se cumple su mandato y París la recibirá en su próxima misión haciéndose cargo de la Embajada.
Castaldo agradeció a los organizadores de La Gran Reunión por la iniciativa y el éxito de la misma que “se lo debemos todo a ellos”.
La embajadora recordó la similitud en la historia de ambas colectividades, viniendo de Europa y trayendo “en su corazón, valores, principios y tolerancia”, y principalmente esa “cultura del trabajo”.
Como fue una constante durante “La Gran Reunión”, la embajadora destacó que “encontraron una patria en un país extraordinario que supo acoger a todas las colectividades, quienes a su vez mantuvieron lazos muy fuertes con sus países de origen”.
Reflexionando sobre la situación actual, Castaldo remarcó que es “un momento para fortalecer Europa”, donde sostuvo que “cuando se creó la UE uno de los objetivos era el de no tener fronteras”, ya que la gente quiere una “Europa muy unida y solidaria”.
Trasladándose al momento por el que pasa Argentina, la diplomática afirmó que “España e Italia colaboran para este “éxito”, “que está retomando fuerzas en las áreas de derechos humanos, en la lucha contra la pobreza y la corrupción, el éxito de Argentina es el éxito de nuestros países”.
Su ultimo pedido resumió el espíritu que sobrevolaba por las instalaciones del Centro Galicia: “las colectividades deben estar unidas, porque así somos más fuertes”,
Tras las palabras de Castaldo llegó el turno del embajador español Javier Sandomingo, quien en primer término felicitó a quienes hicieron posible esta iniciativa “especialmente a mi buen amigo Bentio Blanco, el que más ruido hizo para que esto sea posible”.
Sandomingo le encontró la vuelta para no solamente agradecer el recibimiento de Argentina sino también para mencionar lo que aportaron “nuestros abuelos y abuelas” que, no fue un grano de arena sino una aportación decisiva a la construcción de lo que hoy es un gran país, la República Argentina”.
Con una visión particular, Sandomingo elogió que ellos –por los emigrantes- tomaron en algún caso de dificultad la decisión correcta y desecharon las decisiones no correctas como encerrarse en sí mismo cerrar puertas y ventanas y consumirse en el sitio donde está uno”, y por si quedaran dudas reiteró que “de modo que creo que merecen el agradecimiento de todos y el agradecimiento de la República Argentina porque sin ellos este país no sería lo que es”.
El Embajador animó a los presentes a “que mantengan el espíritu de vuestros abuelos y vuestro compromiso a un país que en su momento fue un país de acogida pero hoy es vuestro país, de la misma manera que sigue siendo vuestro país el país que dejaron atrás también”, y sumó a su pedido “que mantengan el compromiso, porque a pesar de lo mucho que habeís hecho por Argentina los países nunca terminan de construirse y Argentina sigue necesitando a vosotros, como en su día necesitó a vuestros abuelos”.
Sandomingo, que transita sus primeros meses en el país, contó que pese que “hace muchos años que he visto en que consiste la inmigración, que consiste en asentarse en la tierra que originalmente no es la de uno”, pero no lo he percibido nunca con la profundidad y con la intensidad con lo que lo he percibido en Argentina”.
El embajador explicó de cierta manera “otro fenómeno que me parece también emocionante que es la fusión de lo español, lo italiano y lo argentino que es la razón por la que estamos hoy aquí, tampoco es tan difícil fusionarlo porque al final venimos todos de los romanos, que por cierto, no se que ocurre en Italia, pero en España se le pregunta a los españoles cual es el país del mundo del que se sienten más cercanos la respuesta que obtiene más voces es la Argentina y la que queda en segundo lugar es precisamente Italia. Por eso no es ninguna sorpresa que hayan convivido como si fueran un solo país”.
Para concluir su discurso, el diplomático reiteró el agradecimiento “a vosotros por el ejemplo que dan todos los días que para el ser humano la patria es el montón y no hay fronteras, sino que uno va donde lo reciben y cuando uno viene todos tenemos la obligación de recibir al que llega con ánimo de incluir porque siempre es mejor sumar que excluir.”
Con una vitalidad que contagia y asombra tomó uso de la palabra Benito Blanco, el alma de la organización, que, lo primero que dijo al tomar el micrófono fue que “tengo 87 años pero no me pesan para nada y tengo todas las ganas de seguir trabajando”.
“Los quiero por igual a los españoles a los italianos y a los argentinos” dijo Benito, quien agregó que “con los italianos tengo un grato recuerdo, tengo motivos para quererlos de verdad, gracias a todos españoles argentinos e italianos, gracias”.
