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marzo 2022

El divorcio de los Fernández bloquea Argentina

Argentina padece las consecuencias de un divorcio. Un divorcio no consensuado, de esos que llegan a los tribunales y la pasión de antaño es ahora gasolina para las más amargas disputas. El país sudamericano sufre las miserias políticas de una dirigencia que dirime sus peleas a viva voz. El presidente Alberto Fernández y su vice, Cristina Fernández de Kirchner, ya no se hablan. El mar de fondo es la rivalidad por el poder, pero también las diferencias del rumbo que ambos pretenden para Argentina. Y una pecado de nacimiento: Alberto Fernández fue ungido por Cristina Kirchner como candidato a la presidencia y a ella debe su sillón en la Casa Rosada. El experimento funcionó para evitar un segundo mandato de Mauricio Macri en octubre de 2019; pero la anomalía política que supone una vicepresidenta con más poder que un presidente ha sido un fracaso una vez en el Gobierno.

El jueves pasado, Argentina conmemoró el 46 aniversario del golpe militar contra Isabel Perón. El presidente Fernández realizó un pequeño acto protocolar, mientras que Cristina Kirchner y su agrupación política, La Cámpora, movilizaron a 70.000 hacia la Plaza de Mayo, la quintaesencia del poder político en Argentina. Al frente de la movilización estuvo Máximo Kirchner, hijo de la vice. La Cámpora mostró músculo callejero y mandó un mensaje claro a la Casa Rosada: nosotros somos el pueblo, la verdadera base electoral del Gobierno, los acreedores del poder presidencial. Fernández, mientras tanto, llama a la unidad, convencido de que la única posibilidad de vencer en las generales de 2023 está en un peronismo alineado tras un solo candidato.

La sangre entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner llegó a finales del año pasado, cuando el oficialista Frente de Todos sufrió un duro varapalo en las elecciones primarias obligatorias. La vicepresidenta achacó a su delfín político la derrota. Los ministros que le responden presentaron su renuncia y forzaron a Fernández a un cambio de Gabinete que no estaba en sus planes. Dos meses después, las elecciones confirmaron la derrota de los candidatos del Gobierno al Congreso. Cristina Kirchner se mantuvo en silencio, pero el amor con Fernández, su exjefe de Gabinete, ya había terminado. El acuerdo que Argentina cerró esta semana con el FMI por una deuda de 45.000 millones de dólares fue la gota que rebalsó el vaso. El kirchnerismo votó en contra del texto en el Congreso, con el argumento de que un ajuste de la economía, como acordó Fernández, sentencia de muerte cualquier posibilidad de triunfo en las generales de 2023.

“Hay dos grupos que creen tener el derecho a tomar las decisiones, dos líderes que reclaman tener el poder de decidir en última instancia”, dice Sergio Morresi, politólogo de la Universidad del Litoral. “Y aunque la Constitución argentina dice que el poder ejecutivo recae de forma exclusiva en el presidente, lo cierto es que esta vicepresidenta tiene poder propio más allá de su lugar institucional. Y es desde ese poder propio desde donde exige que se considere que el presidente está allí para cumplir un mandato popular del que ella (y quienes la apoyan) se sienten mejores intérpretes”, dice. Andrés Larroque, hombre fuerte del kirchnerismo, lo dijo con claridad durante la marcha del 24 de marzo. Fernández, dijo, “fue jefe de campaña de un espacio que sacó cuatro puntos en la elección de la provincia de Buenos Aires. El frente lo convocó por iniciativa de Cristina”.

En el entorno del presidente no están de acuerdo con esta lectura de “poder prestado”. Si Cristina Kirchner lo ungió como candidato fue porque sabía que no podía ganar por sí sola. Alberto Fernández es, bajo esta lectura, condición necesaria para el triunfo del Frente de Todos frente a Macri en 2019. Por lo tanto, argumentan, tiene derecho a ejercer el poder como mejor le plazca. Se tata, en el fondo, de lecturas diferentes de la realidad. La crisis económica es acuciante. La inflación está disparada (ya supera e 50% anual), y el presidente considera que el acuerdo con el FMI es el primer paso hacia la salida. El kirchnerismo, en cambio, sostiene que nada buevo se puede esperar del FMI, y que es mejor alejarse lo más posible de Fernández mientras la Casa Rosada insista en avanzar sin remedio hacia el abismo. Si el Gobierno que integran fracasa, mejor estar lejos de la onda expansiva.

¿Está Argentina, entonces, encaminada hacia una ruptura definitiva de la coalición de Gobierno? “No lo creo” dice Eduardo Fidanza, director de la consultora Poliarquía. “No le conviene a ninguna de las partes, porque fragmentaría el voto peronista y aseguraría, desde ya, una derrota electoral en 2023″, dice. Pablo Touzón, politólogo y director de la Consultora Escenarios, sí ve la posibilidad de una crisis terminal. “Hay una decisión tomada por parte del cristinismo: considera que desde las PASO [primarias] y la derrota de las legislativas la figura de Alberto Fernández no tiene liderazgo”, explica. Sergio Morresi coincide en que la crisis es “muy grave”, pero considera que “más allá de la voluntad de una parte de la dirigencia para que se terminen de romper lanzas, hay otros sectores, incluso en las bases, que están pujando por mantener la unidad del Frente de Todos”.

Entre esos sectores está el propio Alberto Fernández. Durante la última semana, la estrategia del presidente ha sido difundir la idea de que una fractura abre las puertas a un regreso de la derecha al poder, representada por Mauricio Macri. Macri es, para el peronismo, la consumación de todos los males. Fernández no habla con su vice, pero hace llamados desde los medios de comunicación. “Quien cree que eso tendrá algún efecto no tiene ni la más remota idea de cómo piensa la vicepresidenta”, dicen desde el entorno de Cristina Kirchner. La manifestación multitudinaria del 24 de marzo fue una evidencia de eso: el verdadero poder está en la calle y se puede exhibir. Y el rechazo al FMI fue la bandera.

En la Argentina, sin embargo, nadie tiene muy claro donde está la salida del atolladero. “El cristinismo tiene un enunciado, pero no tiene un proyecto real de país”, aclara Pablo Touzón. “Por eso prefiere irse, porque carece de una solución alternativa a esto que propone el FMI. Lo que quiere preservar es una especie de núcleo de valores y de sentidos”, dice.

Ese núcleo es la última esperanza de la Cristina Kirchner y su movimiento, que ve como irremediable un fracaso del Gobierno qué ella misma concibió. Alberto Fernández, mientras tanto, recibe la presión de su entorno para crear “el albertismo”, un movimiento que rompa amarras con el kirchnerismo apoyado en el poder de los gobernadores peronistas y los sindicatos que lo apoyan.

“No le otorgo muchas posibilidades a Alberto Fernández, aunque él y su grupo más próximo creen que puede aspirar a la reelección”, dice Eduardo Fidanza. “En la actual situación económica y social sus chances son muy reducidas”, dice. Sergio Morresi coincide. “En primer lugar, el presidente Fernández no parece decidido a lanzar un movimiento propio y prescindir de sus socios, aun si algunos de ellos quieren prescindir de él y se mueven para socavar su capacidad de acción. En segundo lugar, me parece que se está atravesando un momento social y económico muy delicado, y las condiciones para lanzar un movimiento político propio no son precisamente óptimas”, dice. Al gobierno de Alberto Fernández le restan dos años de mandato, y deberá navegar en el desierto.

Federico Rivas Molina (publicado por El País el 27/03/2022)

Fuente: Cristina Kirchner: El divorcio de los Fernández bloquea Argentina | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)

El Congreso argentino aprueba con una amplia mayoría el acuerdo con el FMI

El Senado de Argentina aprobó con 56 votos a favor, 13 en contra y tres abstenciones el acuerdo firmado entre el presidente, Alberto Fernández, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda de 45.500 millones de dólares que el expresidente Mauricio Macri contrajo en 2018. El Gobierno sumó los votos de los senadores que responden a Macri, pero tuvo problemas para ordenar los propios. El debate consumó la ruptura entre el presidente y su vice, Cristina Kirchner, convertida ahora desde dentro de la Casa Rosada en opositora del Gobierno que hace dos años ayudó a formar. El desacuerdo es tan evidente que Kirchner ni siquiera estuvo en la Cámara Alta en el momento de la votación.

