Mario Draghi, exjefe del BCE, ha presentado este viernes por la tarde la lista de los ministros que conformaran su Ejecutivo al presidente de la República de Italia, Sergio Mattarella. Un paso más hacia la proclamación formal del nuevo primer ministro italiano, que este sábado podría jurar el cargo ya junto a los titulares de todas las carteras. Draghi encabezará así el tercer Ejecutivo de la legislatura después de los dos que presidió su predecesor, Giuseppe Conte. Su nombramiento pondrá fin a dos largos meses de crisis política e institucional que han asomado de nuevo a Italia al abismo.
El Gobierno de Draghi tendrá un perfil híbrido entre especialistas técnicos y políticos. El futuro primer ministro quería formar un equipo de alto nivel con nombres ajenos a la órbita política. Pero también buscaba contentar a los partidos que le han dado su apoyo unánime (excepto la formación de derecha Hermanos de Italia). Un equilibrismo que se observa nítidamente a lo largo de la lista. Hay algunas repeticiones, como la alta funcionaria Luciana Lamorgese en el Ministerio del Interior; el socialdemócrata y peso pesado del Partido Democrático (PD), Dario Franceschini, en Cultura; el grillino Luigi Di Maio en Exteriores, Roberto Speranza al frente del Ministerio de Sanidad. Pero también habrá figuras de mucho peso que traerán aire nuevo como Marta Cartabia, expresidenta del Tribunal Constitucional, en la cartera de Justicia. En total, 15 hombres y ocho mujeres.
Una de las figuras con mayor relevancia, quizá el nombre más esperado, era el del técnico Daniele Franco, que ocupará el Ministerio de Economía y Finanzas. Director general del Banco de Italia, experto en finanzas públicas y hombre de absoluta confianza del futuro primer ministro, será el encargado de distribuir juego en el reparto de los 209.000 millones en fondos europeos que llegarán a Italia. Vittorio Colao, consejero delegado de Vodafone en el mundo entre 2008 y 2018, será el encargado de Transición Digital. El mismo hombre a quien Conte encargó un plan de reconstrucción de Italia tras la pandemia, pero que lo terminó abandonando en un cajón.
El PD ha logrado colocar a tres de sus hombres. Además de Franceschini, ocuparán carteras el vicesecretario del partido Andrea Orlando (Trabajo) y Lorenzo Guerini (Defensa). Uno más que el Movimiento 5 Estrellas (M5S), que teóricamente partía con ventaja, ya que ganó las últimas elecciones. Una de las vías para contentar al M5S, sin embargo, ha sido la creación de un superministerio de Transición Ecológica, tal y como pidió su fundador, Beppe Grillo. Al frente no estará nadie de la formación antisistema, pero sí un perfil propuesto por ellos: el técnico Roberto Cingolani.
La derecha, representada por la Liga y Forza Italia también ha logrado su cuota de poder en el Consejo de Ministros. El partido de Berlusconi logra colocar a Renato Brunetta al frente del Ministerio de Administraciones Públicas y a Mara Carfagna, en el de Sur y Cohesión Territorial. Mariastella Gelmini, que ya fue ministra con Berlusconi, ocupará la cartera de Asuntos Generales y Autonomía. A la Liga se le entregará el ministerio de Desarrollo Económico, que dirigirá el líder del ala más centrista del partido, Giancarlo Giorgetti.
El secretismo con el que el exbanquero ha llevado adelante las negociaciones y reuniones estos días con algunos de los candidatos es insólito en Italia. Es la primera vez en años que no ha habido filtraciones, rumores o presiones. Ni siquiera los partidos sabían hasta dos horas antes si Draghi acudiría este viernes al palacio del Quirinal a ver a Mattarella ni si alguno de sus compañeros de filas formaría parte del nuevo artefacto político. El ritual dice que el jefe del Estado es quien les nombra y tiene la potestad de vetarlos, tal y como ya hizo hace dos años y medio con el antieuro Paolo Savona, que la Liga pretendía poner al frente de Economía. Sin embargo, el nuevo Ejecutivo nace fruto de una complicidad total entre Mattarella y Draghi.
El ritual constitucional señala que los ministros y el propio Draghi deberán jurar el cargo en las próximas horas en el palacio del Quirinal. A partir del lunes, se procederá a la investidura y a la votación en el Parlamento. Un proceso que debería representar solo un trámite, pero la división que impera hoy en el Movimiento 5 Estrellas puede dejar alguna imagen de transfuguismo, pero sin impacto en el resultado final.
Daniel Verdú (publicado por El País el 12/02/2021)