Blanco le preguntó a los asistentes sí estaban de acuerdo con la continuidad de estos encuentros, y ante la aprobación de la gente, les comentó que la comisión está dispuesta a trabajar y repetirlo todos los años” y “no solamente a nivel ciudad de Buenos Aires, ahora a nivel nacional”,
Ya más relajado, casi al final del evento, Benito Blanco le expresó a Diario Crítico de Argentina su “gran emoción y también una gran tranquilidad”, por la convocatoria lograda, donde, “no se vio una sola silla vacía”, y, aún conmovido por las muestras de afecto manifestó que “sin lugar a dudas es un honor a nivel personal poder lograr este gran éxito después de haber esperado y trabajado durante más de diez meses con mi adorada mujer Mariana”,
Benito con toda la felicidad a cuestas, observó un detalle que a muchos se les pasó por alto: “ambos embajadores se están quedando hasta el final de la fiesta” y agregó que “, “me emocionó mucho que se les juntó n montón de gente de las mesas y hacían cola para saludarlos, eso también quiere decir que la gente estaba conforme y tenía la ilusión de poder saludarlos”
La historiadora Mariana Vicat, quien junto a su esposo Benito Blanco idearon el encuentro, habló como organizadora y se mostró orgullosa como argentina de haber podido reunir a las colectividades de España y de Italia y se comprometió a seguir por el mismo camino para que no solamente se repita en la Ciudad de Buenos Aires, sino que se replique también en todo el país.
El último discurso fue para el presidente de FEDIBA Darío Signorini, que con una gran pasión le puso aún más calor a la reunión.
Signorini, a pesar de haber trabajado a la par con Benito, con toda humildad nombró una frase del Flaco Spinetta para Blanco, “un sueño hay que soñarlo, y vos Benito soñaste esto y esto se hizo realidad asique gracias a Benito por tu idea gracias a los españoles gracias a todos los italianos gracias a los argentinos por poder juntarnos en paz en armonía, y decirle a la sociedad toda que se puede trabajar”.
Con el tono de un político en campaña, Signorini enfatizó que “la Argentina moderna tiene dos bases fundamentales la inmigración española y la inmigración italiana el resto de las civilizaciones locales solo son un complemento y es hora que nos pongamos de pie después de muchos años para reivindicar tres valores fundamentales la fe, la familia y el trabajo” consiguiendo la ovación de las dos colectividades, situación que “Argentina tuvo la capacidad de desarrollarse en grande a través de eso”.
El presidente de FEDIBA recordó “las palabras de nuestra querida embajadora donde hablaba de la unidad”, y lo trasladó al Papa Francisco que dice “la unidad por sobre todas las diferencias y este es el camino que tenemos que seguir. Les digo que la unidad que estamos logrando con este almuerzo, esta unidad que me hace sentir orgulloso como italiano, donde todos los sectores de nuestra colectividad se encuentran presentes este es el fruto y la raíz que nosotros sembramos para seguir adelante y seguir progresando”.
Signorini tocó un tema que está en la agenda de todas las colectividades, y le dio un mensaje para las nuevas generaciones que tienen que prepararse en lo inmediato para poder hacer el traspaso generacional, En ese aspecto informó que gracias al Director de Pluralismo Julio Croci reunirán a 400 jóvenes de la colectividad italiana en Chapadmalal para prepararlos en este recambio generacional, e invitó a “todos los argentinos, invito a los españoles, a seguir el mismo camino seguramente nosotros somos dirigentes de tránsito pero ellos son el futuro, deben asegurar este presente y construir el futuro”.
Para el futuro próximo aseguró “que tenemos un camino por delante muy importante para desarrollar en Argentina. Revalorizar los valores europeos, -este año estamos celebrando 60 aniversario- es importantísimo revalorizarlos en esta sociedad conflictiva, porque ese instrumento que muchos jóvenes no conocen de gobernabilidad sin fronteras es algo que debe estar permanentemente en vigencia y protegerlo de las agresiones divisionistas”.
Signorini apeló a una serie que tuvo récords de rating en el país para despedirse: “Hace poco en el Canal Volver pasaban a los Campanelli y esto es algo muy importante, por eso yo quiero cerrar con una frase de los Campanelli, “no hay nada más lindo que la familia unida”.
Para redondear la jornada, los shows preparados le dieron el color necesario al evento, y a pesar de no tener una “pista” como para poder bailar, tanto españoles como italianos aprovechaban el hueco que encontraban para dar rienda suelta a su alegría. La música estuvo a cargo de Paolo Martini por parte italiana y por Los Gavilanes de España, mientras que el Grupo de baile del Centro Galicia y un excepcional Grupo Folklórico Italiano fueron quienes trasladaron al escenario principal las tradiciones de las colectividades. Por el lado argentino, un dúo de payadores, que se refirieron al tema en cuestión llevaron la reunión hasta altas horas de la tarde.
El encuentro fue organizado en conjunto por la Federación de Entidades Italianas en Buenos Aires (Fediba) y la Federación de Sociedades Españolas de Argentina (Fedespa), y por el lado argentino fue Dante Camaño quien aportó su conocimiento para la organización de este tipo de eventos multitudinarios.
El balance final de La Gran Reunión superó todas las expectativas, y el tiempo será testigo de la importancia de esa unión que se dio en el Centro Galicia en un almuerzo que parecía no querer terminar jamás.
En la foto la Embajadora de Italia Teresa Castaldo y Embajador de España Javier Sandomingo.
Eduardo Fleming (publicado en Diario Crítico de Argentina el 04.10.2017)