El voto del Senado convirtió en ley el permiso parlamentario para que la Casa Rosada acuerde con el FMI una semana después de que Diputados le diese media sanción. El tiempo apremia. Argentina tiene el martes un vencimiento de 2.800 millones de dólares y no tiene el dinero para pagar. Se espera que el lunes el directorio del Fondo apruebe definitivamente el acuerdo y el país sudamericano evite el default. Argentina se ha comprometido a reducir el déficit hasta el 0,9% del PIB en 2024; bajar la inflación desde el 52% interanual; aumentar las reservas del Banco Central y eliminar poco a poco los subsidios a la energía, que el año pasado se llevaron 11.000 millones de las arcas del Estado, equivalentes al 2,3% del PIB. El FMI hará revisiones trimestrales de la metas e irá liberando poco a poco el dinero para que Argentina pueda cumplir con los vencimientos de este año y el próximo. Al final del programa, el multilateral habrá desembolsado los 44.500 millones de dólares que le debe Argentina.

La aprobación del acuerdo ha sido un camino de espinas para Fernández, y de consecuencias políticas indeseables. Por un lado fortaleció a la oposición macrista, que votó positivo, pero dejó en manos del Gobierno la administración de la crisis económica que ella misma ayudó a profundizar entre 2015 y 2019. Por el otro, puso en evidencia que las diferencias entre el presidente y Cristina Kirchner por el rumbo de la gestión ya no tienen retorno. El kirchnerismo bombardeó todo lo que pudo el acuerdo con el FMI. Días después de la firma, a finales de enero, Máximo Kirchner, hijo de la expresidenta, renunció como líder del oficialismo en Diputados. El 10 de marzo, 28 de sus legisladores votaron en contra del acuerdo con el argumento de que no apoyarían un ajuste de la economía. La Cámpora, la agrupación que los reúne, emitió luego un comunicado en el que acusaba al ministro de Economía, Martín Guzmán, de desarrollar “una estrategia de ‘amabilidad’, secretismo, hermetismo, confusión y desinformación en las negociaciones”.

En la previa al debate en el Senado, las diferencias no hicieron más que profundizarse. Cristina Kirchner acusó veladamente al Gobierno de haber atizado un ataque con piedras contra su despacho en el Congreso, que se saldó con decenas de vidrios destrozados y puso en peligro su integridad. Fernández lamentó entonces que su vicepresidenta ya no le atendiese el teléfono. Este jueves, Cristina Kirchner abrió la sesión en el Senado y luego se ausentó. Una de las senadoras que le responden, María Inés Pillati, resumió lo que piensa la expresidenta. “No creo que votando hoy este proyecto estemos salvando al pueblo argentino del default”. “Esto es prolongar la agonía”, dijo, “el default, tarde o temprano, lo vamos a sufrir sobre las espaldas de los que ya hoy están sufriendo muchísimo. No por nada los gobiernos de [Juan Domingo] Perón, de Néstor y Cristina fueron los únicos que no gobernaron condicionados por los ajustes e imposiciones del FMI”.

Es que acordar con el FMI va contra la épica del kirchnerismo: en 2005, el expresidente Néstor Kirchner saldó una deuda de 9.100 millones con el Fondo y cortó relaciones. Oponerse a este acuerdo era lo único que le quedaba a su viuda y sucesora, Cristina Kirchner. La expresidenta considera que un ajuste de la economía, como exige el FMI, solo frenará el crecimiento y dilapidará las posibilidades electorales del kirchnerismo. Por eso ha intentado desde la derrota en las Legislativas del año pasado alejarse de un Gobierno que considera una losa para sus aspiraciones en 2023, cuando habrá elecciones generales.

La ruptura no será, al menos por ahora, institucional. Seguirán en sus puestos los ministros que le responden, como Eduardo De Pedro, quien en una entrevista con EL PAÍS dijo que el acuerdo era la única posibilidad de evitar “una catástrofe” económica. Tampoco se irá la tropa kirchnerista de puestos clave y grandes presupuestos, como la dirección del sistema de pensiones, Aerolíneas Argentinas o la petrolera estatal YPF.

El malestar contra el acuerdo también se sintió en la calle. La semana pasada, durante la sesión en Diputados, los manifestantes lanzaron piedras contra el Congreso. Este jueves, miles de manifestantes convocados por los partidos de izquierda volvieron a reunirse frente al edificio durante la sesión, pese a saber que el Gobierno contaba con los votos suficientes para sacarlo adelante. “Esta ley ya no la podemos frenar, pero movilizarse en la calle sí sirve, se vio con el macrismo”, asegura el dirigente social Fernando Esteche frente a una enorme bandera en la que puede leerse “Patria o FMI”. “Las estafas no se pagan”, “No al pago de la deuda”, dicen otras pancartas.

Para evitar los incidentes de la semana pasada, los alrededores del Congreso permanecieron vallados, pero el ambiente era muy distinto. La resignación predominaba entre aquellos que se habían acercado a la plaza bajo las banderas de agrupaciones de izquierda como Movimiento Sin Tierra, Tupac Amaru e Izquierda Latinoamericana.

Pese a las críticas del kirchnerismo al acuerdo, los sindicatos, movimientos sociales y organizaciones políticas que le son afines no se movilizaron. “Hay división dentro del Gobierno, pero la exacerban por motivos electorales, no porque estén en contra del FMI”, opina la exlegisladora Vilma Ripoll, presente esta tarde en la manifestación.

Fernández ha resistido hasta ahora el fuego amigo, mientras en su entorno lo alientan para que impulse, de una vez por todas, el “albertismo” dentro de la coalición que mantiene con Kirchner. Por ahora se ha limitado a defender el texto firmado con el Fondo. “Con este acuerdo no hay ajuste; ajuste deberíamos haber hecho si hubiéramos caído en default. Ahí sí no teníamos ninguna salida y ninguna escapatoria”, dice, mientras denuncia a “esa deuda maldita” que su Gobierno heredó de Macri.

El FMI, en tanto, no se mostró optimista. Luego de considerar que el acuerdo era “realistas y creíble”, este jueves advirtió que las subidas en el precio del petróleo, el gas y los alimentos producto de la guerra en Ucrania sumarán nuevos desafíos a Argentina. “El programa busca comenzar a reducir la persistente alta inflación”, dijo este jueves el director de Comunicaciones del Fondo, Gerry Rice, consultado sobre el caso argentino. “Esta será una tarea desafiante a la luz de la evolución de la coyuntura mundial, ya que el aumento de las materias primas está afectando la inflación en todo el mundo”, dijo. Rice, con todo, remarcó que será “fundamental” que el acuerdo cuente con un amplio respaldo político para tener éxito. La coyuntura interna de Argentina no parece ir en ese sentido.

Federico Rivas Molina y Mar Centenera (publicado por El País el 17/03/2022)

Fuente: El Congreso argentino aprueba con una amplia mayoría el acuerdo con el FMI | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)

Argentina declara la “guerra contra la inflación”

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, ha proclamado este viernes una “guerra contra la inflación”. Es la enésima que inicia el país sudamericano, siempre sin éxito. Esta vez, espera Fernández, será diferente. El jueves, el Congreso argentino aprobó el acuerdo con el FMI para refinanciar la deuda de 45.500 millones de dólares contraída en 2018 por el Gobierno de Mauricio Macri. El presidente decidió entonces relanzar su Gobierno con la vista puesta en el problema que más altera el humor de los argentinos. El IPC de febrero subió 4,7% con respeto al mes anterior y un 52,3% interanual. El grueso de los aumentos se concentró en los alimentos, con una subida promedio de 7,5%.

Los argentinos esperaban en la noche de viernes que Fernández presentase un paquete de medidas contra la inflación. Pero el presidente se limitó a dar lineamientos generales, con la promesa de que los detalles serán anunciados más adelante por sus ministros. “Llevamos 10 años consecutivos con una inflación de dos dígitos. Cuando asumí mis funciones en diciembre de 2019, Argentina registraba una inflación que orillaba el 54% anual”, recordó. No le ha ido mejor a Argentina desde entonces. La subida del IPC fue del 36% en 2020 y volvió a dispararse hasta el 50,9% en 2021, con la reactivación que siguió a la pandemia. Fernández ha dicho esta noche que la invasión de Rusia a Ucrania complicará aún más las cosas.

“El precio interno del trigo que se utiliza para el pan, que se estaba comercializando en torno a los 26.000 pesos por tonelada antes del 20 de febrero, se elevó rápidamente a valores superiores a los 30.000 pesos apenas iniciado el conflicto, y en los últimos días supera los 35.000 pesos por tonelada”, lamentó. Se comprometió entonces a “proteger de esas consecuencias económicas a la mesa de los argentinos”.

La receta es una suma de medidas ya conocidas, incluso algunas ya en vigencia, como una canasta de alimentos con precios máximos. La novedad ha sido la creación de un fideicomiso que se utilizará para desacoplar el precio internacional del trigo con el del mercado interno. Sucede que cada subida en el precio de las exportaciones de grano argentino beneficia el ingreso de divisas, pero también hace subir lo que pagan en pesos los argentinos en casa. Al fondo de estabilización -está por verse cómo se financiará- se le sumará una convocatoria general a empresas, sindicatos y productores agropecuarios “que permita diseñar un mañana en la lucha contra la inflación”, dijo Fernández.

La inflación es un mal endémico argentino. Un informe de la consultora GMA Capital estableció que desde el fin de la convertibilidad del peso por el dólar, hace 19 años, la subida acumulada de los precios fue del 8.224%. Y todos los intentos por contenerla han fallado. El Gobierno de Mauricio Macri recibió de Cristina Kirchner una inflación del 26,9%. Aplicó entonces una receta monetarista: redujo a cero la emisión y subió las tasas en pesos para desalentar la compra de dólares. Para financiarse, recurrió al crédito internacional. El ultimo hito fue un préstamo de 57.000 millones de dólares que le dio el FMI en 2018, de los cuales llegó a recibir 45.500 millones. Nada alcanzó: el último dato de inflación de Macri fue de 53,8%, el más alto desde 1991.

A Fernández no le fue mejor, aunque aplicó una receta contraria a su predecesor. Sin financiamiento externo (en 2019 el país ya estaba en cesación de pagos tanto con sus acreedores privados como con el FMI), encendió la máquina de imprimir moneda y financió el rojo fiscal con pesos. Solo en 2021, el Tesoro giró al Estado nacional 2,1 billones, equivalentes al 4.8% del PIB. La inflación se mantuvo firme por encima del 50%. Uno de los compromisos de Argentina con el FMI es ahora reducir la impresión de dinero y, al mismo tiempo, bajar el déficit fiscal.

El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, celebró durante las negociaciones que el FMI había reconocido que, al menos en Argentina, la subida de los precios es “multicausal”. No alcanza, entonces, con bajar la cantidad de circulante o subir las tasas. Fernández volvió a hablar el viernes de problemas “multicausales”. “Para atacar la inflación debemos acumular reservas, mejorar el crédito público, desacoplar los precios internos de los internacionales, trabajar sobre las políticas de ingresos y precios al mismo tiempo y tomar una batería de medidas en las que múltiples actores son imprescindibles”, dijo.

El acuerdo con el FMI, finalmente, exige a Argentina una subida de las reservas y un férreo control del déficit fiscal, que debe bajar hasta el 0,9% del PIB en 2024. Argentina deberá además reducir los subsidios a la energía, equivalentes al 2,3% del PIB y responsables de buena parte del rojo fiscal. Sin subsidios, subirán las tarifas de gas, electricidad y transporte. Y con ello la inflación. En esa encerrona están Fernández y, con él, los argentinos.

Federico Rivas Molina (publicado por El País el 18/03/2022)

Fuente: Argentina declara la “guerra contra la inflación” | Economía | EL PAÍS (elpais.com)

Nabucco, la ópera que Verdi compuso cuando pensaba abandonar la música y se convirtió en un símbolo libertario

Giuseppe Verdi, uno de los músicos más grandes de la historia y símbolo de la unidad italiana, estaba por abandonar la música cuando compuso Nabucco, la ópera que lo consagró como artista y lo convirtió en un símbolo libertario

Durante las campañas napoleónicas, la aldea de Le Roncole pertenecía a Francia luego de haber sido anexada a esa nación. Verdi, al nacer en 1813, fue inscrito en el registro civil como ciudadano francés bajo el nombre Joseph Fortunin François. Años más tarde y gracias a su talento innato se le abrió las puertas a una educación superior a la que su padre, un humilde posadero, podía costearle.

Finalizado sus estudios y ya con una carrera en auge, hacia 1840, una serie de acontecimientos llevan a Verdi a atravesar un momento crítico con la muerte de su esposa y sus dos hijos. En ese momento, Verdi, se encontraba escribiendo su segunda ópera “Un giorno di regno” que se estrenó unos meses después de los acontecimientos y fue un rotundo fracaso y no sabía cómo habría de continuar su existencia.

El éxito vino acompañado de suerte cuando el empresario Bartolomeo Merelli le entregó el libreto de un drama bíblico escrito por Temistocle Solera, sobre un texto de Anicete Bourgeois y Francis Cornue. Era la historia de la conquista de Israel por Nabuconossor y su violenta tiranía.

Verdi contaba que al momento de recibir el libreto, llegó a su casa “y con un gesto casi violento tiré el manuscrito en la mesa… el libro se abrió al caer” y fue entonces que leyó la frase que, tiempo después, todo Italia cantaría como un himno, “Va, pensiero, sull’ali dorate” (“Vuela el pensamiento con alas doradas”). Esa noche leyó el libreto no una sino tres veces; casi lo podía recitar de memoria .

Nabucco era el relato de la locura de los tiranos que restringen las libertades de los individuos. La analogía con Italia sometida al dominio austriaco, era evidente y, de una forma u otra, impregnó la creación del artista, cuidándose de extralimitarse en su mensaje independentista porque la dominación austriaca acechaba con una censura feroz.

Sin embargo, la sutileza del mensaje en un relato bíblico fue aceptado por el órgano censor de los austriacos y Nabucco se estrenó el 9 de marzo de 1842 en Milán. Cabe imaginarnos los nervios del artista después de dos años de intenso trabajo, los detalles, los ensayos, correcciones, etc. Eran muchas cosas las que estaban en juego esa noche.

El estreno fue en La Scala de Milán y el papel de la perversa Abigaille fue cantado por la soprano más conocida de su tiempo, Guiseppina Strepponi quien, con los años, será la esposa de Verdi.

La Scala vibraba en tenso silencio con el desarrollo de la obra, especialmente mientras el coro de los esclavos judíos entonaba el “Va pensiero” durante el tercer acto. Finalmente cayó el telón y el público estalló en una ovación. Nabucco era la ópera que todos esperaban, el canto que encendió el fervor patriótico. El pueblo de Israel era Italia, esa “patria bella y perdida”. En los muros de Milán brotaron los “Viva Verdi”, un grito de libertad secreta, el sueño del “risorgimiento”, el deseo de reunificación de la patria escondido tras el acrónimo Verdi como Vittorio Emanuelle Re d’Italia (Víctor Emanuel Rey de Italia).

Los austriacos no sabían como reaccionar frente a esta efervescencia popular, esta consagración de un músico hasta ayer desconocido quien, de acá en más, estará en boca de todo el mundo. Por 65 noches el teatro estalló en aplausos cuando se alzaban las alas doradas de libertad.

Después de Nabucco nada fue igual para Verdi. Era un ídolo popular pero los austriacos revisaban sus obras, lo vigilaban de cerca. En 1843, la obra en la que venía trabajando, “I Lombrdi alla prima croaciata” fue censurada. El cardenal Gaetano Gaisruck exigió que se cambiaran partes de la obra, a lo que Verdi se opuso firmemente. “Se hará así o no se dará”, sostuvo el compositor seguro que su prestigio avalaría su posición. El cardenal aceptó la imposición y la obra se ejecutó en su forma original.

Es así cómo se formó un movimiento alrededor de su persona, representando los ideales de unidad en los movimientos populares. Se encendió en obras que ahondaban en su filosofía política como en Simón Boccanegra o Don Carlo, pero también surgen para defender a su amada Guiseppina de las habladurías hipócritas que criticaban a la soprano, acusada de haber llevado una vida aireada en su juventud y que, junto al maestro, estuvieron años conviviendo sin casarse (lo harán años más tarde en secreto). A ellos, a esos hipócritas burgueses los desafía Verdi con La traviata (La perdida), la historia de una cortesana –Violetta Valery– quien demuestra ser una auténtica heroína, más digna y leal que los miembros de esa sociedad pacata que la rodea. Verdi alzó un monumento musical a su compañera como antaño lo hiciera por la libertad de Italia.

Su lucha política fue reconocida por el mismo hombre cuyo nombre ocultaba: Victor Emanuele, al asumir como monarca en 1874, le concedió el título de senador vitalicio. Era el reconocimiento a su lucha, a su perseverancia patriótica. Pero el compositor, decepcionado por la política, se refugia en su pueblo, en su casa natal. En esta casa, hoy convertida en museo, se atesoran aún los billetes del tren hacia el senado de Roma, que el compositor jamás llegó a usar, porque su mundo de arpegios y acordes, era más puro y armónico que el de las oscuras relaciones políticas.

Cuando murió, en 1901, el pueblo espontáneamente se reunió frente a su villa para entonar el “Va, pensiero”, convertido en el himno no oficial de Italia, y en el último adiós a un grande.

No acaba acá la historia del coro de los pueblos sometidos, porque al cumplirse 150 años de su estreno, el director Riccardo Muti, después de dirigir el “Va, pensiero” y ante el reclamo de un bis del público, entre los que se encontraba el premier Silvio Berlusconi , dijo a los presentes “Hoy siento vergüenza de lo que sucede en mis país… Así vamos a matar la cultura sobre la cual se construyó nuestra historia” y mirando al palco presidencial, declaró, “Yo he callado durante muchos años. Ahora deberíamos darle sentido a este canto”… y a continuación invitó al público a entonar todos juntos este “Va, pensiero”, la libertad en alas doradas de la patria “si bella e perduta”.

Omar López Mato (publicado por Infobae.com el 16/03/2022)

Fuente: Nabucco, la ópera que Verdi compuso cuando pensaba abandonar la música y se convirtió en un símbolo libertario – Infobae

Nueve años de Francisco, el gran reformador de la Iglesia

Hoy se cumplen nueve años de aquel miércoles 13 de marzo del 2013, a las 19.05, cuando el cardenal protodiácono Jean Louis Tauran anunció: “Habemus Papam”. Jorge Mario Bergoglio, primer papa americano y jesuita de la historia. Desde el balcón vaticano inició sus palabras: “Como sabéis, el deber de un cónclave es dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo…pero estamos aquí”.

En Argentina la palabra fue “sorpresa”. Ni los más avezados analistas otorgaban chances a Bergoglio. En un país futbolero, un conocido periodista televisivo llegó a decir “Bergoglio tiene menos chances de ser Papa que yo de ser 10 de Boca”.

Un conocido diario argentino tituló en tapa “¡DIOS MIO!”, haciendo mención de que “el alto prelado ha sido denunciado por complicidad con la dictadura militar”.

La prensa mundial recorrió ávida los links de información argentina, buscando datos, sobre el desconocido personaje convertido en Papa, y a partir de las dudas sembradas por ese diario local, dirigió su mirada a indagar sobre el rol de Jorge Bergoglio durante la dictadura militar. Y repitieron duros titulares. Associated Press: “El nuevo Papa amarrado en debate sobre la ‘guerra sucia’ en Argentina”. The Washington Post: “Activistas de derechos se diferencian sobre cuánta culpa carga el Papa Francisco desde la guerra sucia’ Argentina”. Vanguardia (México): “Abogada: ‘Bergoglio fue parte del silencio cómplice de la Iglesia con la dictadura genocida’”. The Guardian (Gran Bretaña): “Discuten el papel del nuevo papa durante la era militar de Argentina”. Der Spiegel (Alemania): “El Papa y la dictadura argentina”.

Olga Ruiz, investigadora de la Universidad de la Frontera, Temuco, al analizar lo ocurrido en los años de dictadura en Chile expresa: “Los grandes relatos sobre nuestra historia reciente se han construido centrados en el heroísmo y la victimización, esquema binario que se afirma y consolida en la figura del traidor. Se trata en realidad de una triada (héroe-víctima-traidor) en las que el quebrado concentra -como un chivo expiatorio- las contradicciones, los fracasos y la derrota de la izquierda chilena”. “Es más sencillo atribuir la derrota a unos cuantos traidores que analizar críticamente las políticas adoptadas por las dirigencias de las organizaciones revolucionarias”. Aquí se repitió el mismo esquema de relato y en ese listado de supuestos “traidores” (que encabeza el mismo General Perón) cayó la figura de Jorge Bergoglio.

Si hoy Jorge Bergoglio fuese un cura jubilado viviendo en la casona de Flores (tal era su plan), esto sería una anécdota más, entre las miles que existen sobre aquellos años tan difíciles.

Pero Bergoglio pasó a ser Francisco, el gran reformador de la Iglesia. El obispo de Roma que enfrenta a las mafias del dinero que manejan el Banco del Vaticano. El que vino a terminar con la pedofilia dentro de la Iglesia. El que vino a denunciar al necroliberalismo como el sistema que condena a la muerte a millones de seres humanos en el planeta. El que vino a predicar contra de los negocios que dañan el medio ambiente. El que juega su peso de líder espiritual en el diálogo interreligioso y la búsqueda de la paz. El que ha sido acusado por la prensa del establishment como comunista, populista o peronista. El que propone la unidad de los credos contra el dios mercado. El que (como dice Leonardo Boff y algunos de sus biógrafos) corre riesgo de ser asesinado en la selva vaticana.

Nuestro Papa Francisco no merece que desde su patria se sigan difundiendo calumnias sobre su pasado, que lograron penetrar y confundir a los mismos sectores que hoy coinciden casi totalmente con su pensamiento y acción.

El caso del uruguayo Gonzalo Mosca

Luego de dos años de investigación, en 2019 publiqué mi libro Salvados por Francisco. Allí están registrados veinticinco testimonios de hombres y mujeres a quienes el entonces Provincial de los Jesuitas Jorge Bergoglio, protegió, escondió y ayudo a escapar del país, poniendo en riesgo su propia vida. El siguiente testimonio pertenece al uruguayo Gonzalo Mosca, quien a pocos días de su elección como Papa, le escribe una carta publica, relatando el episodio que le salvo la vida:

“[…] Nos llevaste en tu auto a San Miguel. Me pediste que tratara de ocultarme y que no mirara el camino que íbamos a hacer. Pensé: “¿Se habrá dado cuenta este curita del riesgo al que se está exponiendo?”. Entonces no sabía que eras el Provincial de los jesuitas.

En San Miguel me dijiste que me sacara el anillo de casado y simulara que estaba haciendo un retiro espiritual como si fuera a entrar en la Compañía […].

Una mañana me llamaste a tu escritorio. Estabas con mi hermano y nos redactaste el plan que íbamos a seguir. Nos llevaste al aeropuerto en tu auto y nos acompañaste hasta el último momento. El aeropuerto era de esos puntos clave controlados por militares y policías de civil. Pasamos los controles y nada ocurrió. […]

Volamos a Iguazú y nos fuimos caminando hasta la frontera sin tomar taxi ni ómnibus, como nos habías sugerido. Ahí esperamos el último barco, que era el de los contrabandistas, donde los controles militares aflojaban un poco. Pasamos a Brasil y nos tomamos un ómnibus a Río de Janeiro.

Allí me despedí de mi hermano, Juan, que me había acompañado en todos esos difíciles momentos. Al tiempo, me refugié en las Naciones Unidas y volé a Alemania, donde me dieron asilo político…

Hace unos días, yo estaba con unos amigos y sonó el celular. Era mi hermano, que me gritaba del otro lado: “Gonzalo, ¿te enteraste? ¡Han nombrado Papa a Bergoglio!”.

Pero casi al mismo tiempo empezaron a salir noticias en los diarios, en programas de radio, donde se te acusaba de haber colaborado con la dictadura, de haber traicionado a dos jesuitas, etc.

Llamé entonces a mis hermanos para que vinieran a cenar a casa y les conté que pensaba salir a la prensa y contar todo lo que habías hecho por mí. En las entrevistas, puse siempre el énfasis en la lucidez y el valor que tuviste no solo en lo personal, sino también en lo institucional, al correr esos riesgos por mí, que era un desconocido. […]

El día de tu asunción pediste que rezáramos por ti. Yo le pido a Dios que en esta vida que comienzas ahora tengas la misma lucidez, valentía y compromiso que tuviste hace treinta y seis años en circunstancias tan difíciles.

Me quedé con ganas de darte un abrazo y las gracias.

Gonzalo Mosca

Gonzalo Mosca pertenecía al Grupo de Acción Unificadora (GAU) de Uruguay, un grupo de izquierda no militarizado. Pero, al ser secuestrado en Montevideo el jefe montonero Oscar De Gregorio, se le encuentra un documento que comprometía al GAU. De allí que la inteligencia uruguaya en combinación con la ESMA, caracterizaron al GAU como un grupo de apoyo de Montoneros en Uruguay y desataron un feroz cacería contra sus militantes. Ignorante de esta supuesta vinculación con Montoneros, Gonzalo Mosca huyó a Buenos Aires buscando escapar de la represión, con poca fortuna: “Los militares argentinos vinieron a buscarme a casa de este amigo con la suerte de que habíamos salido. La portera nos advirtió que nos matarían si nos encontraban. Desesperado, llamé a mi hermano mayor, jesuita, quien decidió viajar a Buenos Aires para ayudarme. Él contactó a Bergoglio, su antiguo profesor de Teología, y le presentó mi caso. Bergoglio le dijo: ‘Venite con tu hermano que vamos a ver de qué forma lo puedo ayudar’. Esa misma noche, el propio Bergoglio nos trasladó al Colegio Máximo, en San Miguel, a unos treinta kilómetros de Buenos Aires”

El expertise de militante

El relato de Gonzalo Mosca sorprende y motiva a pensar. Si no supiéramos que se trata del entonces joven curita Jorge Bergoglio, podríamos imaginar que quien lo ayudó fue un experimentado militante revolucionario. Las medidas de seguridad y el plan de fuga no se corresponden con los de una persona que brinda su apoyo a alguien por primera vez. Comienza llevándolo “tabicado” (mirando hacia abajo para que no reconozca adónde lo conducen), realiza maniobras de “contraseguimiento”, lo esconde en el tercer piso del Colegio Máximo de San Miguel, le detalla el plan de fuga al extremo de sugerirle el último barco de los contrabandistas o “bagayeros” y, finalmente, se expone por entero acompañándolo a tomar el avión cuando los aeropuertos eran un hervidero de policías y “marcadores”. Eso significa que el joven Jorge Bergoglio no era un improvisado, sino que poseía cierta experiencia y pericia en protección y fugas. Y utilizó los instrumentos a su alcance para salvar muchas vidas. Seminaristas, sacerdotes y estudiantes cercanos al mundo jesuítico argentino lograron sobrevivir en virtud de su audacia y temeridad.

Cuando lo conocí personalmente al Papa Francisco, tenía mucha curiosidad de preguntarle de donde había sacado tanto expertise de seguridad militante, algo solo conocido por quienes estaban en algún tipo de militancia clandestina. Y se lo pregunte sin preámbulos ¿de donde sacó Vd. todas esas técnicas? Y me respondió también sin rodeos: “Quien me explicaba como tenía que hacer era Alicia Oliveira”. Y si… la entonces jueza Alicia Oliveira, era una joven ligada a la Juventud Peronista y con muchos amigos dentro de la militancia que la pudieron instruir en los manejos de seguridad.

Continuando la charla, como ya había tomado confianza, me animé a criticarlo o retarlo. Primero le pregunte por el joven a quien el dio su DNI y disfrazó de cura para que cruce la frontera de Foz como Jorge Bergoglio, le consulte “¿no recuerda quien era?”, me respondió: “Si, claro, sé perfectamente quién es, pero no se lo voy a decir a usted”. Bueno, eso no me sorprendió, el siempre ha dicho que “sino lo cuenta la persona, yo no voy a decir a quienes ayude”. Por lo tanto, ese testimonio no lo tendremos hasta que esa persona no asuma que tiene una obligación moral de contarlo, y ojalá esté leyendo esta nota. Pero, como mi intención era hacerle una critica le disparé: “Discúlpeme que le diga, pero a mi criterio, en este caso lo suyo fue un poco irresponsable y temerario, porque si a ese muchacho lo agarraban en la frontera con su DNI, Vd iba a parar de cabeza a la ESMA”. Y, sin ofenderse por mis palabras respondió: “Sí, tiene razón, pero en ese momento uno no era muy consciente de los riesgos que se corrían”.

Aristóteles dice que la virtud del coraje ocupa un punto medio entre los extremos de la cobardía (respuesta insuficiente al peligro) y la precipitación o la temeridad (respuesta excesiva). El coraje no se entiende en ningún caso como ausencia de miedo, sino como la capacidad de actuar en apoyo de grandes valores aun cuando podamos experimentar miedo. Quiere decir que un hombre valiente no es aquel que no le teme a nada; se trata, simplemente, de una persona que hace lo que considera correcto a pesar de los temores que puedan amenazar con retenerlo.

A la distancia, es posible emitir un juicio. No sobre el Papa Francisco, sino sobre un joven de treinta y nueve años llamado Jorge Bergoglio que en 1976 era Provincial de los jesuitas. Se podría afirmar que, si cometió algún pecado, fue el de sentirse un joven omnipotente y actuar más cerca de la temeridad que del coraje, según la definición aristotélica.

Temeridad que no ha perdido con los años, cuando lo vemos caminar muy suelto de cuerpo entre la gente en la Plaza San Pedro, o bajarse Bagdad, en el aeropuerto había sido atacado con bombas pocos días antes de su visita. Solemos ver a los atildados miembros de la Guardia Zuiza haciendo malabares para proteger la vida de un Papa que como el dijo vino “del fin del mundo” , acostumbrado a caminar por los barrios populares, y que conserva la misma temeridad de cuando joven se arriesgaba a salvar vidas, en plena dictadura.

Ojalá Dios le de muchos años mas de vida y coraje a nuestro Papa Francisco, el mundo lo necesita.

Aldo Duzdevich (publicado por Infobae.com el 13/03/2022)

Nueve años de Francisco, el gran reformador de la Iglesia – Infobae

Alfredo Palacios: el “melenudo” que hacía discursos en italiano, luchó contra el fraude y logró un triunfo impensado

“¡Que hable el melenudo!”, pedían los obreros en las reuniones. Y enseguida se subía a un cajón, a una escalera o a un balcón y electrizaba a la audiencia con un discurso en el que atacaba a los ricos y defendía a los pobres. Dice el caricaturista y taquígrafo del Congreso Ramón Columba que sus largos cabellos se habían popularizado antes que su nombre, Alfredo Lorenzo Palacios.

Aseguraba que el que lo había iniciado en el socialismo había sido su madre, Ana Ramón“Era una mujer profundamente católica. Ella puso en mis manos el Nuevo Testamento con el Sermón de la Montaña, y llegó a apasionarme la figura de Jesús. Yo tenía entonces 11 años de edad”.

Había nacido el 10 de agosto de 1878. Su papá se llamaba Aurelio Palacios, abogado y periodista uruguayo. Alfredo estudió Derecho en la Universidad de Buenos Aires y su tesis doctoral “La miseria en la República Argentina” fue desaprobada por Raymond Wilmart, que era titular de Derecho Romano. Wilmart era un belga que de joven había sido enviado por Karl Marx a introducir el comunismo en el país; el hombre se terminó casando con una mujer de aristocracia cordobesa, estudió derecho, llegó a juez y fue abogado de los ferrocarriles británicos y miembro del Jockey Club. Palacios debió cambiar, en tiempo récord, el tema de su tesis. Aprobó con una sobre quiebra de empresas.

En la chapa que colocó en la puerta de su estudio, podía leerse: Dr. Alfredo Lorenzo Palacios – atiende gratis a los pobres”. Se afilió al Partido Socialista el 1 de septiembre de 1901.

En 1904 se celebrarían elecciones a presidente y se renovarían parte de las cámaras de senadores y de diputados. La reforma electoral elaborada por Joaquín V. González, ministro del Interior de Roca, establecía el voto uninominal y por circunscripción, creando nuevos distritos electorales, a fin de abrir la puerta de la representación de minorías parlamentarias. La ciudad de Buenos Aires se dividió en 20 circunscripciones.

Cierto día de 1903 acudió al estudio de Palacios en la calle Bolívar 268, un italiano de apellido Morenna, quien en cocoliche le dijo:

– Te venga a decir que queremos que vos seas candidato de la Boca.

– ¿Candidato a qué?

– ¡A diputado!

– ¿Y cuántos son ustedes?

– En el “Centro Socialista” que tenemo, somo dieciocho.

– Y los afiliados, ¿cuántos son?

– Ninguno, porque somo todo italiano…y sin carta…

Esos italianos se reunían en un centro socialista que funcionaba en una casucha de mala muerte sobre la calle Olavarría.

Palacios recogió el guante y el 14 de agosto de 1903 fue proclamado candidato a diputado por la circunscripción 4ª San Juan Evangelista.

Por entonces, en La Boca, de 192 manzanas, se concentraban un alto número de habitantes, mitad argentinos y mitad inmigrantes, hacinados en 330 conventillos. En la sección 4ª estaban habilitados para votar 4528 hombres, mayores de 18 años.

La situación social estaba por demás caldeada. El año 1904 había comenzado con una huelga importante de trabajadores del puerto. Cuando el 11 de enero de ese año la policía cargó contra el local de conductores de carros, también de paro, se lo convocó a Palacios para que mediase en el conflicto.

Palacios y Enrique del Valle Iberlucea (que en 1913 se convirtió en el primer senador socialista de América Latina) eran las estrellas de los actos. Palacios hablaba en español y en italiano, y había alguien que traducía al genovés. Los militantes socialistas se identificaban con pañuelos rojos atados al cuello.

La elección estaba fijada para el domingo 13 de marzo. El 6 sería la de senadores y la presidencial el 10 de abril.

“Nadie suponía que yo iba a triunfar”, confesó tiempo después. Desarrolló una intensa campaña, en la que instruyó a sus fiscales en los vericuetos de la nueva ley electoral. En tiempos en que las elecciones se ganaban con el fraude y con dinero, era fundamental minimizar los riesgos. Un niño, llamado Quinquela Martín, ayudaba a pegar carteles y a pintar paredes.

Sus adversarios fueron Jaime Llavallol, secretario de Julio A. RocaAlberto Rodríguez Larreta, presidente de la Junta de Notables y yerno de Manuel QuintanaMarco Avellaneda, hijo del ex presidente Nicolás AvellanedaMiguel Tedín, del Partido Republicano y Pablo Ungaro, vecino del barrio. La Unión Cívica Radical no participaría ya que en febrero había decretado la abstención electoral al no existir garantías de libre expresión de la voluntad popular.

En la circunscripción 4ª había diez mesas para votar. Dos en la iglesia San Juan Evangelista y las ocho restantes repartidas de a pares en cuatro escuelas.

Era posible seguir minuto a minuto la evolución del comicio ya que el voto era público. Al no existir el cuarto oscuro, el ciudadano mostraba a la autoridad de la mesa su libreta cívica y ahí nomás decía por quién se inclinaba. El presidente anotaba el voto en la columna del candidato correspondiente.

Ese día los bares debían permanecer cerrados, aunque las fondas y los restoranes podían abrir de 11 a 13 horas.

El día anterior los políticos organizaron asados, bien regados de vino, con el fin de asegurarse los votos. El reparto de dádivas estaba a la orden del día. Algunos ofrecían 20 pesos por cada voto, que llegó a cotizarse a 40 pesos.

El día de la elección, La Boca era un hervidero de gente que iba y venía, votantes eran llevados en carros y todos pugnaban por saber cuál era la tendencia en cada una de las mesas. Para colmo, cerca del mediodía el candidato Miguel Tedín, que ya tenía 121 votos, retiró su candidatura y recomendó a sus votantes que lo hicieran por Palacios.

En un momento, periodistas de la revista Caras y Caretas le dijeron a Palacios que deseaban fotografiarlo en el Centro Socialista. Le propusieron que fuera en su carruaje y que ellos lo seguirían. “¿Qué? ¿Qué? Si no soy candidato de coche. ¡No ve que amanecí con dos pesos, che!”. Lo llevaron ellos mismos.

La votación cerró a las cuatro de la tarde. Palacios obtuvo 830 votos; Llavallol 596; Rodríguez Larreta 542; Avellaneda 353; Tedín 121 y Ungaro 94. El acta fue llevada a la jefatura de la seccional 20ª. El socialista habia triunfado.

El fundador del partido, Juan B. Justo fue a La Boca y con Palacios recorrieron las seis cuadras de la calle Olavarría en medio de una multitud que los aclamaban.

El 18 de marzo, a las 19 horas, en un local de la calle Pedro de Mendoza, se realizó un banquete para festejar la victoria. Pudieron entrar 600 personas y 400 quedaron afuera.

El 2 de mayo, vestido con un chaquet de cuatro botones, camisa blanca, cuello volador, corbata de moño, sombrero de ala levantada y bastón estoque, llegó en carro al Congreso, que estaba en la calle Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen) y Balcarce.

Se produjo un intenso debate cuando se negó a jurar por la fórmula establecida en el reglamento, que incluía a los Santos Evangelios. Terminó haciéndolo solo por la Patria.

Su primer proyecto lo presentó en la sesión del 27 de mayo. Era sobre la derogación de la ley de Expulsión de Extranjeros, la 4144, conocida como la ley de Residencia, que autorizaba al Poder Ejecutivo a expulsar a los extranjeros que pusieran en peligro la seguridad nacional o no dejarlos ingresar. Recién sería derogada en 1958.

Palacios, con su triunfo electoral en la 4ª circunscripción, que desde entonces se llamó “la cuarta de fierro”, se convirtió en el primer legislador socialista de América Latina. Fue quien presentó el primer proyecto de voto femenino; el autor de leyes como las del sábado inglés, descanso dominical, accidentes de trabajo, estatuto docente y ley de la silla. A comienzos del siglo XX, los obreros comenzarían a gozar de leyes laborales producidas por la sensibilidad de ese polémico melenudo, con bigotes en forma de “u” que le daba las gracias a su madre católica por haberlo hecho socialista.

Adrián Pignatelli (publicado por Infobae.com el 13/03/2022)

Fuente: Alfredo Palacios: el “melenudo” que hacía discursos en italiano, luchó contra el fraude y logró un triunfo impensado – Infobae

El día que Maradona conquistó a Nápoles y ganó la protección de la mafia italiana

Las calles estaban colmadas. Sobre las mesas de los bares, en todas las plazas, trascendiendo los balcones pobres y desnudos desde donde solo se advertían sonrisas y emoción, la gente festejaba. Autos, motocicletas y aún los ómnibus del transporte público ofrecían un ensordecedor estampido en el espacio napolitano.

“Oh mamma, mamma, oh mamma, mamma, mamma/¿Sai per che, me batte il corazón?/Ho visto a Maradona, ho visto a Maradona,/ho visto a Maradona,/e innamorato son”

Y efectivamente, los napolitanos estaban “enamorados” y el corazón les latía. El canto era el canto de todos.

Aquella ciudad donde cada mañana cuatro millones de personas se despiertan desafiando su destino desigual, este domingo 10 de mayo de 1986 les resultaba diferente. Los unía la magia de Diego y el milagro tantas veces pedido a San Genaro de un “scudetto”. Una vuelta olímpica que los pusiera en la historia para formar parte de la poderosa lista exclusiva de los del Norte: Juventus, Inter, Milan… Aunque sea “una vez en la vida”.

Me permitiré recurrir a una parte de la crónica que escribiera en oportunidad de ser el Enviado Especial de El Gráfico a tan importante evento.

“(…) El pueblo napolitano es creyente pero tremendista. Y fundamentalmente, supersticioso. Nunca las iglesias se vieron tan colmadas como en los últimos tres días. Pero, a la vez, el clima fue creciendo de a poco. Un rayo fatal se oponía a la explosión previa pero, paulatinamente, se fueron soltando. Primero algunos balcones, después algunos frentes, después algunas calles”.

“El sábado, el pueblo napolitano le había ganado al tremendismo y todo estaba teñido con los colores de su escuadra. Es más: los números de la quiniela respaldaron la unánime idea de que no se podía fallar. El viernes salió el 47 que aquí significa “Il scudetto” (El campeonato) y el sábado salió el 11 que representa a Dios (Maradona, el Dios del fútbol). Esto les costó a los capitalistas una pérdida de once millones de dólares. Pero está visto que aquí todo es posible (…) Sin el fantasma de la fatalidad y habiéndole ganado a la costumbre de no anticiparse, los tifosi del Napoli no dudaron que habrían de asistir al día más glorioso de su historia: el día del scudetto”.

“La certeza absoluta la tuvieron a la media hora. Tras el gol de Carnevale, después de una fantástica pared con Giordano poniéndole brillante fin a una jugada iniciada por Maradona. Un minuto después de aquel éxtasis, el cartel anunció el gol de Atalanta contra el Inter. Esto significaba que aun perdiendo, el Napoli era campeónY una tarantela cantada por 90.000 gargantas vibrantes así lo remarcaban. “Campioni, campioni, campioni”. El grito contenido durante sesenta años sonaba como una plegaria”.

“Un hombre genial y motivado se sobreponía a su limitación física y a su cansancio para conducir a todo un equipo. Ese era Maradona. Enfrente, otro argentino, Ramón Díaz, también nos enorgullecía. El peligro para el Napoli sólo pasaba por él. Lo bajaban como podían y tras un foul de Renica al Pelado, vino el empate. Baggio remató el tiro libre en la puerta del área al palo del grandote Garella. El 1-1 enfrió sin preocupar. Eso sí, escuchando el marcador de Atalanta-Inter”.

“El segundo tiempo fue aburrido. Con el empate el Napoli era campeón y el Fiorentina se salvaba del descenso alcanzando los 24 puntos que lo alejaban definitivamente del Brescia, Empoli, Ascoli y Atalanta, de donde saldrá el segundo descendido junto al Udinese. Los 22 jugadores y hasta el árbitro sólo querían que se llegara al minuto noventa. Y si no, que lo diga Gentile, líbero de Fiorentina, que se la pasaba a su arquero Landucci de cincuenta metros o el propio Renica que, menos exageradamente, hacía lo mismo”.

“Cuando Pairetto, tras un lateral, pidió el balón y marcó el final, ciento veinte hombres, entre policías y carabinieri, se apostaron en los costados del campo. La invasión tan temida no se produjo. Todo lo contrario: los 86 chicos y 109 fotógrafos se mezclaron con una veintena de dirigentes y los jugadores pudieron abrazarse, acercarse a las tribunas para ofrecerle flores y comenzar la vuelta olímpica en dos grupos: uno, encabezado por Garella y Bruscolotti, arrancó por la curva A hacia el palco de honor. Y el otro, liderado por Diego, inició del otro lado hacia el mismo objetivo. Ambos grupos habrían de converger hacia un punto común para unirse y regresar hacia el medio del campo. Allí una enorme bandera italiana los esperaba como símbolo sublime de lo conseguido”.

“De las cuatro tribunas surgió un último suspiro. Un unánime suspiro que nos sacudió el alma. “Diego, Diego, Diego”. Gritaba solamente eso. Simplemente eso: su nombre”.

“La ciudad continúa su festejo. Música y estruendo se confunden en un carnaval sin límites. “Diego, Diego, Diego” repica en los oídos y en el alma. Es un pibe de Fiorito, un muchacho de La Paternal, el hijo de la familia que vive en Devoto. Un orgullo argentino. Un conmovedor orgullo argentino”.

El árbitro da la pitada final. El estadio explota. Él pega un salto. Abre los brazos. Y corre, corre…. Un muchacho con jean y campera azul deportiva viene hacia él encabezando una maratón desenfrenada. Les gana a todos. Es el hombre a quien él quiere abrazar antes que a nadie. Es su hermano Hugo Hernán, el Turco, y detrás de él, y confundido entre la treintena de festejantes locos, su otro hermano, Lalo. Se abrazan los tres, se besan larga y emocionadamente. Y nadie puede desanudarlos. Allí está el Maradona hombre, el sanguíneo, el cálido y fraternal Diego, más allá del jugador. El Maradona que se siente. Acaba de obtener un nuevo título: campeón italiano con el Napoli, un club que jamás lo había conseguido en sesenta años de historia”.

“Este es el hombre que emociona desde la tribuna, el que se seduce con su magia, el marcador de épocas, tal vez uno de los diez hombres más famosos del mundo…”.

Regreso al hoy. Y a mis recuerdos. La policía, con dos motociclistas entrenados en abrir el paso entre la gente nos llevó hasta la casa de Via Capece 5, el domicilio de los Maradona.

Nuestro fotógrafo y amigo Ricardo Alfieri (h), se quedó en el estadio San Paolo para despachar sus fotos hacia El Gráfico, desde una oficina de la A.P. Diego le puso dos custodios “doble ancho” metidos en negros trajes para que una vez finalizada la transmisión que requería de mucho tiempo lo llevaran al lugar del festejo. Se trataba de un punto geográfico desconocido, sin domicilio, ni referencias. Un castillo a 50 kilómetros de Nápoles.

Fue uno de los momentos mas felices de la familia. Pletóricos, bajo un estado emocional de llantos y abrazos, Claudia y su bebé Dalmita, Don Diego y Doña Tota, Coco Villafañe y su esposa, sus hermanos Lalo, el Turco, Mary y su marido Gabriel ” La Morsa” Espósito, agradecían a Dios ser actores de la máxima plenitud a que una familia, por entonces unida, podría aspirar. Nadie en el mundo podría ser más feliz. Y aquellos primeros brindis fueron con lágrimas descendentes e incontenibles.

Antes de la medianoche, mientras el carnaval sostenía su apogeo en las calles y en las casas, llegamos a un pueblito cercano a Nápoles llamado Pola. Allí se haría la celebración con Diego, su familia y sus amigos. Todo lo había arreglado Guillermo Coppola con el dueño de casa desde mucho tiempo antes. Bruno Passarelli, corresponsal de El Gráfico en Italia, –exquisito escritor y periodista-, Ricardo Alfieri y yo, seríamos los únicos miembros de la prensa invitados.

Dejamos Nápoles y su interminable loco festejo. A través de un camino sinuoso, oscuro y silencioso, entramos a un pueblo quieto. El cálculo sobre la distancia según el tiempo nos alejaba no más de 60 kilómetros desde la casa de Diego.

Nuestro auto era el cuarto en arribar. Ya estaban dentro los invitados y la familia Maradona. Don Diego y Coco Villafañe se habían adelantado como una hora. Estacionamos en una calle sin pulso. Se veía solo un enorme castillo a nuestra derecha. Una manzana, casi. Y largos muros de más de treinta metros revestidos con ladrillos pequeños que bien podrían ser de un estilo normando.

Sobre la estructura, en los simétricos huecos de la parte más alta, tres hombres con escopetas en posición de tiro vigilaban nuestro ingreso al castillo. Eran los custodios del dueño de casa.

Nos recibieron Don Diego y Coco Villafañe, los asadores voluntarios del festejo, al tiempo que una discreta guardia confundida entre los invitados mantenía su mirada sobre cada uno de nosotros.

Cuando llegó Ricardito Alfieri, le advirtieron con una sonrisa: “Bienvenido querido amigo… Verá, aquí fotos no. O sea, nosotros le diremos cuándo podrá hacerlo. Y solo a la familia Maradona y en lo posible sobre un lugar cualquiera, no identificable. Ah, por favor, ninguna foto, ninguna eh, al señor Beppo”. Obviamente, el señor Beppo, era el anfitrión de tamaña celebración.

Don Beppo estaba sentado en la cabecera de la mesa. Lo rodeaba su familia, hijos, nietos, sobrinos. Y Coppola, seguramente conforme con el acuerdo de haberle llevado nada menos que al héroe de Napoli.

Mientras los niños correteaban y la pequeña orquesta ofrecía tarantelas y canciones con algún tango lastimado, Don Beppo brindaba con otros “Don Beppos” de la región por tal demostración de poder. Todo el pueblo estaba en las calles, toda la ciudad vivía su más fantástica convulsión y Don Beppo, tenía en su castillo al capitán del equipo, al mejor jugador del Mundo, a quien le había dado el primer Scudetto al Sur y a quien protegió y habría de proteger mientras viviera en Italia pues Don Beppo no era otra cosa que el más “ilustre” capo Camorra de Nápoles. Y como tal tenía acuerdos “regionales” con la Mafia Siciliana y la ‘Ndrangheta Calabresa.

El acuerdo de Guillermo Coppola quedaba sellado: él le llevó a Diego y éste ya “tenía protección”.

Al momento de cortar la torta gigante de casi un metro con los colores del Napoli y la imagen de Diego convertido en gracioso adorno, Don Beppo fue hasta la mesa, tomó el cuchillo y penetró la masa. En medio del jolgorio, Diego subió a la mesa e invitó al capo a que lo acompañara a bailar. Todos bailamos. Y cuando Alfieri quiso inmortalizar tan grato momento con una foto, dos gigantes cayeron sobre él: “La foto su il padrone non é possibile signore, prego…”. O sea, a Don Beppo, tal como nos habían dicho, no se lo podía registrar fotográficamente, ni aun con Diego.

Todo ha cambiado. Es una inexorable atribución del tiempo. Sin embargo algo permanece inalterable: la devoción que los napolitanos sienten por Diego Armando Maradona. Aun de aquellos que no habían nacido pero que sienten el orgullo de saber que Diego es parte de su identidad napolitana.

Cherquis Bialo (publicado por Infobae.com el 13/03/2022)

Fuente: El día que Maradona conquistó a Nápoles y ganó la protección de la mafia italiana – Infobae

Aerolíneas Argentinas retoma los vuelos a Italia

Tras dos años y medio, Aerolíneas Argentinas esta dispuesta a retomar sus vuelos entre Buenos Aires (EZE), Argentina, y Roma (FCO), Italia, a partir de la primera semana de junio.

La empresa estatal pospuso reiteradamente el reinicio de la conexión a partir de las restricciones impuestas, principalmente, por Italia. Hasta hace algunas semanas, el parís europeo no permitía el ingreso a argentinos que no pudieran demostrar ciudadanía europea.

Ahora, ese mandato cambió a tener la pauta completa de las vacunas aprobadas por la OMS y la Unión Europea, no incluyendo a CanSino, Sinopharm ni Sputnik-V. Para estos tres casos, el pasajero deberá presentar un test PCR realizado hasta 72 horas previas al horario de llegada a Italia o un test de antígenos realizado no más de 48hs previas a la llegada al país europeo; también esta la opción del certificado de recuperación, que deje constancia que se padeció COVID-19 en los últimos 180 días y que la fecha de alta epidemiológica no exceda dicho plazo.

Esta semana, ITA Airways fue la primera en anunciar el regreso de la conexión entre Argentina e Italia. Iniciará el 2 de junio con cinco vuelos semanales, operados en aeronaves Airbus A350-900 con capacidad para 334 pasajeros.

Aerolíneas Argentinas por su parte volverá el 2 de junio con tres vuelos semanales en aeronaves Airbus A330-200 con capacidad para 272 pasajeros.

Italia es uno de los principales mercados internacionales de Argentina a partir de la gran demanda de pasajeros de negocios, ocio, VFR (visitar amigos y/o familiares) y el tráfico de carga.

Datos obtenidos por Aviacionline a través del Ente Nazionale Per L’Aviazione Civile (ENAC) muestran que en 2019 se movilizaron un total de 359.229 pasajeros, siendo el segundo destino Europeo más importante tras España.

Aerolíneas Argentinas e ITA Airways ofertarán 5.020 asientos por semana, una reducción del 39,26% con respecto a 2019, año en el que se ofrecieron con 8.266 butacas por semana y con dos vuelos diarios.

Fuente: Aerolíneas Argentinas retoma los vuelos a Italia – Aviacionline.com

Odino Faccia realizó su recital llevando un mensaje de Paz

El sábado por la noche, el Intendente Municipal Fabián Cagliardi participó del Concierto por la Paz que llevó adelante el cantautor local Odino Faccia, candidato el Premio Nobel de la Paz, en el Cine Teatro Victoria de Berisso.
Cabe recordar que la ciudad fue nombrada como la primera Embajada de Paz en Argentina por la “Red Voz por la Paz”, teniendo la finalidad de concientización y entendiendo al valor de la convivencia, como la plataforma y premisa que podemos construir, desde las distintas acciones por el bien común.

La jornada contó con la presencia del subsecretario de Relaciones Internacionales e institucionales de la provincia de Buenos Aires, Mario Oporto; la secretaria de Gobierno, Aldana Iovanovich; el subsecretario de Relaciones con la Comunidad, Juan Pablo Holubyez; la secretaria de Cultura, María Eva Piermamia; la vicepresidenta de la Fundación Red Voz por la Paz, Ayelén Tomasini y directora Internacional de Enlaces y Proyectos de la Fundación Red Voz por la Paz, Cecilia Pozzo.

También asistió el presidente de Entidades Extranjeras, Carlos Arias; las embajadoras Culturales Florencia López Albarrán Cotcheff e Irina Oslovsky; la encargada de Negocios de la Embajada de Marruecos, Imane Dryef; el jefe de la Misión del Reino de Bunyoro Kitara en Argentina, Ezequiel Toti y el Cónsul General de Perú, Miguel Córdova Cuba.

Una vez finalizado el recital, se concretó, en el marco del año isabelino, el hermanamiento de la ciudad de Hoima, Bunyoro Kitara, (Uganda) con la ciudad de Berisso y por la Paz entre los pueblos en homenaje al Beato Carlos de Austria. Y se presentó el proyecto de declarar “Ciudadano Destacado” al cantautor local Odino Faccia por su perseverancia, humildad y valor, quien supo seguir el camino hacia una sociedad consciente, solidaria, inclusiva y con valores.

Respecto al recital y las acciones llevadas adelante, el Intendente Municipal, Fabián Cagliardi, expresó: “Por llevar adelante este recital por la Paz, en un momento tan difícil como el que se está viviendo. Que Odino, un hijo nuestro, de esta ciudad, que esté cantando por la Paz en todo el Mundo nos llena un poco el alma. Berisso siempre se destacó por ser una ciudad de Paz donde albergó a muchos inmigrantes, fue una ciudad en la que pudieron vivir muchas culturas y han salido adelante todos juntos”.

Por su parte, el subsecretario de Relaciones Internacionales e institucionales de la provincia de Buenos Aires, Mario Oporto, hizo referencia a la convivencia de las distintas culturas que integran la ciudad “En primer lugar quiero agradecer al Intendente Cagliardi por la convocatoria, la verdad que Berisso se caracteriza desde hace muchos años por ser la Capital Provincial del Inmigrante, es una de la ciudad más importante de la provincia de Buenos Aires respecto a las múltiples culturas que conviven en paz un solo espacio más allá del momento mundial que exista”.

Por último, el cantautor berissense, Odino Faccia, aseguró: “Berisso siempre tiene tanto para ofrecer y dar no solamente a la ciudad y a sus habitantes sino para el mundo, todo lo que pasó hoy construido a través de la música, me genera mucha emoción”.

Respecto a la declaración de Ciudadano Destacado aseguró Faccia: “Yo amo Berisso, siempre la voy a llevar al lugar del mundo que vaya, Berisso me emociona mucho, es una ciudad que llevo en el corazón. La verdad que esta fue una noche mágica, solo tengo palabras de agradecimiento para con el Intendente y todo su equipo que hizo posible que este recital se lleve adelante”.

Fuente: Odino Faccia realizó su recital llevando un mensaje de Paz – Municipalidad de Berisso

Pasajeros molestos: los 20 comportamientos que más irritan en el avión

Un viaje en avión para llegar a un destino soñado puede llegar a ser una pesadilla si las personas que tenemos al lado o en las filas de adelante y atrás tienen comportamientos molestos.

Solo Wanderlust, un blog que brinda consejos a turistas, le consultó a más de 1.500 pasajeros cuáles eran los viajeros más fastidiosos arriba de una aeronave.

“Si bien es posible que el número de pasajeros de las aerolíneas no haya vuelto a los niveles previos a la pandemia, muchos de nosotros estamos volando nuevamente después de un tiempo prolongado de descanso. Con eso vienen las pruebas y adversidades de compartir un espacio cerrado con extraños a 36.000 pies (10.000 metros) de altura”, se puede leer en el sitio web.

Desde la toma de posesión del espacio y el olor corporal hasta los aplausos cuando aterriza el avión y los bebés que lloran, son varias las cuestiones que señalaron los encuestados al ser consultados qué les molesta más de otros pasajeros cuando vuelan.

La principal queja es que te pateen el asiento; ocupa el primer lugar en la lista. En el últmo puesto quedó el uso de pantallas brillantes en vuelos nocturnos.

A tono con la pandemia, una característica nueva y propia de estos tiempos es que a los viajeros no les agrada que una persona utilice mal el barbijo.

La encuesta también dividió los resultados por género y edad. A las mujeres y a los Baby Boomers (generación que nació entre 1957 y hasta 1977) lo que más incomodidad les genera es el mal olor corporal, mientras que a los hombres y a la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2015) les afecta más que les pateen el asiento.

A continuación, los 20 comportamientos que más malestar generan entre los pasajeros de un avión.

1. El pasajero que patea el asiento.

2. El mal olor corporal.

3. Pasajeros hablando en voz alta de manera continua.

4. Cuando alguien se apoya o mueve el asiento.

5. Un pasajero que ha bebido demasiado alcohol.

6. Bebés que lloran.

7. El asiento reclinado del pasajero de adelante.

8. El pasajero que usa un perfume muy intenso.

9. Pasajeros que no usan sus barbijos correctamente.

10. Un pasajero que ronca.

11. Alguien que se saca el calzado y las medias.

12. Pasajeros parándose y agarrando bolsos tan pronto como aterriza el avión, sin esperar la señal.

13. La comida de otro pasajero con olores intensos.

14. Personas que se levantan de sus asientos con regularidad.

15. Un compañero de viaje muy charlatán.

16. El vecino que ocupa todo el apoyabrazos.

17. El viajero que pone los pies sobre el asiento de otro.

18. Gente en la cabina aplaudiendo cuando aterriza el avión.

19. Pasajeros que abren mucho las piernas al sentarse.

20. Pasajeros utilizando permanentemente las pantallas brillantes de teléfonos o tablets en vuelos nocturnos.

Medidas que tomó una aerolínea

Por supuesto que a la hora de subirse a una aeronave es una lotería en cuanto a quién se sentará cerca de uno y cómo se comportará. En caso de tener algún inconveniente siempre es recomendable pedirle ayuda a la tripulación.

Sin embargo, para evitar problemas, algunas aerolíneas ya tomaron cartas en el asunto. Por ejemplo, Japan Airlines introdujo un sistema de reserva que les permite a sus clientes saber exactamente dónde estarán sentados los niños menores de dos años que aborden el avión.

La señal de alerta se da a través de un ícono con un dibujo de un bebé. Así, al momento de elegir la ubicación, el cliente tiene la posibilidad de sentarse lejos si así lo desea.

Publicado por Clarín Viajes el 05/03/2022

Fuente: Pasajeros molestos: los 20 comportamientos que más irritan en el avión (clarin.com)

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